He aquí lo que
ocurrió en la aparición del 27 de noviembre de 1830. Lo cuenta el señor Aladel,
director de la piadosa novicia, al promotor de la fe de la diócesis de París y
lo que encontramos en el proceso verbal de información con fecha del 16 de
febrero de 1836: “A las cinco y media de la tarde, hora en que las Hermanas
acostumbran a tener sus rezos en la capilla, se apareció la Santísima Virgen a la joven como en un marco ovalado; estaba de
pie sobre el globo terráqueo del que no se veía más que la mitad; vestía ropaje
blanco con manto azul plateado, parecía tener diamantes en las manos de las
que caían haces de rayos luminosos a la tierra, y con mayor abundancia sobre un
punto luminoso de la misma.
Creyó oír una voz que decía: Estos rayos son el símbolo
de las gracias que María Obtiene para los hombres y el punto sobre el cual caen
más abundantes es Francia. Se leía alrededor del cuadro estas palabras escritas
con caracteres de oro: ¡Oh María! Sin pecado
concebida, rogad por nosotros que acudimos a Vos. Esta oración estaba
estampada por encima de la cabeza de la Virgen, venía a terminar también a la
altura de la mano izquierda. Habiéndose vuelto el cuadro, vio en el reverso la letra M rematada de una Cruz con trazo trasversal en medio; y por debajo del monograma
de María, los Corazones de Jesús y de María rodeado el primero de una corona de
espinas y atravesado el otro por una espada.
Luego le pareció oír estas
palabras: Hay que hacer acuñar una
medalla de este modelo: las personas que la lleven recibirán una indulgenciada y recen con
piedad esta oración gozarán de una protección especial de la Madre de Dios.
Y en este preciso instante acabó la visión”.
Imposible
sería dar cuenta de las conversiones obtenidas por la Medalla milagrosa. Por
decreto del Sumo Pontífice León XIII, fechada el 23 de julio de 1894, se
establece en honra a la Medalla milagrosa una fiesta particular a semejanza de
la que existían ya en honor del santo Rosario y del Escapulario.
Publicado en Cuenca, 27 de
noviembre de 2020. Actualizado el 27 de noviembre de 2023.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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