Hoy además de
celebrar la aparición de la Virgen María en Lourdes celebramos la festividad de
San Benito de Aniano (750-821). Su nombre de nacimiento era Witiza y era hijo
de Aigulfo, conde visigodo de Maguelona. Se educó en la corte de Pepino el
Breve, siendo copero de éste y después en la corte de Carlomagno.
Hace su profesión
monástica en Saint-Seine en el año 774, viendo que la regla era poco severa se
marcha a Aniane, cerca de Montpellier donde hace una vida anacoreta.
San Benito de Aniano |
Sus hermanos
en religión le detestaban por severo, les negaba hasta el vino que concedía la
regla, y los rigores de ascesis parecían echarles en cara costumbres relativamente
cómodas. Entonces Witiza decidió volver a su tierra natal, el Languedoc, y
allí, junto al río Aniane fundó una comunidad, con un convento en el año 782. La
suma pobreza, el trabajo durísimo y los implacables ayunos (sólo a pan y agua)
hacían morir a los monjes de inanición, esta situación frustró su intento de
severidad, adoptando la Regla de San Benito de Nursia, cuya aplicación en su sentido
estricto, le parece más práctica. Cambia desde entonces su nombre, Witiza por
el de Benito y levanta nuevo monasterio cuya influencia se extiende hasta
convertirle de modo virtual en el abad superior de todo el monaquismo
carolingio.
En el
monasterio de Inden, que construye Ludovico Pío para él, cerca de Aquisgrán, es
guía y maestro de la Europa civilizada, siempre con su férreo y característico
talante absoluto, disciplinado y centralista, sin más ley que la regla, que no
debía interpretarse ni comentarse, sólo cumplirse.
Es considerado
como “el primer artífice de la unidad cultural y espiritual de Europa”.
Cuenca, 11 de
febrero de 2020.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario