Una oveja entre lobos.
Para empezar
hay que decir que fue una rareza histórica en la Francia de comienzos del siglo
XVIII cuando la irreligiosidad, el jansenismo y el libertinaje es lo moderno,
diríamos lo que se lleva en la época. En, medio de este mundo perdido y alejado
de la mano de Dios, surge un apóstol que parece salido de la Edad Media, como
si Dios tuviese un capricho anacrónico.
San Luis María Grignon. |
Nació el 31 de
enero de 1673 en Montfort la Cane, cerca de Rennes, en la Bretaña francesa. Su
padre era abogado en el tribunal de Montfort, llamado Juan Baptista Grignion y
su madre Jeanne Robert. Fue el primero que sobrevivió de los ocho hijos del
matrimonio, pues el mayor murió a los cuatro meses de nacer, siendo bautizado
al segundo día de su nacimiento.
Era muy devoto
de la Virgen y pasaba largos ratos arrodillado delante de la estatua de la Madre
de Dios. Hombre de sacramentos, de rosarios, de predicación efusiva e
irresistible, pero por encima de todo, muy paciente en las adversidades, activo
y enamorado de las vías misteriosos de la Providencia, solía decir:”Bendito sea Dios pase lo que pase, bendito
sea Dios si me da o si me niega, bendito sea Dios si me lo quita todo”.
Se formó con
los jesuitas de Rennes y después de ordenarse de sacerdote en París (1700),
quiso ir a evangelizar en tierras de infieles. No tuvo que ir lejos y apenas se
movió de Francia, convertido en país de misión.
Visión de san Luis María Grignon. |
Cuenta su
historia que a entre los 16 y 18 años tuvo una experiencia de Dios que marcó su
vida para siempre. Ante este encuentro personal e íntimo con Dios, la vida de
Luis cambió radicalmente que le llevo a ver que lo realmente valioso en este
mundo no era el dinero ni la fama, sino que el verdadero valor estaba en la
transformación interior del hombre.
Fue capellán
de un hospital de Poitiers del que se le despidió tres veces, vivió como un
mendigo en París cuando se le cerraban todas las puertas y en 1706 se consagró
a sus misioneros populares por la Vendée, la Bretaña y el Poitou, en medio de
la guerra declarada de los jansenistas que obstaculizaron por todos los
procedimientos su labor. Recurrió al Papa Clemente XI para que le dijera si
verdaderamente estaba equivocado como todos le decían o si cumplía la voluntad
de Dios, lo cual era su único deseo. Se logra el encuentro y Luis es recibido por el Papa que le otorgó
sus bendiciones y el título de Misionero Apostólico.
Fundaciones de san Luis María Grignon. |
Un año antes
de su muerte fundó dos congregaciones: las hermanas de la Sabiduría, dedicadas
al trabajo de hospital y la instrucción de niñas pobres y la Compañía de María
misioneras. Al comienzo del siglo XX las Hermanas de la Sabiduría contaron con
más de cinco mil casas, dando instrucción a 60.000 niños.
Murió en la
tarde del 28 de abril de 1716. Fue enterrado en Saint Laurent sur Sèvre en la
basílica que hoy lleva su nombre.
Publicado en Cuenca, 28 de
abril de 2020 y el 28 de abril de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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