Contenido del arca de san Julián:
En el artículo “El arca de san Julián, testigo de la sinrazón humana” explicaba la historia acaecida con los restos de san Julián, en esta segunda parte quiero describir cada uno de los trozos óseos que quedaron tras profanar su cuerpo incorrupto, arrancar la plata que cubría el arca y quemar sus despojos en el jardín del palacio Episcopal.
Capilla del Transparente Catedral de Cuenca |
Según la Escuela Médico Legal donde fueron entregadas por este Obispado las reliquias auténticas y pertenecientes al cuerpo de nuestro glorioso Patrón san Julián, los 37 fragmentos óseos que quedaron y que están dentro de la urna son éstos:
Un Segmento orgitario del molar derecho, dos trozos de la cara posterior del conducto vertebral de una vértebra lumbar, una porción anterior del arco del molar derecho, una parte de la cabeza del fémur, un trozo posterior de la diáfisis femoral a nivel del centro del cuerpo, un trozo posterior de la diáfisis femoral a nivel del centro del cuerpo, nueve porciones de diáfisis del huesos largos, similar a la del fémur anteriormente indicado, un mastoides izquierdo, tres trozos de iliaco de su reborde cotileido, un pisiforme del lado izquierdo, dos trozos de clavícula, un pequeño segmento de costilla, tres epifisiarios, tres trozos de coaptan, dos exactamente entre sí del occipital en su porción derecha; conservando los dentados de su reborde articular en todo su espesor, lo que denota no haberse efectuado la sinóstosis de la sutura respectiva, cinco trozos de los cuales dos encajan perfectamente entre sí, pertenecientes al maxilar inferior, en su lado derecho conservando su reborde alveolar con sus cavidades respectivas para cada premolar y del segundo molar, estando atrófico el alvéolo del primer molar, dos trozos de maxilar inferior derecho constituidos por el codilo y trozo de rama ascendente o borde posterior del cuerpo y un epífisis del cuarto metacarpiano derecho. Total treinta y siete segmentos de restos esqueléticos.
Tras su examen se decretó que dichas reliquias fueran reverenciadas y colocadas en la arquilla preparada al efecto con cinta de seda y selladas en lacre con el arma episcopal, en presencia del Iltmo. Cabildo Catedral y Canciller Mayor de esta Curia.
De todo lo cual se levantó el Acta correspondiente, en Cuenca a 19 de octubre de 1945.
Cuenca, 28 de enero de 2022.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.