EL PALACIO DE LA DIPUTACIÓN
Como investigador e hijo de esta
ciudad de Cuenca, quiero sumarme a los actos conmemorativos del bicentenario de
la institución provincial de la
Diputación, aportando mi granito de arena y dar algo de luz sobre el proceso
que se llevó para la construcción del palacio de la Diputación.
La Diputación de Cuenca fue
creada en 1835, como consecuencia de la División territorial de España en 1833.
Buceando por la hemeroteca de
1910 del periódico “El Liberal” de 12 de octubre, su número 73, nos aporta el
proceso que se llevo para hacer efectiva la edificación en los jardines
llamados “La Glorieta”.
En los primeros días del año
1890, aún tenía Cuenca para diversión y recreo de sus habitantes, un hermoso
jardín, conocido como el nombre de “Glorieta”.
Este jardín, que fue gala de la
ciudad durante mucho tiempo, estaba emplazado en el antiguo campo de San
Francisco, correspondiente a la calle del mismo nombre. Fue construido por
prestación personal, y a partir del año 1830, el Ayuntamiento consignó en sus
presupuestos las cantidades necesarias para su custodia, conservación y mejora.
Amplio, bien cuidado, sombreado
por árboles frondosos y rodeado de un paseo de anchura suficiente, ofrecía
sitio apropiado para el esparcimiento de los conquenses y el jardín poblado de
flores, era encanto de los niños y la atracción más poderosa para la juventud.
Por entonces, nadie había pensado
la posibilidad de que “La Glorieta”
estuviese llamado a desaparecer, hasta el día 8 de febrero del año 1890, en que
la Excmo. Corporación Municipal, consignó en el libro de actas de sus sesiones
el siguiente acuerdo: “A propuesta del Señor Presidente, acordó el Ayuntamiento
proponer a la Excmo. Diputación Provincial, las siguientes bases, para que el
proyectado palacio de la misma se emplace en el jardín de “La Glorieta”; a saber:
Primera, el Ayuntamiento cede el
jardín de “La Glorieta”, para que en
la parte necesaria del mismo se emplace y construya el palacio de Diputación
Provincial, entendiéndose que la parte sobrante habrá de quedar destinada a
jardín, habrá de conservarse por cuenta de la Diputación, teniendo jardinero
pagado de sus fondos, y habrá de poderse utilizar el jardín por el vecindario.
Segundo, en compensación de dicha
cesión habrá de emplazarse por la Diputación Provincial otro jardín o Glorieta
en el sitio comprendido a la izquierda de la carretera de Valencia, desde la
alcantarilla hasta la fuente de San Fernando, o en otro que estime más
conveniente el Ayuntamiento construyéndose por la Diputación verja de
cerramiento y haciéndose a su costa la traída de aguas para riego, caseta para
el jardinero e invernadero.
Tercero, el proyecto de nueva
Glorieta se presentará por el Ayuntamiento, y su importe máximo será de 80.000
pesetas, siendo de cuenta de la Diputación su pago, y el expropiación del terreno
Cuarta, las obras del Palacio y
Glorieta serán simultáneas, y estas serán intervenidas por el Ayuntamiento y
habrán de terminarse dentro de dos años.”
Comunicado el acuerdo a la
Diputación el día 14 del mismo mes, dándose por enterada ésta Corporación el
21, significando al Ayuntamiento la conveniencia de instruir el necesario
expediente de enajenación, al paso que le pedía el proyecto de la nueva
Glorieta que habría de construirse.
Pasada la respuesta a informe de
las comisiones de obras y de paseo y arbolado en los primeros días de marzo,
fue por ellas prestado en abril siguiente, opinando que debía sustituirse las
bases propuestas por las siguientes:
1ª Cesión de la Glorieta como se
acordó.
2ª Que la Diputación pagase
80.000 pesetas en un año de los fondos obtenidos para la construcción del
palacio.
3ª Que estas 80.000 pesetas se
depositaran en la Sucursal del Banco España para pago inmediato y exclusivo de
un paseo por 30.000 pesetas, y de las obras de la traída de aguas de la Cueva
del Fraile por 50.000 pesetas.
Como firmantes del informe,
recordamos entre otros a los señores: Recuenco, Fontana, Pinós, López, Cuesta,
Merchante y Blasco.
Elevado el informe a la categoría
de acuerdo y aceptadas las bases por la Diputación más variante que la de hacer
el pago en ocho trimestres en el mes de mayo, se acordó en junio la necesidad
de la ocupación del terreno, se nombró a D. Francisco García Zamora,
aceptándolo en Ayuntamiento, y prestando este señor su informe en estos
términos: que la cabida de la finca era de 10.279 metros superficiales; que la
expropiación interesaba a toda la finca, que debían ofrecerse al Ayuntamiento
80.000 pesetas y que esta suma podía atenderse en otra parte al servicio de
ornato y recreo, objeto propio de la Glorieta.
Aceptado el peritaje 21 de junio,
se verificó por la Diputación el pago del primer plazo y gastos del expediente
de expropiación, asistiendo al acto los señores Blasco Rodríguez, Pérez Muñoz,
Ramírez y Zamora, haciéndose cargo de la suma de 10.000 pesetas el señor
Depositario de fondos municipales y depositándola después en la Sucursal del
Banco de España a disposición del Ayuntamiento y a los efectos acordados.
En la misma forma se realizó el
segundo plazo, de otras 10.000 pesetas a finales de diciembre y en idénticos
términos fueron cobradas y depositadas las 10.000 pesetas del tercer plazo en
mayo de 1891.
El incumplimiento de los plazos
de los depósitos hizo que la obra se ralentizara en los años sucesivos. Será a partir de 1926 cuando, con la compra
del mobiliario, lámparas y tapices se pueda dar por concluido el proyecto.
José María Rodríguez González
Profesor e investigador
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