EL TEATRO CINE XÚCAR
Punto de encuentro de
generaciones
Hay sitios, lugares y espacios
que por las vivencias que has tenido,
guardas gratos recuerdos de ellos, creo que el cine Xúcar es uno de esos
lugares. De joven decíamos ¿Dónde quedamos? ¡En el Xúcar! Así fue para las
generaciones a partir de los cincuenta; para las anteriores era la Ventilla,
que así es como se denominaba el lugar.
Edificio Xúcar - aspecto actual |
En este punto estaba emplazada
una antigua gasolinera llamada “La Ventilla”, en 1952 se iniciaron las obras
del que sería hasta nuestros días el “Gran Cinema-Teatro Xúcar” hoy ocupa su
interior la tienda de MANGO. El solar fue adquirido por los hermanos Manuel y
Gerardo Navalón. El arquitecto que diseñó el edificio fue D. Manuel Muñoz
Monasterio. Introduciendo algunas variaciones el arquitecto D. Eduardo Torallas
López, dándole un toque de estilo Victoriano. Estos hermanos fueron los
segundos propietarios ya que los anteriores abandonaron la obra. El proyecto
fue mejorado por el arquitecto D. Miguel García Monsalve siguiendo como
aparejador D. Agustín Carretero y como maestro de obras, el albañil conquense
Pedro Muñoz.
El edificio constaba de
semisótano, con acceso directo desde la calle e independiente del
cinematógrafo, que se destinaba a sala de fiestas, la que contaba con un pequeño
escenario para orquesta y una gran pista para bailar, bar, guarda ropa y
servicios.
Proyecto edificio Xúcar. Año 1952 |
Sobre esta planta a la altura de
la calle, iba el patio de butacas y escenario para cine o teatro, guardarropa,
bar, servicios y un gran vestíbulo situado inmediatamente detrás del pórtico
que todos hemos conocido.
Por encima de ésta y en vuelo el entresuelo
y sobre este, el principal, al que se accedía por dos grandes escaleras
laterales que partían del vestíbulo. El principal estaba equipado de bar y
servicios, al que llamábamos “gallinero”, donde a los niños nos gustaba
situarnos en la sesión de tarde para ver la película y comernos la merienda. No
es que en casa sobrara el dinero para ir los domingos al cine en la sesión de
tarde, pero tuve la suerte que entre los oficios que tuvo mi abuelo Sabino, además
de carpintero, músico, sereno, fue el de portero y acomodador de este cine. Él
no nos dejaba entrar gratis, no quería privilegios para los suyos, pero
Bautista Utanda, el otro portero que nos conocía, se apenaba de nosotros y sí
nos dejaba entrar. Esperaba a que mi abuelo se ausentara de la puerta para
decirnos que entráramos, corríamos mi hermana pequeña y yo por las escaleras
hasta el entresuelo y si había butacas vacías las ocupábamos, de lo contrario nos
sentábamos en las escaleras, permaneciendo allí durante toda la proyección.
La capacidad del teatro era de
tres mil butacas, entre el patio, entresuelo y principal. La iluminación era
indirecta y con luz rasante. Tenía calefacción y refrigeración.
Un hecho poco conocido fue el
hundimiento de la armadura metálica de la cubierta del edificio, el miércoles
día 25 de junio de 1952, resultando once obreros heridos, entre ellos un
muerto. En un primer momento fueron atendidos en la Casa de Socorro por el Doctor
D. Cristian Casares y el practicante D. Francisco Martínez Olivares, se
incorporaron a la tarea el Doctor D. Miguel Suay y los practicantes Domínguez y
Pinós, tres de los heridos fueron dados de alta. Se dijo que la culpa fue de la
Casa MADUCA de Valencia a cuyo cargo estaba el cálculo de la construcción de
las formas y colocación en obra de las mismas. La instalación y el montaje de
la armadura metálica de la techumbre lo hicieron obreros especialistas
valencianos, bajo la dirección del ingeniero de la casa D. Mauricio Ducajú.
Aspecto del edificio Xúcar en los años 60 |
Los heridos fueron: Tomás Pérez
Vergas, de 20 años; Gregorio Olivares Martínez de 64 años; Emilio Patrón López,
de 38 años; Reyes Cuevas García, de 30 años; Dionisio García López de 27 años;
Francisco Martínez Gallarte de 19 años; Félix Soriano Cardo de 60 años; Hilario
Saiz Martínez, de 42 años y Rufino Huerta Martínez de 44 años. El fallecido fue
Emilio Patrón López.
El entierro del fallecido fue
presidido por el Excmo. Sr. Gobernador Civil,
D. Gabriel Juliá Andreu. El féretro partió del Hospital Provincial hasta
la ermita de Ntra. Sra. De la Luz. Asistieron numerosos productores y público
en general. El Sr. Gobernador, terminado el entierro entregó un donativo a la
familia de mil pesetas. Los dueños del cine se comprometieron a que la primera
función que se celebrase sería destinada a la familia del obrero muerto Emilio
Patrón.
Cuenca, 16 de junio de 2014
El 12 de febrero de 1953 se
efectuaron las pruebas de carga en la
cubierta, disponiéndose 500 Kg por metro cuadrado, resistiendo
satisfactoriamente. En los voladizos del entresuelo y principal, se efectuó
disponiendo 1.200 sacos terreros de 50 kg cada uno lo que supuso una carga
total de 60.000 kg, el aforo era de 240 espectadores que calculando un peso de
65kg por persona hace un total de 15.600 kg que viene a ser la cuarta parte del
peso de la prueba. Actúan durante 36 horas. Todas las pruebas fueron
satisfactorias.
El 4 de octubre de 1953 se
inaugura el Cine-Teatro “Xucar” con la intervención de los grupos de jotas de
Calamocha (Teruel).
El uno de abril de 1956 se
instaló el sistema de Cinemascope del cine Xúcar, lo instaló una casa de Madrid
especialista en ello. A las máquinas de proyección de alta frecuencia, se les
instaló el correspondiente juego de objetivos anamórficos para “Cinemascope”,
todos ellos de marca alemana. La pantalla se cambió por una de marca “Dove” de
material plástico, ésta en la proporción de 1 X 2,55 que es la adecuada para
este sistema de cine. También fueron cambiados el sistema de audio, dependiendo
el volumen de la mayor o menor afluencia de público en la sala.
El teatro Xucar, con sus obras de
teatro y en especial con la revista representó para Cuenca la época del
destape. Juanito Navarro, Lina Morgan y Quique Camoiras fueron los actores más
representativos. La compañía teatral de Quique Camoiras no faltaba cada verano
para las ferias de San Julián, con obras como: El hombre Rojo; Eva al desnudo;
Don Armando Gresca; Ponte el bigote, Manolo; Que sólo me dejas… hicieron las
delicias de los conquenses de los años sesenta y setenta.
José María Rodríguez González
Profesor e investigador históricoCuenca, 16 de junio de 2014
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