El hijo de Doña Leonor de Plantagenet nacido en Cuenca hace 826 años
Se aproximaba el día de mi
cumpleaños y como todos los domingos subí a casa de mi abuelo para acompañarlo
a su misa dominical. Hacía un frío invernal ese 18 de noviembre, con nuestra
bufanda anudada al cuello partimos para la Catedral.
¿Sabes Josemari en que mes estamos?
Quedé sorprendido ante la pregunta de mi abuelo, contestando, si Noviembre,
¿sabes que personaje importante nació en este mes aquí en Cuenca? Pues no se me
ocurre, ¡que conste que yo nací en este mes! ya Josemarí, pero tu tal vez
llegues a ser importante algún día. Unos nacen y otros se hacen un hueco en la
historia. Me refiero que en este mes, el domingo 29 de noviembre de 1189 nacía Don
Fernando de Castilla, hijo de Alfonso VIII, heredero y sucesor al trono de
Castilla. Entonces Cuenca se vestiría de gala por el acontecimiento, si abuelo,
¿me contarás lo que sucedió en ese nacimiento? Sí pero después de misa porque
de lo contrario no llegaremos a ella. Vale, contesté muy contento. Subimos las
escaleras de la Catedral y enfilando la nave Sur llegamos a la capilla Honda. A mi abuelo le
gustaba sentarse en los sillones de madera. En medio de la capilla una estufa
circular de chapa con un tubo largo que acertaba a salir por la ventana derecha
conducía el humo al exterior de la estancia. Al lado contrario un cajón de
madera que contenía troncos de leña. ¡Josemari, atiza el fuego de la estufa,
mete unos leños que esto esta frío! Levantándome presuroso, cogí dos tarugos y
unas teas y los metí dentro de la estufa, pronto la chapa cogió un color rojizo
y el lugar templó el frío.
Rey Alfoso VIII y Leonor de Plantagenet |
Al terminar la Misa nos quedamos
sentados en nuestros asientos y una vez que el público salió nosotros
permanecimos allí y comenzó mi abuelo:
Los padres de la reina fueron, la
gran Leonor de Aquitania, por derecho propio duquesa de Aquitania y Guyena y
condesa de Gascuña y reina consorte de Francia (1137-1152) y reina consorte de
Inglaterra (1154-1189) y su padre Enrique II Plantagenet, Rey de Inglaterra,
Duque de Normandía y Aquitania y Conde de Anjou. Emplearon a la joven Leonor de
Plantagenet como pieza de ajedrez casándola con nuestro joven rey D. Alfonso
VIII. Ella tenía 10 años y él 15. La mayoría de edad se tenía a los 14 años. Su
matrimonio sirvió para reforzar nuestras fronteras con Francia.
Doña Leonor tuvo a lo largo de su
vida diez hijos. Don Fernando nació en
Cuenca, fue el sexto, pues antes nacieron: Berenguela (1179-1246), Sancho
(abril 1181 - julio 1181), Sancha (1182 -1184), Urraca (1186-1220), Blanca
(1188-1252) y Don Fernando que nació el 29 de noviembre de 1189 y murió en
Madrid el 14 de octubre de 1211, heredero de la Corona de Castilla. Y después
nacieron: Mafalda de Castilla (1191-1204), Leonor (1190-1244), Constanza de
Castilla (1195-1243) y Enrique (1204-1217) que sucedió a su padre, Alfonso
VIII, con el nombre de Enrique I.
El nacimiento de Don Fernando
vino a coincidir con la terminación de la guerra que sostenía Castilla con el
reino de León, cuyo monarca pidió la paz ese mismo año, siendo una de la
cláusulas de capitulación el matrimonio con la infanta Doña Berenguela, hija mayor
de Alfonso VIII.
Como la codicia no tiene límite,
te diré que Doña Berenguela había sido prometida con capítulos matrimoniales y
firmados al hijo de Federico I, Emperador de Alemania, el apuesto Conrado
Barbarroja; pero al nacer Don Fernando, que heredaba el trono de su padre se
deshizo el acuerdo. De no haber sido varón el nacido, el trono lo hubiera
heredado su hermana y Conrado hubiera sido rey consorte.
Es de suponer, abuelo, que la
ciudad de Cuenca celebraría el acontecimiento. Mira Josemari, aun cuando nada
dicen las crónicas, que hasta ahora se conocen, de la fiesta con que se celebraron
tales acontecimientos, es indudable que las hubo. Como te he dicho eran tiempos
de continuas batallas y con ello también eran aficionados a la buena y
abundante mesa, es de suponer que aprovecharían el acontecimiento para aumentar
el condumio de los varios yantares diarios, el almuerzo a la hora tercia, luego
la merienda y después la comida del anochecer que tiempos más tarde la
llamarían cena. ¿Y que se comía entonces? Pues la carne de caza en abundancia,
entre platos de huevos, cuajadas y dulces irían los yantares que con sólo el
cuchillo y la cuchara tomarían de las bandejas, que el tenedor es mucho más
moderno, aunque la gente bien, cumpliera los preceptos que luego había de
ordenar Alfonso X para ser enseñada a los príncipes: “non les deben consentir que tomen el bocado con todos los cinco dedos
de la mano, para que non les fagan grandes”.
¿Sólo lo celebraron comiendo? No,
los caballeros se divertirían bohordando o tirando con arco y ballesta, sirviendo a la vez de distracción
pública, mientras los plebeyos tiraban a la barra, lanzaban piedras o jugaban a
los bolos y quién sabe si ya conocerían las vaquillas enmaromadas, que siempre
fueron los conquenses aficionados a los toros y en el patio del Alcázar los
disfrutaran.
¿Don Fernando se crió en Cuenca?
Su niñez la pasó en esta misma ciudad como tú y tan conquense como el que más.
Don Fernando alimentó las esperanzas de sus padres y de los súbditos con su
valentía y buen carácter. Sin embargo, murió en 1211, con tan sólo veintidós
años, tras una expedición contra los
musulmanes por Montánchez y Trujillo.
¿Se sabe algo más de Don
Fernando? Si, al comienzo del siglo XIII el único enemigo que le quedaba a
Alfonso VIII era los almohades. Había sufrido una derrota en Alarcos y es de suponer
que tuviera sed de resarcimiento. La lucha contra musulmanes era una fuente de
prestigio al estar apoyada por el Papa. Alfonso VIII
decide no renovar la tregua con los Almohades en 1210 y prepararse para la
confrontación. El infante Don Fernando, hijo de Alfonso VIII, era uno de los
mayores partidarios de no renovar la tregua y escribió al Papa Inocencio III en
1210 explicándole sus deseos. El Papa responde ese mismo año exhortando a los
obispos hispanos a que propusieran la guerra en sus diócesis y concedieran a
los participantes en la lucha los mismos derechos que a los cruzados. Como se
ve Don Fernando era un joven valiente que acompañaba a su padre en las batallas
que se celebraron durante su existencia. En 1211 a su regreso murió en Madrid
de fiebres.
Las esperanzas que se pusieron en
la persona de Don Fernando se fueron al traste, ocasionando un profundo dolor
con su pérdida. A su muerte el trovador Guiraut de Calanson señala que Don
Fernando era “agradable en toda acción” y “amable” en el aprecio tanto de la
dama como del caudillo, como demuestra el planh
(1*) de Guiraut de Calanson, las affabilitas (las virtudes) está bien
documentada en la poesía trovadoresca de la corte de Alfonso VIII.
Decían de Don Fernando: “Si Dios hubiera placido amar tanto a este
mundo, debiera haber sido caudillo e guía, Fernando, el hermoso, el bueno, el
agradable en toda acción, el liberal, el franco, el valiente y el amable, con
el que parecía que fuesen compensadlos el Joven Rey, Ricardo el famoso y el
conde Jaufré, los tres valiente hermanos, a quienes se parecía en cuerpo y
facciones, y en magnanimidad y en ser padre de todos los bienes, que ahora es
dolor de valentía y de generosidad”. Como ves el planh (1*) destaca primero
la belleza del infante y luego afirma su parecido físico con sus tres
tíos: Guillermo de Inglaterra, el famoso Ricardo Corazón de León y el conde
Godofredo de Bretaña, cuya agradable presencia física se suponía.
Después de estas explicaciones
salimos de la Catedral enfilando la calle de Alfonso VIII. Ese día aprendí que
nuestra ciudad fue lugar de reyes e infantes y que Cuenca fue cuna de un gran
hombre que se vio truncada su vida por la enfermedad y con ella el futuro de
esta ciudad.
Cuenca, 18 de noviembre de 2014
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
Fuentes:
-
(1*)
Planh: Obra lírica.
-
“Leonor
de Plantagenet y la consolidación castellana en el reino de Alfonso VIII”. José
Manuel (2012).
-
Poesía
juglaresca y juglares. Orígenes de las literaturas románicas. 1942. Madrid.
Austral 1991.
-
“Curia
y cortes en el reino de Castilla”. Las cortes de Castilla y León en la Edad
Media. Vol.1 Valladolid: Cortes de Castilla y León, 1988. 104-51
-
Los
trovadores en España. 1861. Barcelona CSIC, 1966
-
La
Literatura en la corte de Alfonso VIII de Castilla. Antonio Sánchez Jiménez.
Como siempre gracias por tus publicaciones. Esta es muy interesante.
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ResponderEliminarYa estaba echando de menos las enseñanzas que tuviste de tu abuelo. Gracias Chema como siempre archivo.
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