Reliquias de San Julián
Los Papas Clemente X, por Breve
(1*) de 26 de agosto de 1672 e Inocencio XII por Bula de 4 de febrero de 1696,
establecieron en todas las diócesis de España y sus Reinos el Rezo propio y
Misa de San Julián, que los Pontífices máximos Clemente VIII y Paulo V habían
decretado solamente para la de Cuenca.
El Cabildo de la Catedral de
Burgos se apresuró a ponerse en comunicación con el de Cuenca para inaugurar el
culto a su ilustre e insigne compatriota San Julián. Con este motivo se
intercambian cartas que han sido prácticamente desconocidas o no se les han
dado el valor que tienen para el esclarecimiento de algunos hechos como el que
nos ocupa.
La primera carta del Cabildo de
Burgos está fechada el 18 de enero de 1599, en la que solicita al Cabildo de
Cuenca, entre otras cosas: “Que V. sa nos ymbiar, relación, o un dibujo o pintura pequeña de la forma como en esa sancta yg.a se pincta mas propria, y comúnmente la imagen
deste gloriosso sancto, porque aunque tenemos antigua, nos satisfara mas la que
hubiese tenido V. sa en su yg.a”.
El Cabildo de Cuenca quedó
enterado de carta y el 29 de enero de 1599 y con el fin de atender las
peticiones se nombra una comisión compuesta por los Canónigos: D. Pedro de
Mendoza, D. Juan Zapata, D. Francisco Suárez de Cañamares y el Dr. D. Pedro
González del Castillo a quien confieren amplias facultades para disponer y
resolver.
Impaciente el Cabildo de Burgos
por no recibir contestación a la carta anterior con la prontitud que ellos
desearían, dirigen al de Cuenca otra el 22 de marzo de 1599.
Con fecha de 10 de mayo de 1599,
se le contesta a lo referido anteriormente: “Enuiamos A.V. S.a el
dibuxo y pintura del glorioso San Julián como en esta santa iglesia se pinta
mas propia y comúnmente la ymagen deste glorioso Santo”. Fue el Señor D.
Martín de Porres natural de la ciudad de Burgos, corregidor de la ciudad de
Cuenca y de Huete a quien el Cabildo entregó el despacho, la pintura y
Relaciones de la Vida y Milagros de San Julián, el cual entregó en mano, al
Cabildo de Burgos. La ciudad de Burgos acusó recibo del retrato, interrogatorio
contestado y Vida de San Julián, que el Cabildo de la Catedral de aquella
remitió a la de Cuenca.
Es necesario mentar que cuando
llegó el cuadro de San Julián a Burgos en esta ciudad se padecía la peste. El
día anterior al que llegó el cuadro de
San Julián habían muerto 67 personas. Salió el cuadro en procesión y ese día
sólo murieron tres personas y el segundo
día ninguno y desde ese día en adelante la peste huyó, cesando y enviando San
Julián la salud al pueblo de Burgos, hecho que certificó y dio fe el mismo
Corregidor portador del despacho y Joannes de Licasso, notario y secretario en
Burgos. Hecho que dio pie a una gran devoción en la ciudad de su nacimiento.
Reliquias de la Capilla de los Obispos |
El 4 de diciembre de 1599, Juan del Pozo Palomino, teniente
Deán de la Catedral de Cuenca escribe al Cabildo de Burgos indicando el
beneplácito de Roma para que celebren la festividad de San Julián con la mayor
solemnidad, por lo que el Cabildo burgalés adquiere dos esculturas que actualmente
con el cuadro, se veneran en la Catedral de Burgos. Este cuadro es de gran
tamaño, está situado frente a la puerta llamada de Pellegería y representa al Santo Obispo administrando la comunión a
unos enfermos. Situada al margen izquierdo del río Arlanzón, hay una calle que
lleva el nombre de San Julián, por existir la piadosa tradición de que en ella
vivió el Santo y los vecinos de las actuales casas en los números 3, 5 y 7,
reclaman con entusiasmo el privilegio de vivir sobre el solar de la casa, que
según los biógrafos, edificó el glorioso burgalés para su morada.
No está claro cuando fue enviada
la reliquia de San Julián a Burgos. Según el Concejo burgalés del 22 de marzo
del año 1700, D. Diego de Salamanca, regidor de esa Ciudad y Caballero de Alcántara,
informó a la Ciudad de cómo había tenido noticias del Sr. Obispo de Cuenca, que
enviaría la reliquia del glorioso San Julián para colocarla en la Santa Iglesia
de esa Ciudad por haber sido el Santo hijo y vecino de Burgos. Los señores del
Concejo acordaron que D. José Fernández Zorrilla y D. Diego de Salamanca se
pusieran en contacto con el Cabildo de la Catedral burgalesa para que nombrara
sus comisarios y configuraran, con los de la ciudad de Burgos, los festejos
para recibir las reliquias del glorioso San Julián Obispo que fue de Cuenca.
Reliquias existentes en la Capilla de los Obispos |
Con relación a la reliquia,
consta que en 1903 se quiso dar mayor y más espléndido culto a San Julián en
Burgos, celebrándose una función religiosa a la que asistió el Excmo.
Ayuntamiento en pleno, con sus maceros, estrenándose una nueva imagen del Santo,
dándose a besar su reliquia traída de Cuenca previamente.
He de decir que según obra en el
Archivo de la Catedral de Cuenca, resulta que en el Cabildo del 19 de junio de
1903, se leyó una comunicación del Excmo. Sr. Obispo, con la cual remitía una
solicitud, firmada por el Abad y Secretario de la Congregación burgalesa de San
Julián, y otra instancia que dichos señores habían dirigido a S.E.I., pidiendo
en ambas súplicas una reliquia auténtica de San Julián, Obispo de Cuenca.
Manifestaba al propio tiempo nuestro Excmo. Prelado, que vería con agrado se
accediese a los deseos de la referida Congregación y la Corporación Capitular,
juzgando muy justa la petición y queriendo complacer a su dignísimo señor
Obispo, nombró a los señores D. Pedro Rodríguez López, Maestrescuela y D.
Francisco González Herrero, Penitenciario, para que de acuerdo con S.E.I.
enviasen la reliquia en el modo y forma que estimasen conveniente, como así se
hizo, remitiendo un pedacito de hueso del dedo que se da a adorar a los fieles,
con adjunto testimonio, que firmaron el Excmo. Sr. Obispo con dichos
Capitulares y autorizaron con el sello del Obispado y del Cabildo.
Cuenca, 23 de enero de 2015
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
(1*) Breve Apostólico o
Pontificio es un documento firmado por el Papa y refrendado por la impresión
del anillo del Pescador, que generalmente tiene una extensión menor y una
importancia inferior a otros documentos papales como la bula o la encíclica.
Fuente: libro de Actas
Capitulares.
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