Europa entera es víctima de un terrible desequilibrio económico.
Según el Fondo Monetario
Internacional, desde 1970 hasta finales de 2008 se han producido, 447 crisis
financieras nacionales, de los cuales corresponden 124 bancarias, 208
devaluaciones de la moneda, 63 de deuda externa de los países y 52 a otro tipo
de crisis monetaria.
Se diferencia esta crisis de las
anteriores en que afectó a Estados Unidos siendo el motor económico mundial,
ocasionando una crisis global arrastrando con él a otros países.
En economía se considera que un país
entra en recesión técnica cuando en dos trimestres consecutivos experimenta un
crecimiento negativo del producto interior bruto. España en el cuarto trimestre
de 2008 entró en recesión al caer el PIB dos trimestres consecutivos en un
crecimiento negativo, pero el Banco de España no lo reconoció hasta enero de
2009 que lo anunció oficialmente.
Buscando en la hemeroteca he
encontrado en 1893 una publicación hablando de la crisis de esa época, que no
difiere ni un ápice de la nuestra, juzgue usted mismo:
“Europa entera es víctima de un terrible desequilibrio económico. En Francia, adquiere las proporciones de un
cáncer que amenaza trastornar su organización política-administrativa; en
Alemania ha llegado a su período álgido y en España, ni que decir tiene que ha
llegado el hambre.
Inútil es buscas el origen de
este fenómeno en el terreno económico, en su derivación toma como punto de
partida la moral. La falta de formalidad de los gobiernos, su ambición
desmedida y su deficiente administración, son causas suficientes para explicar
su degeneración.
En España, vemos, por desgracia,
la falta de pudor político en todos los gobiernos; y además, la absoluta
carencia de hacendistas inteligentes, capaces de atajar, siquiera, los rápidos
progresos del mal. Una combinación hace que cualquier ministro de Estado y
Justicia pase al departamento de Hacienda, como si éste fuera de fácil
desempeño, que era evitar la crisis política, se ha conseguido. Y si antes
teníamos en Hacienda un hombre, que influido por tendencias de partido, era proteccionista
severo, hoy tenemos otro, con ideas propias, cuyo programa consiste en cargar
más y más de cadenas al país y estrechar las paredes de su prisión, hasta
tocarlas con los codos, con objetos de que trabaje y vigorice la industria
nacional. Y así una política liberal, muy liberal, que permita los más
escandalosos fraudes en todos los órdenes de la vida social, daremos al traste
con todo la existente. Pero no hay que quejarse, porque en lo demás son
nuestros políticos grandes oradores avezados en las tremendas lides del
parlamentarismo. Confiesan que existe un déficit imposible de enjugar, pero con
tal elocuencia, que hay que perdonarlos.
En tal situación nos encontramos,
que hace falta muchos años de campaña moralizadora, de exquisita prudencia para
librarnos de una catástrofe. De nada sirve que el contribuyente aporte la tasa
del impuesto, siempre creciente. Se encuentra alejada de este foco inmundo,
consagrado en cuerpo y alma al trabajo y no logra enterarse de nada”. (S. López
Muguiro -El Justiciero - Madrid, 15 de Marzo de 1893).
La crisis que nos ha tocado vivir
es complicada, como la crisis comentada en el artículo de 1893, es fruto del
gasto desmesurado de gobiernos desaprensivos, y para salir de ella, en primer
lugar el gobierno de turno ha de rodearse de personas honradas y de valía,
siendo preciso fomentar la creación de empresas ya que éstas transforman el
ahorro en inversiones, contando con la colaboración de universidades, centros
de formación y servicios que faciliten a la población puestos de trabajo. Las administraciones locales deben facilitar la creación
del tejido productivo, facilitando la creación de pequeñas empresas y
autónomos.
Ante las próximas elecciones de
nuestra mano esta en tener un gobierno que aminore el tiempo de la salida de
esta crisis o hundirnos en ella nuevamente.
Cuenca, 27 de abril de 2015
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador Histórico
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