“No acabaréis nunca la Catedral, ni la gente se acordará de vuestro nombre”.
Un fresco aroma de primavera corría por las laderas del Cerro
del Socorro cuando asomándome desde el balcón que daba al barrio de San Martín
aprecié una alfombra de flores que adornaba su ladera. El Sol inundaba todo el
espacio haciendo que la floración luciera sus encantos en la plenitud de su
vida temporal, como una quinceañera luce sus gracias exhalando su aroma
juvenil.
La voz de mi abuelo rompió el hechizo del momento al hablarme
sobre el paisaje observado. ¿Sabes por qué se llama aquél cerro “del Socorro”?
Pues en lo alto, donde hoy luce el monumento del Corazón de Jesús, realizado
por tu tío, había una ermita dedicada a Ntra. Sra. Del Socorro, de ahí el
nombre que se ha conservado. Fue D. Mariano Catalina quien reconstruyó, en el
año 1901 la ermita, indicando que había sido destruida por los franceses. El
Ilustre Sr. al ser devoto de San Julián y de la Santísima Virgen mandó erigir
un altar, al lado izquierdo del retablo principal, en honor del Santo Obispo
San Julián, colocando una imagen de 0,83 centímetros, tallada en madera, con
vestimenta pontifical. Tiene un báculo en la mano derecha y en la izquierda una
cestita, siendo de notar la particularidad de tener capa pluvial sobre casulla.
¿Por qué te refieres a esa estatuilla como si estuviera presente cuando fue
destruida la ermita? ¿Te has fijado en que el lado izquierdo de la capilla del Transparente de la Catedral, hay una
estatua de San Julián con las características que te he dicho? Contestando, muy
interesado a mi abuelo, que sí; pues esa estatua posiblemente sea la que fue
comprada por D. Mariano Catalina, porque
en ella se da todas las características que te he descrito. Con la Guerra Civil
no quedó piedra sobre piedra y en 1957 se erigió el monumento del Corazón de
Jesús, por sufragio universal, es decir, con las donaciones que los conquenses
fueron haciendo a lo largo de más de diez años.
¿La catedral cuando se terminará de construir? Mira Josemári,
nuestra catedral parece que posee una maldición porque pocos son los años los
que ha lucido con todo su esplendor, las tormentas y los incendios han sido
devastadores para sus torres, que terminaron con su esbeltez. Te contaré lo que
sucedió con la Catedral de Colonia en Alemania. Tesoro del arte gótico más
puro, considerada como la “magna opus” del legendario río Rin.
Catedral de Colonia (Alemania) |
Desde que se inició su construcción, a mediados del siglo
XIII (15/08/1248) hasta que el Emperador Guillermo I pone la última piedra en
1583, generaciones de artistas y artesanos se afanaron frecuentemente por dar
cima a esta obra, cuya contemplación aún hoy se sumerge en la impresión de lo
sublime, por negar la vigencia a una antigua leyenda, cuyo protagonista es el
diablo, quien parece que se ha ido saliendo con la suya.
Cuentan que el arquitecto elegido por el Obispo Conrado de
Hochstadt se encontraba un día meditando en la orilla del río la traza de la futura
Catedral, cuando vió a un desconocido que dibujaba la estructura de un templo
magnífico. El arquitecto, le ofreció dinero para copiarlo pero ni oro ni
amenaza bastaron para convencer al extraño dibujante. Éste era el Diablo y
pedía para facilitar los planos en pergamino el alma del arquitecto. El caso
llegó a oídos del Obispo Conrado y éste aconsejó al arquitecto aceptar el
trato, pero llevando consigo una santa reliquia. Cuando el arquitecto tuvo ya
los planos en su poder, en lugar de firmar su perdición,sacó su reliquia y el
diablo tuvo que escapar enojado, lanzando esta maldición: “No acabaréis nunca
la Catedral, ni la gente se acordará de vuestro nombre”.
Esta leyenda parece que hasta ahora se ha ido cumpliendo,
pues en realidad poca gente conoce el nombre de su primer arquitecto: “Cherard
von Ride”, cuyo nombre, perdido en el tiempo, nunca ha podido ser concretado.
Con respecto a la maldición de no ver acabada nunca la obra, en la primera
guerra mundial, la aviación dejó caer sobre ella bombas destruyendo parte de la
estructura del mayor símbolo de la Paz Eterna que el hombre dedicó al Mesías.
La Catedral de Cuenca, en la Guerra Civil no fue dañada su
estructura, pero si fue saqueada, al igual que en la Guerra de la Independencia
y en cuantas contiendas ha habido en el territorio nacional al paso de las
hordas por estas tierras.
Me causó sensación el que mi abuelo mezclara al Diablo con
la casa de Dios y se me ocurrió preguntarle. ¿Hay diablos en la Catedral? Pues
claro, pero en otro sentido, hoy iremos en busca de los diablos.
Entramos en el Templo por la puerta de San Lorenzo
encontrándonos a Pepito quien nos saludó diciéndonos ¿Sabino con que cuento
vienes hoy trayendo al nieto?, venimos
en busca de diablos ¡Qué cosas tienes Sabino! Se fue alejando con ciertos aires
de Charló por su peculiar manera de andar.
El primero en aparecer fue en la
capilla del bautismo con la estatua de San Ignacio aplastando al diablo del
protestantismo. Fue realizada en 1750 por Manuel Álvarez y procede del antiguo
convento de Jesuitas de Cuenca. En la iconografía del siglo XV encontramos más
de media docena de diablos pero el más sobresaliente es el diablo Botis,
situado en la arquería del lado del Evangelio, por el lado exterior. Por último
encontramos otro en los cuadros de Bartolomé de Matarana (1573-1605) que
ilustro la vida de San Julián, entre ellos la tentación de San Julián en sus
días de ayuno. Así pasamos parte de la jornada en la búsqueda de los diablos y
demonios, contándome viejas historias en las que se manifestaban la existencia
de ellos y en las que se reflejaban los peores defectos de la humanidad.
Cuenca,
26 de mayo de 2015
José
María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico
·
(1*) Noticias del culto
tributado a San Julián. Don Rogelio Sanchiz Catalán. Imp. Sucesor de José G.
Madina. 1909