San Antón el protector de los animales
Hace años a San Antón se le
identificaba por el cerdo con el que lo representa la iconografía, hoy lo
recordamos como el Santo de los animales. La historia, pero más las tradiciones
van forjando las festividades que al final se queda en la parte lúdica
olvidando el sentido histórico real, no sabiendo donde empieza la ficción o en
qué punto culmina la realidad.
San Antonio en la Parroquia de la Virgen de la Luz de Cuenca |
¿Quién no recuerda al cerdo de
San Antón por las calles de los pueblos siendo alimentado por los vecinos? De
este hecho hay constancia de que ya se efectuaba en el último tercio del siglo
XVIII. Nació con la intención de que sus ganancias, por la venta del cerdo, contribuyeran
al mantenimiento del Culto y a la conservación de la ermita junto con las
dependencias del capellán que era designado por el Cabildo Catedralicio.
En mis estudios sobre la
iconografía siempre me he preguntado por la elección del cerdo para designar a San Antón, pues el
cerdo en las Antiguas Escrituras es tenido como un animal impuro. San Antonio Abad
es representado con el hábito negro, con la Tau en su pecho, con el bastón de
abad y la campanilla anunciadora de la llegada de los antonianos y el fuego en
sus pies.
Permítanme que como estudioso de
la iconografía les descifre algunos signos interesantes de este gran Santo del
siglo IV, que murió un 17 de enero del año 356 y que según algunos biógrafos,
vivió 105 años.
Los Antonianos, durante siglos
fue una de las órdenes religiosas más enigmáticas y desconocidas de la
cristiandad que utilizó como distintivo el hábito negro, la cruz azul de la
Tau. Esta Orden nació en tierras egipcias con la finalidad de curar una extraña
epidemia que asolaba la Europa del Medievo, debiendo su nombre a San Antonio
Abad, famoso por sus visiones y tentaciones diabólicas. En algún otro momento
les contaré las tentaciones diabólicas del Santo ya que la Parroquia de la Virgen de la Luz posee una pintura donde está reflejado este hecho.
Terminando el siglo IX, nueve
caballeros franceses, decidieron recuperar el cuerpo del Santo que obraba en
poder de los emperadores de Oriente desde que fuera descubierta su tumba y ser
trasladada a Alejandría y después a
Constantinopla. Una vez recuperado el cuerpo fue instado en la ciudad de
Saint-Antoine-de-Viennois, coincidiendo con la propagación de una epidemia
conocida en la Europa medieval como “ignis
sacer” o fuego sagrado, de ahí el fuego en los pies del Santo. Esta extraña
enfermedad, cuenta las crónicas, que sus características y síntomas era la
gangrena de pies, piernas, brazo y manos. De quienes la padecían se decía que
estaban consumidas por el fuego sagrado y se ennegrecían como el carbón las
partes afectadas.
San Antonio Abad en andas en la Parroquia de la Virgen de la Luz Barrio de San Antón de Cuenca |
Entre los miles de afectados se
encontraba Girando de Valloire, hijo del noble Gastón de Valloire, quien viendo
próxima la muerte de su hijo, hizo voto de ofrecimiento de su persona y bienes
a San Antonio. Esa misma noche Gastón tuvo un sueño en el que San Antonio le
decía que había curado a su hijo gracias a la petición que había hecho a Dios,
solicitándole que sus bienes ofrecidos fueran empleados en socorrer a los
afectados por el fuego sagrado. El santo le ofreció su báculo en forma de letra
griega TAU y le mandó que lo hincara
en la tierra, obedeciendo el noble, comenzando a brotar pajo sus pies
abundantes flores y frutos, llegando su milagro a todos los afectados en la
comarca. De este hecho nació la Orden de los Caballeros de San Antonio, cuya
constitución fue aprobada por el Papa Urbano II en el año 1095. Los primeros
antonianos eran seglares hasta que en el año 1218 recibieron los votos
monásticos del Papa Honoro III, ochenta años después, en 1297, adquirieron
cánones propios, adscritos a la regla de San Agustín, por parte del Papa
Bonifacio VIII, extendiéndose la orden por Francia, España e Italia.
El Cerdo de San Antonio |
¿Por qué el cerdo y no otro animal?
La contestación es sencilla, y hay más de una explicación. Una de ellas es la
que presenta la tradición a San Antón como el triunfador de la impureza
identificada en el cerdo. El milagro de generosidad del Santo, al haber
devuelto la vista a la cría de un jabalí es el principal motivo por el que es
el Santo de los animales. Otra, porque el cerdo fue el alimento para los
enfermos que cuidaba la Orden de los Antonianos en sus hospitales, estando los
animales en libertad y siendo alimentados por los habitantes de los pueblos y
ciudades donde estaban estos hospitales.
San Antón era tenido como el
protector contra la lepra y la gente celebraba el día de su fiesta comiendo
torta, que era repartida a los fieles que acudían a la función religiosa, para
que el Santo les protegiese contra esta enfermedad terrible, dando de comer
también a sus animales, de ahí surgió el donativo del panecillo para proteger a
los pobres contra la enfermedad.
Nuestra actual cultura nos ha
llevado a ver a San Antón como el protector de los animales y mascotas que con
tanto cariño comparten nuestros hogares. Como buenos devotos del Santo, no
dejemos de ir a coger nuestro panecillo y celebrar con júbilo la festividad del
Santo, acudiendo a la procesión y a la bendición de los animales de nuestra
casa, que tanto cariño derrochan en nosotros para que San Antón les de salud
durante todo este año.
Cuenca, 17 de enero de 2015
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador historio.
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