El Potosí y Amador
Cabrera
¡Vales un potosí! Una expresión
española que viene a expresar el valor o la estimación que se tiene hacia una
persona. Pero, ¿de donde partió esta frase? Se originó de las fabulosas riquezas
de oro y plata de las minas del Potosí en el Alto Perú, hoy en día
perteneciente a Bolivia.
Valle del Potosí - Bolivia |
Estas minas fueron descubiertas
por el conquense Amador de Cabrera, que nació en Cuenca, pariente de los
marqueses de Moya. A mediados del siglo XVI viajó a América en la escolta del
virrey Don Andrés Hurtado de Mendoza y se le considera el descubridor de las
minas de azoque de Huancavelica. Según una tradición local, tal descubrimiento
lo habría hecho gracias a la información que le proporcionó un indígena para
agradecerle que no hubiera castigado a su hijo tras perderle éste el sombrero
durante una procesión, sin embargo, los documentos del Archivo de Indias
indican más bien que quien conoció en primer lugar la existencia de las vetas
fue Juan Tunsvilca, un cacique de los
indios angaraes, aunque Cabrera se
apresuró a denunciar el hallazgo como suyo. Él mismo se encargó de poner las
minas en explotación, lo que facilitó la obtención posterior de grande
cantidades de plata mediante la aplicación del sistema amalgamación.
En el año 1544, en el valle los españoles fundaron
la población de Potosí donde habitaban. En el cerro de San Pedro habitaron
algunas familias españolas como el cura, el teniente de justicia junto a
personas de diversas tribus, esta comunidad poseía sus propios gobernantes y
cofradías. Se construyeron dos iglesias que fueron atendidas por los
franciscanos y luego por los agustinos.
La producción de las minas en los
primeros años hizo que gentes de todos los oficios de la minería llegaran al lugar,
así como mercaderes que al poco tiempo regresaron a España enriquecidos. Las riquezas del Nuevo Mundo eran, sobre todo
el oro, la plata, el cobre y el estaño y la gran mayoría se encontraban en las
minas de Potosí.
Se cuñó moneda en el mismo lugar
a la que se le denominó potosí, moneda
de mucho valor en la época colonial, llegando a ser su circulación de carácter
universal, siendo posible el intercambio con las demás monedas de acuerdo a la
equivalencia o su valor. Un potosí podía equivaler a un franco francés o a una
libra esterlina.
La población que permitió acuñar
la frase para la posteridad en el siglo XVI y que ha llegado hasta nuestra
época es ahora una de las más pobres de América.
Cuenca, 4 de noviembre de 2016
José María Rodríguez González.
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