Un templo a imagen de
la Nueva Jerusalén
Las catedrales románicas se construían a escala humana y estaban pintadas
de vivos colores. El gótico rompe con los grandes muros que soportaban las
naves, creando una estructura donde las fuerzas de empuje son
absorbidas por líneas arquitectónicas, con los arbotantes y arcos ojivales, de
forma que no hacen falta las paredes. Una nueva perspectiva aparece para la
creación de una Nueva Jerusalén. La Catedral de Cuenca está a caballo entre los
dos estilos, fundiéndose en ella, como un crisol, el Románico y el Gótico; convirtiéndola en la primera Catedral Gótica del Reino de
Castilla.
En la Apocalipsis de San Juan o libro de las revelaciones, el capítulo 21,
habla de la Jerusalén futura: “Y vi
una Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada
como una novia ataviada para su esposo… Tenía una muralla grande y alta con
doce puertas; y sobre las puertas doce ángeles…” (Ap. 21 2-14)
En la Edad Media éste era el fin último de la vida, de la otra vida, la eterna
y definitiva, después de la muerte, el llegar a conseguir entrar en el lugar que Cristo tenía preparado para el creyente; y se pensó reconstruirla en la tierra y poder disfrutar de la Nueva Jerusalén sin tener que cruzar la barrera de la muerte. Y se hizo la luz en su
interior, el resplandor llego a ella a través de sus grandes vitrales. “Yo soy la Luz” (Jn. 8, 12), dice Jesús en
el Nuevo Testamento. La luz es sinónimo de la presencia de Dios.
Fue Alfonso VIII y su reina Leonor de Plantagenet quienes comenzaron la magna
obra, pero ¿Fueron ellos los que la finalizaron?
La obra les sobrepasó a su reinado y tras él llego Fernando III, llamado el Santo. Casó con Beatriz de Suabia, hija del Emperador de Alemania y su madre fue Irene Angelina, hija de Isaac Ángel, emperador de Constantinopla. ¿Tuvo algo que ver esta segunda reina en el proceso de construcción? ¿Hay algún vestigio de su presencia y contribución? ¿El triforio con sus ángeles simbolizan los doce ángeles de los que habla el libro del Apocalipsis?
La obra les sobrepasó a su reinado y tras él llego Fernando III, llamado el Santo. Casó con Beatriz de Suabia, hija del Emperador de Alemania y su madre fue Irene Angelina, hija de Isaac Ángel, emperador de Constantinopla. ¿Tuvo algo que ver esta segunda reina en el proceso de construcción? ¿Hay algún vestigio de su presencia y contribución? ¿El triforio con sus ángeles simbolizan los doce ángeles de los que habla el libro del Apocalipsis?
Estas y muchas otras preguntas serán resueltas en la conferencia que el
investigador José María Rodríguez impartirá el día 16 de marzo de 2017, a las
19.00 horas en la Biblioteca “Fermín Caballero” de Cuenca, en la que Raquel
Carrascosa, Directora del Aula Poética de Cuenca, hará las presentaciones.
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