“Este Niño será piedra de contradicción: y una espada
atravesará tu alma”.
Tomando esa visión tiene la
virtud especial de hacer que nos olvidemos de nosotros mismos, reparando en la
bondad infinita de Nuestro Señor tiene para con nosotros.
Rejería Catedral de Cuenca. Profecía de Simeón a María Foto: José María Rodríguez González |
Aunque la vida de María haya sido
un largo e ininterrumpido martirio, la Iglesia se ha fijado particularmente en
siete de los muchos dolores de la Virgen para ponerlos a nuestra devota
consideración. Constituyen parte del Oficio en forma de antífonas y son los
siete misterios que se han de meditar en el Rosario de los Dolores; a saber:
- La
Profecía de San Simeón.
- La Huída a Egipto, la pérdida del Niño Jesús.
- El
encuentro de Jesús en la calle de la amargura.
- La crucifixión,
- La maternidad
espiritual.
- El descendimiento de la Cruz.
- La sepultura del cuerpo de
Nuestro Señor.
Puede asegurarse que son como el compendio misterioso de los
otros dolores tan numerosos de María y el tipo de todos los posibles dolores
humanos.
A los cuarenta días del
nacimiento de Jesús, la feliz madre llevando a su Divino Hijo en los brazos, se
dirigió al templo. Un anciano venerable llamado Simeón esperaba al Niño y le
proclamó “luz de las naciones y gloria de
Israel”. Pero he aquí que repentinamente el anciano cambia el tono y la
expresión de su cara y volviéndose a María le dirige estas dolorosas palabras: “Este Niño será piedra de contradicción: y
una espada atravesará tu alma”. Era el anuncio de todos los dolores que
aguardaban en el porvenir a esta augusta Madre. María se encuentra de repente
trasladada en medio de las sombras del Calvario. Angustiada y afligida padece
un verdadero suplicio de todos los males juntos que su amor puede imaginar.
¿Puede concebirse algo más
doloroso que el estado de un alma que se ve amenazada de una desgracia
espantosa, terrible y absolutamente inevitable? La Virgen reveló a Santa
Brígida que mientras vivió sobre la tierra ni un solo instante pasó sin que la
espada predicha por Simeón no le atravesara el corazón.
Cuenca, viernes, 7 de abril de 2017
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
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