viernes, 7 de abril de 2017

La pasión vista a través de María. Viernes de Dolores


Este Niño será piedra de contradicción: y una espada atravesará tu alma”.

Tomando esa visión tiene la virtud especial de hacer que nos olvidemos de nosotros mismos, reparando en la bondad infinita de Nuestro Señor tiene para con nosotros.

Rejería Catedral de Cuenca. Profecía de Simeón a María
Foto: José María Rodríguez González
Aunque la vida de María haya sido un largo e ininterrumpido martirio, la Iglesia se ha fijado particularmente en siete de los muchos dolores de la Virgen para ponerlos a nuestra devota consideración. Constituyen parte del Oficio en forma de antífonas y son los siete misterios que se han de meditar en el Rosario de los Dolores; a saber: 
- La Profecía de San Simeón. 
- La Huída a Egipto, la pérdida del Niño Jesús. 
- El encuentro de Jesús en la calle de la amargura.
- La crucifixión, 
- La maternidad espiritual.
- El descendimiento de la Cruz. 
- La sepultura del cuerpo de Nuestro Señor. 

Puede asegurarse que son como el compendio misterioso de los otros dolores tan numerosos de María y el tipo de todos los posibles dolores humanos.

A los cuarenta días del nacimiento de Jesús, la feliz madre llevando a su Divino Hijo en los brazos, se dirigió al templo. Un anciano venerable llamado Simeón esperaba al Niño y le proclamó “luz de las naciones y gloria de Israel”. Pero he aquí que repentinamente el anciano cambia el tono y la expresión de su cara y volviéndose a María le dirige estas dolorosas palabras: “Este Niño será piedra de contradicción: y una espada atravesará tu alma”. Era el anuncio de todos los dolores que aguardaban en el porvenir a esta augusta Madre. María se encuentra de repente trasladada en medio de las sombras del Calvario. Angustiada y afligida padece un verdadero suplicio de todos los males juntos que su amor puede imaginar.

¿Puede concebirse algo más doloroso que el estado de un alma que se ve amenazada de una desgracia espantosa, terrible y absolutamente inevitable? La Virgen reveló a Santa Brígida que mientras vivió sobre la tierra ni un solo instante pasó sin que la espada predicha por Simeón no le atravesara el corazón.

Cuenca, viernes, 7 de abril de 2017


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

No hay comentarios:

Publicar un comentario