Institución de la Santa Eucaristía
Fue en la ÚLTIMA CENA donde se
descubrió la traición. Llegaba ya a su fin el mes de Nisán (*) Era la tarde del
jueves, pero según el modo de contar el tiempo de los judíos, había ya
empezado en viernes, primer día de los
ácimos.
Era el momento de cumplir con los
ritos simbólicos de la Pascua.
El Cenáculo estaba dispuesto para
recibir a Jesús y a sus discípulos. Todos llegaron al anochecer. Venían de
Betania. Sentándose a la mesa los doce alrededor del Maestro, y empezaron a
cenar.
Ninguno de los ritos ordenador
omitió Aquel que un día dijo a Juan Bautista: “Menester es que cumplas todas
las prescripciones de la Ley”.
Tras la primera parte de la cena
en que se comía el cordero pascual con pan sin levadura y lechuga silvestre,
seguía la otra que era menos ordenada y estaba separada de la primera por la
ablución de las manos.
En esta segunda parte de la cena
instituyó Jesús el más augusto de los Sacramentos, la Eucaristía, y la más
sublime de las dignidades, el sacerdocio.
No traeremos aquí todos los
pormenores del relato evangélico, pero sí recordaremos los hechos principales.
“Mis amados apóstoles –dijo el
Señor- con vivas ansias deseé comer esta
Pascua con vosotros, antes de que padezca”.
En el momento en que el ritual
ordenaba a los convidados que se lavasen las manos, Jesús, el Hijo de Dios, a
punto de pasar de este mundo al Padre, sabiendo ya que Judas le había vendido,
quiso dar a los suyos a quienes tanto amaba, nuevo y supremo testimonio de su
amor. Tomó un paño y se lo ciñó a la cintura, vertió agua en un lebrillo y arrodillándose
ante sus apóstoles, empezó a lavarles los pies.
Simón Pedro no pudo aguantarlo.
Cuando Jesús se llegó a él, exclamó: “¿Ti Señor, tú lavarme a mí los pies?
-No entiendes ahora lo que hago-
respondió Jesús con mansedumbre- ; más adelante lo sabrás.
-Jamás toleraré- repuso Pedro-
que Tú me laves los pies.
-Si no te lavo los pies, no
tendrás parte conmigo.
-¡Oh! Si es así, señor, lávame no
solamente los pies, sino las manos y la cabeza.
-No es necesario- insinuó Jesús-
El que acaba de lavarse limpio está; sólo necesita lavarse los pies, para
limpiar las manchas del viaje. Vosotros, limpios estáis, bien que no todos.
Nuevamente se sentó Jesús a la
mesa, afligido estaba visiblemente por la inminente traición de Judas: “En verdad, en verdad os digo, que uno de
vosotros me hará traición, y ese tal como conmigo”.
Los discípulos horrorizados se
miraban unos a otros, dudando de quién hablaría. “¿Quién es?, dijo Pedro al
oído de San Juan. Y Juan, recostándose más sobre el pecho de Jesús, le
preguntó: “Señor, ¿Quién es?
-Es aquel a quien Yo daré ahora
pan mojado.
No oyeron los demás apóstoles
estas palabras: “Señor, ¿seré yo por ventura? También Judas le preguntó:
“Señor, ¿soy yo acaso?” “Tú lo has dicho”, le respondió Jesús, como para
obligarle a que parase mientes en la gravedad de su pecado. Esta respuesta de
Jesús la oyó solamente el traidor y la entendió, pero se obstinó en su culpa.
Teniendo muy presente a su
espíritu la inicua traición de Judas, instituyó Jesús el Sacramento por el que
se dio a en comida a todos los fieles hasta la consumación de los siglos.
Tomó el pan con sus santa y
venerables manos, lo partió y dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y comed:
esto es mi Cuerpo”.
Tomando asimismo el cáliz. Dio
gracias, y se los dio diciendo: “Bebed todos de él: porque ésta es mi Sangre,
Sangre del nuevo Testamento, la cual será derramada por muchos para remisión de
sus pecados”. Y Añadió: “Haced esto en memoria mía”.
Tales fueron con admirable
sencillez e inefable grandeza, la primera comunión y la primera ordenación. La
fe y la pereza de corazón tan admirable de los once apóstoles fieles,
consolaron algo al Divino Maestro de la infame traición de Judas.
Cuenca, 10 de abril de 2017
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
________________________________
(*) Nisán: El mes de abril en el
Hebreo se le conoce como el mes de Aviv o Nisán. Este mes es el primero del año
para los Hebreos y celebran la Pascua (Ex. 12, 1-2) porque fue en una noche del
mes de Aviv cuando Dios los sacó de Egipto (Dt. 16, 1).
No hay comentarios:
Publicar un comentario