“Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría”.
Recuerdo algunos libros con
cierto cariño que de alguna manera influyeron en mí, haciéndome despertar el
interés por la lectura en mis años jóvenes, el primero fue “La Madre”, de Pearl
S. Buck, su contenido constituye un puente entre nuestro mundo y el país
asiático en un marco histórico de la década de 1930, y el otro fue el de los
“Tres mosqueteros”, de Alexandre Dumas, libro ambientado en el reinado de Luis XIII de Francia, como todos sabéis narra
las aventuras del joven Dartañán en su intento en convertirse en mosquetero del
rey, libro que leí de un tirón.
Es alarmante cuando oyes y lees
en los medios de comunicación que el 39% de los españoles no leyeron nunca un
libro, cifras del año 2015. El Día Internacional del Libro nos conciencia en
esta asignatura pendiente que tenemos. Desde el año 1995, promovido por la
UNESCO, se viene celebrando el día de la lectura. El 23 de abril de 1996 se
inició en varios países y en 2008 la alcanzó la celebración a la mayoría de los
países del mundo.
Como investigador no puedo pasar
por alto explicar la elección del 23 de abril como el “Día Internacional del
Libro”. El rey Alfonso XIII firmó el 6 de febrero de 1926 un Real Decreto por
el que se creaba oficialmente la Feria del Libro Español coincidiendo con el
nacimiento de Cervantes, pensándose que había nacido el 7 octubre, por lo que
se estableció ese día como el más idóneo para dicha celebración.
Como siempre hay alguien que se
le ocurre la idea, y este fue el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés,
quien propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona, esta fecha del
nacimiento de Cervantes, aprobándose su celebración en marzo de 1925,
coincidiendo el primer año con la Exposición del Libro Español de Buenos Aires.
En el año 1930, se instauro la
fecha el 23 de abril, enraizando rápidamente por todo el territorio nacional,
pero en la zona de Cataluña fue diluyéndose poco a poco al coincidir la
festividad con la “Diada de Sant Jordi”
(Día de San Jorge), haciéndose tradicionalmente en Cataluña, el intercambio de
regalos de una rosa y un libro entre las parejas y personas queridas.
En el año de 1995 la Conferencia
General de la UNESCO decide aprobar su celebración el 23 de abril para rendir
un homenaje universal a los autores y a los libros al pensar que en esa fecha
exacta se daba la coincidencia del fallecimiento de tres grandes personajes de
la literatura: Cervantes, Shakespeare y
Garcilaso de la Vega.
El tomar el 23 de abril como
fecha exacta del fallecimiento de los tres personajes es un error que se ha
venido cometiendo desde el día de su instauración. Si tomamos a Miguel de
Cervantes Saavedra, como primer nombrado, no murió un 23 de abril, sino el día
22 de abril. Figuró la fecha del 23 durante muchos años debido a que por
aquella época de 1616 era costumbre consignar como fecha de fallecimiento la
del entierro, figurando así en el “libro de difuntos”, del archivo parroquial
de la Iglesia de San Sebastián de la calle Atocha de Madrid, en el libro 4º
folio 270.
Con relación a William
Shakespeare, el error parte del calendario juliano. En 1616 regía este
calendario en Inglaterra; si tuviéramos que cuadrarlo en nuestro calendario
actual, que es el calendario gregoriano, nos encontramos con que Shakespeare
habría fallecido once días más tarde, por lo que estaríamos hablando del 3 de
mayo.
Si hablamos de Garcilaso de la
Vega, son muchos los historiadores, investigadores y expertos que no se ponen
de acuerdo con la fecha exacta de su fallecimiento que se toma como el 23 de
abril de 1616. Hay inscripciones en la que aparece el 22 de abril y en otras el
23 e incluso el 24 por lo que es difícil el constatar cual de los tres días fue
el del fallecimiento, posiblemente pueda ocurrir lo que nos pasa con la muerte
de Cervantes que fallece un día y es enterrado en otro.
Esto se puede tomar como
anecdótico, lo importante es el tener un día de celebración donde se recuerde
la necesidad de leer. En muchísimas ocasiones hemos sido y seguiremos siendo
testigos de que un libro ha hecho la fortuna de un hombre o que ha cambiado su
vida. Un libro es un amigo que te espera pacientemente, que te descubre mundos
sin necesidad de moverte de casa, que te abre puertas al conocimiento infinito.
Terminaré con un proverbio árabe
que decía: “Libros, caminos y días dan al
hombre sabiduría”.
Feliz día del libro.
Cuenca, 23 de abril de 2017
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
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