El pueblo de Cuenca y
la novena a la Virgen de las Angustias.
El pueblo conquense se prepara
para su Semana Santa, desde el día 9 de marzo se viene celebrando la Novena a
la Virgen de las Angustias, hasta el Viernes de Dolores. Nueve días que falta
sitio en el Santuario para albergar a quienes con devoción siguen la Novena.
Este año para mí es el primero
que asisto y cuál fue mi sorpresa el ver como la devoción sigue vigente en las
almas de los conquenses.
En el desarrollo de la novela se
hace referencia a las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, es decir a la “Adoración de las cinco llagas de Jesús
Crucificado” y eso me ha hecho investigar de donde procede esta devoción ya
que en la actual investigación, de la parte angelical de la Catedral de Cuenca, he encontrado dos cuadros que hacen referencia a este asunto en la persona de
San Francisco de Asís”.
El 17 de septiembre se celebra la
impresión de las llagas de San Francisco de Asís. He tenido la suerte de estar
en Asís personalmente y quedé impresionado de cómo este hombre se identificó
tanto con Jesucristo Crucificado que en su mismo cuerpo recibió las señales de
la Pasión.
San Francisco de Asís. Siglo XVI
Catedral de Cuenca
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Según su biógrafo, dos años antes
de su muerte, San Francisco se retiró con cinco de sus hermanos al Monte Alvernia para celebrar la Asunción
de la Virgen y preparar la fiesta de San Miguel Arcángel. Fue en la fiesta de
la Exaltación de la Santa Cruz cuando San Francisco arrodillado en su celda y
estando rezando con los brazos abiertos, al amanecer, se le apareció Cristo
Crucificado en la figura de un serafín de seis alas. Después de conversar con
él desapareció dejando en el cuerpo del Santo las llagas sagradas de Cristo. De
esta misma manera es como es representado en dos cuadros, de diferente autor,
ambos del siglo XVI, San Francisco.
Entre las Misas medievales
existía una en honor a las llagas de Cristo, se creía que fue escrita por San
Juan Evangelista y revelada al Papa Bonifacio II en el año 532. Se conocía como
la Misa Dorada, tanto el Papa Inocente VI (1362) como Juan XXII (1334) le
otorgaron indulgencias. Durante su celebración siempre se encendían cinco velas.
Popularmente se sostenía que si alguien la escuchaba durante cinco días
consecutivos nunca sufriría los dolores que causa el fuego del infierno.
La devoción a la llaga del Costado de Cristo, abierta por
la lanza del soldado (Jn. 19, 33s.) andando el tiempo fue independizándose para
dar origen al culto al Sagrado Corazón de Jesús, fiesta y devoción en auge
desde el siglo XVII.
San Francisco de Asís
Catedral de Cuenca
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Las llagas de Jesús, dice san Buenaventura, son las
flores rojo sangre de nuestro dulce y florido Paraíso, sobre las cuales ha de
revolotear el alma como una abeja, libando ya en ésta, ya en aquélla. Por la
herida del costado ha de llegar hasta el corazón mismo. A la vez corre la sangre
en arroyuelos por el Paraíso.
Cuenca, 15 de marzo de 2018
José María Rodríguez González. Investigador histórico.
ADORACIÓN A LAS CINCO LLAGAS DE JESÚS CRUCIFICADO
1ª A la llaga del pie izquierdo
Te adoro, llaga santísima del pie izquierdo de mi Señor Jesucristo;
y por la sangre que por ella derramaste, te suplico, ¡benignísimo Salvador
mío!, me concedas una fe viva, y perdones los malos pasos y movimientos de mi
vida disipada.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)
2.ª A la llaga del pie derecho
Te adoro, llaga sacratísima del pie derecho de mi Señor Jesucristo;
y por el dolor que por ella padeciste, te suplico, ¡dulcísimo Redentor mío!,
traspases mi alma con el clavo de tu santo temor, concediéndome una firme
esperanza, y la gracia de andar siempre recto por el camino real de tu santa
ley.
(Padrenuesto, Avemaría y Gloria)
3.ª A la llaga de la mano izquierda
Adoro, amantísimo Jesús mío, la llaga de tu mano izquierda; y te doy
gracias de haberla recibido por mi amor. Concédeme por la sangre que por ella
derramaste, una caridad ardiente; perdóname las ofensas que te hice con mis
perversas acciones, palabras y sentidos.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)
4.ª A la llaga de la mano derecha
Adoro, pacientísimo Jesús mío, la llaga santísima de tu mano
derecha; y por los tormentos que en ella padeciste por mi amor, te suplico me
perdones el mal uso que hice de mis potencias, y me otorgues la gracia de estar
en el Juicio Final a tu mano derecha con los escogidos.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)
5.ª A la llaga del costado
Te adoro, llaga amorosísima del costado de Jesús; ¡quién pudiese
morar en ese sagrado asilo, en ese divino Corazón en quien descansan los
elegidos! Por la sangre y agua preciosa que salió de ese costado abierto, y por
el vivo dolor que hirió el Corazón de tu amantísima Madre; concédeme, Señor, la
perseverancia final, y haz que penetren en mi pobre corazón los nobilísimos
afectos que animaban el tuyo.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Pues por tu santa cruz
redimiste al mundo.
Oración
Te rogamos, Señor, mires benigno a estos tus siervos, por los
cuales Nuestro Señor Jesucristo voluntariamente se entregó en manos de
los pecadores y sufrió el tormento de la cruz. Que contigo vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
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