La falta de mantenimiento y el cierre de los servicios públicos hacen de los parque lugares pocos saludables.
Tres son los parques que esta
ciudad tiene en el centro de la urbe. El mítico San Julián, el de los Moralejos
y el Vivero. Loa parques son espacios donde podemos soñar de día, mantenernos
en forma, pasear al perro o sentarnos tranquilamente a tomarnos un helado o un
bocadillo y sentir que la ciudad dispone de un espacio donde poder pasar un
rato disfrutando del frescor que proporciona su vegetación en verano. Ya sean o
no buenos para la vida económica de la ciudad, los parques nos hacen sentir
bien como a la flora y la fauna que los habita y el ciudadano que lo visita. Es
decir, se trata de un sitio intrínsecamente democrático para todo el mundo.
Esta semana de ferias paseando
por ellos he observado la falta de servicios públicos útiles. Las instalaciones de estas características en los parques mejoran la calidad de
vida ciudadana, en especial, de la gente mayor, personas con capacidades
diferentes, con problemas de salud y familias con niños y niñas que se ven en
la necesidad de utilizar los de los bares o cafeterías próximos a ellos.
Estos espacios públicos son de
todos los ciudadanos, por lo que hay que cuidarlos y velar por su correcto uso
y mantenimiento, cosa que no sucede con los WC que hay en ellos, sobre todo el
del parque de los Moralejos en el que están lapidados sus accesos y el resto de
las paredes están grafiteadas por completo.
WC del parque Los Moralejos de Cuenca |
Es la falta de mantenimiento lo
que hace que se conviertan en centro de delincuencia y drogadicción y si se
quiere evitar que ésto suceda y realizar un verdadero aporte a la seguridad
ciudadana es necesario cuidar, mantener y recuperar los espacios públicos y
ello trae una serie de beneficios que toda la ciudadanía agradece.
Estas letras no son una crítica a
las autoridades que tienen competencia en ellos sino un toque de atención para
que se pongan en uso y servicio. El parque de San Julián siempre ha tenido sus
WC abiertos desde su creación y con una persona a su cuidado en el interior,
ello servía para que estuvieran en perfecto estado de uso y vigilancia en las
horas centrales del día.
Por una ciudad más digna y grata
donde vivir.
Cuenca, 18 de agosto de 2018
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
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