El rezo mozárabe considera la Asunción como uno de los mayores dones que la mano de Dios ha dispensado al mundo.
Se desconoce a ciencia cierta la
época precisa en que se comenzó a celebrar en la Iglesia la festividad de la
Asunción, si bien documentos irrecusables atestiguan que ya en el siglo VI, se
celebraba con solemnidad. En España, parece arrancar esta fiesta
de los últimos tiempos de la monarquía visigoda, del reinado de Wamba, según
demuestran importantes autores, si bien la creencia en este misterio, estaba ya
arraigada entre los pueblos antes de estas fechas. Es más, en la literatura
española no sólo aparece la afirmación categórica de la Asunción corporal de
María Santísima, sino que además se encuentran expuestos con solidez y devoción
los principales argumentos en que se apoya el misterio.
Asunción de María
Catedral de Cuenca
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El rezo mozárabe considera la
Asunción como uno de los mayores dones que la mano de Dios ha dispensado al
mundo, diciendo que en este día la Virgen subió a los cielos “entre legiones de
Ángeles hermosísimos, entre los haces refulgentes de los Profetas, entre los
coros de los Apóstoles, de las Vírgenes y de los Mártires”, y fue colocada por
el Eterno en un trono de gloria inenarrable y supremo, sobre todos los coros de los justos donde reina la Virgen María en cuerpo y alma, rodeada por la corona
de las vírgenes y ensalzada por los cantares de los ángeles.
Las razones que alega la Teología
para defender esta magnífica gloria y prerrogativa de María Santísima por lo
que atestigua su Asunción corporal pueden reducirse a dos: La Maternidad divina y
los privilegios que de ella dimanan, a saber: La perpetua virginidad y su
oficio de corredentora. En cualquiera de las misas asuncionistas de España
aparecen estos argumentos admirablemente expresados.
La celebridad que en todo el orbe
cristiano alcanzó esta fiesta en remotísimos tiempos y la enorme rapidez de su difusión no permiten dudar que el misterio de la Asunción de la Virgen sea una
tradición que nos legaron los propios Apóstoles y por lo tanto, susceptible de
definición dogmática, como lo fue la Inmaculada Concepción, del cual la
Asunción es consecuencia natural.
El dogma fue definido como "dogma
de fe" por el Papa Pio XII, el 1 de noviembre de 1950. La Iglesia Católica
celebra esta fiesta en honor a la Virgen, en Oriente desde el siglo VI y en
Roma desde el siglo VII. La festividad se viene celebrando el 15 de agosto.
Publicado en Cuenca, 10 de agosto de 2018
Por: José María Rodríguez González,
profesor e investigador histórico
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