Nació en
Urdine en una de las familias más poderosas de la República de Venecia. A los
20 años fue nombrado comandante de la flota veneciana. Prestó servicios distinguidos
como soldado, dirigió campañas exitosas contra los piratas dálmatas. Cuando se
acercaba el fin del primer milenio y Venecia va a iniciar su época más gloriosa
de poderío y fastuosidad toma la decisión de apartarse del mundo.
En el año 978
resulta asesinado en una revuelta el candidato a Dogo, Pedro IV y según el
cardenal Pedro Damián posiblemente Pedro Orséolo tomó parte en la conspiración,
pero también es verdad que nunca llegó a demostrarse. Luego fue él quien lo
sucedió como Dogo. Durante el periodo que ejerció de Dogo demostró un gran
talento para restaurar el orden en Venecia y una gran generosidad. Construyó
hospitales y ayudó a viudas, huérfanos y peregrinos. Reconstruyó a sus expensas
el palacio del Dogo y la capilla Ducal (hoy Basílica de San Marcos) que habían sido quemadas durante la
revuelta.
Basílica de San Marcos en Venecia |
El día 1 de
septiembre de 978, sin avisar a nadie, sin prevenir siquiera a los suyos,
renuncia a todos los honores y a la fortuna, sale de Venecia ocultamente y
marcha en peregrinación a un monasterio del Pirineo Resellonés, San Miguel de
Cuxá, donde se hace monje benedictino.
No le bastará
una decisión tan radical, y al cabo de unos años elige una vida más solitaria,
será ermitaño cerca del monasterio que la confirma y siglos después le canoniza
la iglesia en el año 1731.
Cuenca, 10 de
enero de 2020.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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