miércoles, 3 de julio de 2024

Santa Isabel de Portugal (1270-1336). Festividad del 4 de julio.

     Era hija de Pedro III de Aragón y de la reina Constanza, fue de las mujeres más perfecta del Medievo. Supo cumplir con los deberes de esposa, madre y reina en una agitada vida peninsular con difíciles entresijos políticos, religiosos, militares, sociales y como no también humanos.

Como datos fehacientes diremos que nació a principios del año 1270, sin que saber con certeza del lugar, casó con el violento D. Dionís de Portugal cuando solo tenía 12 años y que con veinte tuvo a su hijo Alfonso IV, también llamado el Bravo, que fue su amor y su cruz en su vida.
Santa Isabel de Portugal.

En Coimbra, el antiguo convento de Santa Clara, Santa Clara-a-Velha, hoy casi reducido a ruinas por las arenas del Mondego, evoca dos historias de amor completamente distintas: allí recibió sepultura (aunque su sepulcro está ahora en Alcobaça) Inés de Castro, amante y luego esposa del príncipe D. Pedro, hijo de Alfonso IV de Portugal, y allí también, antes de su traslado a Santa Clara-a-Npova, la tumba de la fundadora, la llamada Reina Santa.

La vida de Santa Isabel (abuela de los hijos de Inés de Castro y madre de quien la hizo asesinar en 1355) a simple vista es menos novelesca, quizá porque obedece a otra concepción del amor, pero no menos dramática en el fondo, y la que es patrona de Coimbra y de todo Portugal sigue muy viva en el recuerdo poular.

Nació en el otro extremo de la península, en el reino de Aragón, hija de Pedro II el Grande, y sobrina nieta (por su abuela Violante de Hungría) de la otra Santa Isabel, cuyo nombre llevaba. A los doce amos la casaron con D. Dionisio de Portugal, matrimonio que puso a prueba una paciencia son limites, por el carácter violento del soberano y sus continuas infidelidades.

También su hijo Alfonso, bien llamado el Bravo, era precisamente apacible, y después de mediar en la guerra que se hacían padre e hijo (por lo que sufrió destierro acusada de favorecer la rebelión), ya viuda en el año 1325, y después de retirarse a la fundación de Santa Clara, habiendo ingresado en la orden tercera de san Francisco, tuvo que reconciliar al rey Alfonso con su nieto el rey castellano.

Eso fue en el último verano de su vida, agotada por ayunos y penitencias, con fama de santidad por sus inagotables caridades y su solicitud para los enfermos. Amores, pues, los suyos menos trágicos y tormentosos que los de la desdichada Inés de Castro, pero más fecundos en paz y en obras de misericordia.

Enfermó gravemente con los calores de un terrible verano seco, y dicen que bien pudo ser la Virgen aquella Señora que vio pasar cuando estaba tan enferma; eso que algunos llaman sueño, otros visión y otros delirios de las fiebres altas. Confesó, recibió con muchas lágrimas el cuerpo de Dios, y volvió a la cama para seguir rezando y acabar así su tiempo. Murió en el castillo de Estremoz el 4 de julio de 1336.

Su cuerpo fue trasladado al convento de Santa Clara de Coimbra. Allí se realizaron varios milagros. La canonizó el Papa Urbano VIII, el 25 de mayo de 1625.

Publicado en Cuenca, 4 de julio de 2020. Actualizado el 4 de julio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




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