martes, 2 de julio de 2024

Santo Tomás (siglo I) Festividad del día 3 de julio.

   Tomas o Dídimo, el Gemelo, judío de Galilea, uno de los doce, tiene escasísimas intervenciones personales en los Evangelios, y san Juan, que es el único que destaca algún episodio suyo, que le da voz ante la posteridad, tampoco perfila muy bien su silueta. Hasta la Resurrección parece que es uno más, casi inidentificable entre las figuras apostólicas.

Pero en el capítulo veinte Tomás se distingue del resto de sus compañeros con una actitud terca y desconfiadísima negándose a creer que el Señor ha resucitado porque él no estaba entre los discípulos a los que se apareció. “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi mano en su costado, no creeré” (Jn. 20, 25).

Se resiste a admitir aquello son pruebas evidentes, sin comprobación. Ver para creer. Pasado ocho días, Jesús se  presta a lo que le pide, y Tomás pronuncia anonadado la famosa confesión de fe en la divinidad de Cristo: “Señor mío y Dios mío” (Jn. 20,28). El incrédulo es así uno de los que llegan más lejos en la formación explícita de la fe.

También, según una tradición, Tomás fue quien llevó más lejos la predicación del Evangelio, hasta la India. Pero poco importa la verdad histórica de este hecho. En la economía espiritual del relato de Juan, el episodio justifica por dos cosas: la declaración del apóstol y las palabras de Cristo: “Dichosos los que creyeron sin ver” (Jn. 20, 29).

Es decir, dichosos nosotros a pesar de nuestra tentación constante de pedir pruebas o, por qué no, milagros, que nos confirmen en medio de la debilidad, sin comprender el don que se nos brinda, el de creer, esperar y amar a Dios más allá del alcance de los sentidos. Creer envueltos a Dios más allá del alcance de los sentidos. Creer envueltos en la noche y en el silencio de Dios, que aquí está su Luz y su Palabra.

Publicado en Cuenca, 3 de julio de 2020. Actualizado el 3 de julio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


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