lunes, 3 de noviembre de 2014

Berlín en el 25 aniversario de la caída del muro


La caida del Muro de Berlín. Una sociedad en continua superación

El canciller de Alemania Federal, Helmut Kohl, recibió una llamada con un mensaje escueto: “Señor Canciller, han abierto el Muro”.

Cúpula del Reichstag
Tuve la suerte de visitar esta ciudad hace unos años y quedé gratamente sorprendido de la superación del pueblo alemán. Viajando por sus transportes públicos y visitando los lugares más emblemáticos del lugar, descubrí el contraste de un pueblo con ánimo de superación diaria y ejemplo para el resto de Europa.

El 9 de noviembre de 1989 todos los pueblos miraron con el rabillo del ojo hacia Berlín, estaba cayendo el muro que separaba las dos partes de una Alemania dividida, permitiendo el libre paso a los ciudadanos entre las dos partes de la ciudad. Un año después desaparece la RDA que traslada su capital de Bonn a Berlín en 1990 ingresando en la Unión Europea.

Museo Pérgamo
Después de 25 años es una ciudad única gracias al esfuerzo y el sacrificio diario de sus gentes. Devastada, tras la segunda guerra mundial, ha sido reconstruida. Al pasear por sus avenidas nadie diría que allí jamás hubo una pérdida total de la urbe, pues ha sido reconstruida tal como era antes de la contienda. De nuevo, desde 1991 Berlín volvió a ser la sede del Gobierno Alemán.

En mi visita me impactó la majestuosidad de la cúpula del Reichstag, diseñada por Norman Foster. Desde aquí fuimos a visitar la puerta de Brandeburgo (Branderburger Tor), símbolo de Berlín desde hace más de 200 años, y volvimos de noche para impregnarnos de su grandeza, no faltando la típica foto de grupo.


Torre de Comunicaciones - Alexander Platz
Esta puerta, el 9 de noviembre de 2014 será el centro de la atención mundial en la celebración del 25 aniversario de la caída del muro. La majestuosa avenida que parte de la Puerta de Brandeburgo la recorrimos hasta la isla de los museos. El conjunto museístico era impresionante, visitando el museo Pérgamo  y disfrutando de la visión de la  figura de Nefertiti en el Neues  Museum, me sorprendió la amabilidad de sus empleados, invitándonos a esperar un rato porque a partir de cierta hora su entrada era gratuita.


Restos del Muro de Berlín
Estábamos hospedados en un hotel de la zona de  Alexander Platz, punto de encuentro de la Berlín oriental y desde él se podía divisar la impresionante Torre de Telecomunicaciones que en su día fue el edificio más emblemático para el régimen de la RDA, muy cerquita está el Ayuntamiento Rojo, así llamado por el color de sus ladrillos.


Para ver el trozo de muro que aún queda tuvimos que desplazarnos a la East Side Gallery donde aún queda 1,3 kilómetros de muro a la largo del río Spree en el barrio Kreuzberg. Continuando por Zimmerstrasse llegamos al más famoso punto de control, el Checkpoint Charlie, repleto de turistas, se respiraba un ambiente festivo y divertido perdiéndose de momento la tragedia que supuso el muro.


Iglesia conmemorativa

Columna de la Victoria
La nueva Berlín impresiona, el Potsdamer  Plazr con sus dos estandartes de la arquitectura moderna, el Soni Center, de Helmut  Jahn y el Daimler Chysler Quartier, de Renzo Piano y Christoph  Kohlbecker.  Desde aquí fuimos a visitar el fabuloso Tiergarten, que es el pulmón verde de la ciudad con su columna de la Victoria, posteriormente pasamos a ver la iglesia conmemorativa, símbolo del Berlín Occidental cuyo violento perfil en ruinas recuerda los terribles acontecimientos que sufrió esta ciudad.


Potdamer Plazr
A la salida del metro nos topamos con un gran cartel conmemorativo de la tragedia judía. Tal vez la historia no se entendería sin la persecución de los judíos. El hecho de que dedicara parte de mi tempo a tomar fotografías me hizo fijarme en estos detalles. Tengo que decir que es una ciudad a la que se respira cultura. Desde la zona de la estación de Alexander Platz, donde estábamos hospedados, pasando por los parques, zonas culturales y el mismo muro, tuve la oportunidad de cruzarme con algunas personas que llamaron mi atención en el trato y el comportamiento tan distinto al de nuestra sociedad conquense. Un ejemplo de ello fue al sacar el ticket para tomar el metro, el empleado al vernos que éramos un grupo de cinco personas, hablándonos en alemán y entre gestos, nos incitó a sacar un bono que nos resultaba más barato que  individualmente. Realmente no tengo ni idea de lo que nos dijo pero fue su gesto gentil de querer ayudar lo que denota la raza de esta gente. De acuerdo que son pequeñas cosas, pero podría contar muchas más como ésta. Todo ésto es muestra del sentido común, de ganas de compartir y de humildad de un pueblo que habiendo vivido la represión y la libertad de pensamiento derrochan amabilidad como forma de pedir perdón por algo que no hicieron pero de lo que se les acusa globalmente. ¡Feliz aniversario de la unión en la libertad! 
Foto de grupo - Puerta de Brandeburgo

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Cuenca, noviembre de 2014

 

 

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