Festividad de la Virgen
del Carmen
La festividad de la Virgen que
hoy, día 16 de julio, celebramos era muy popular en todo el orbe católico y de
modo muy especial en España. En este día coincide el triunfo del
cristianismo sobre la morisma de las Navas de Tolosa. El 16 de julio de 1212,
la coalición cristiana formada por unos 70.000 soldados, encabezados por Alfonso VIII de Castilla, derrotó a los 120.000 musulmanes del imperio almohades
en el norte de la provincia de Jaén, junto a “Despeñaperros”. Aquella victoria
marcó el declive musulmán iniciándose la fase final de la reconquista. Desde
ese día empezó a juntarse en España las dos festividades en una: La Virgen del
Carmen y la instituida por Bula del Papa Gregorio XIII para conmemorar la
gloriosa victoria de las Navas.
Virgen del Carmen. Imagen de la capilla Honda Catedral de Cuenca. |
Antiquísima es la devoción de
Ntra. Sra. del Carmen. Remontándose a los tiempos proféticos al morar en
el monte Carmelo unos monjes entregados
a la vida contemplativa, los cuales daban culto a la que había de ser la Santa
Madre de Dios. Eran los hijos de los profetas, discípulos de Elías y Eliose.
Del nombre del monte que escogieron para su retiro proviene el nombre de los
Carmelitas y la Virgen por ellos venerada tomó el nombre de Ntra. Sra. del
Carmelo o del Carmen. La Orden Carmelitana es considerada como la más antigua
de la Iglesia Católica.
Conocida su dedicación y su
santidad fueron instados a pasar a Europa y fundar conventos de su Orden.
Alguno de ellos en el siglo XIII, vinieron a Francia con el Rey Luis XIII y se
establecieron en la ermita de Aigallades, cerca de Marsella. A merced de la
protección del Rey Luis pudieron los Carmelitas fundar conventos de su orden en
diferentes regiones de Francia.
La advocación de “María, Estrella
del Mar” proviene de la devoción de los marineros a esta Virgen. En la
oscuridad de la noche, los navegantes se han guiado por las estrellas para
llegar a puerto. Los Carmelitas del Monte Carmelo llamaban a la Virgen “Estrella del Mar” y muchos otros, como San
Jerónimo, del siglo IV, San Isidoro de Sevilla, del siglo VI; la llamaban así y
Pascasio Radberto, escribe en el siglo IX: “María es la Estrella del Mar a la
que debemos seguir con nuestra fe y comportamiento mientras damos tumbos en el
mar proceloso de la vida. Ella nos ilumina para creer en Cristo nacido de ella
para salvación del mundo”.
Con la Virgen del Carmen viene
unido el escapulario. La palabra escapulario viene del latín “scapulae” que
significa “hombros”. En su origen era un vestido superpuesto que caía de los
hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el
sentido de ser la cruz de cada día, que como discípulos de Cristo llevamos
sobre los hombros. Para los Carmelitas pasó a expresar la dedicación especial a
la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los
demás.
Escapulario Carmelitano |
¿Cómo surge el escapulario? En el
año 1246 es nombrado general de la Orden Carmelitana Simón Stock. En esos
momentos la Orden pasaba por manos tiempos y Simón recurrió a la Virgen poniéndola
bajo su amparo. En sus oraciones siempre la llamaba “La flor del Carmelo y la “Estrella
del Mar” suplicándole protegiera a toda la comunidad. En respuesta a sus
oraciones el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen y le da el escapulario
para la Orden con la promesa: “Este debe
ser un signo y privilegio para ti y para todos las carmelitas. Quien muera
usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno”.
El uso del escapulario se hizo
popular por la cantidad de milagros que se le atribuían, pasando a ser usado
por muchos laicos, instaurándose la cofradía del escapulario. Esta devoción fue
ratificada por el Papa Juan XXII en el siglo XII, y añadió el Privilegio
llamado Sabatino a favor de los religiosos y de los cofrades Carmelitas al aparecérsele
la Virgen y prometiéndole que quienes cumplieran los requisitos de esta
devoción como Madre de Misericordia, le dijo: “Bajaré al purgatorio el primer sábado después de su muerte, los libraré
de las llamas y los llevaré al Monte Santo de la vida eterna”.
Como testimonio de conversiones
nombraré una de un anciano que fue llevado al hospital de San Simón Stock de la
ciudad de Nueva York, estaba inconsciente y moribundo cuando fue hospitalizado.
Viendo la enfermera que el paciente llevaba el escapulario llamó a un sacerdote
para que le diera la extremaunción. Mientras el sacerdote rezaba las oraciones
por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: “Padre, yo no soy
católico”. Preguntando el sacerdote: ¿Entonces, por qué lleva el escapulario
carmelitano? Contestando el enfermo: “He prometido a mis amigos usarlo y además
rezo un Ave María diariamente”. El sacerdote le explicó en el estado que se
encontraba físicamente dándole la oportunidad de hacerse católico y ser
bautizado en ese momento. El moribundo dijo: “Toda mi vida lo he deseado” acto
seguido fue bautizado, recibiendo la Unción de los Enfermos antes de fallecer
en paz.
Por último decir que el escapulario
es un signo de nuestra identidad como católicos, vinculados con la Virgen y con
el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo.
Felicidades a cuantas mujeres
lleven el bellísimo nombre de Carmen.
Publicado en Cuenca, 16 de julio de 2016
Por: José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
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