Estos día nublados hacen imposible la visualización de esta gran Luna llena, esperemos que los cielos se abran para poder apreciarla.
En la
antigüedad el frío y las nieves hacían aullar a los lobos en los alrededores de
las aldeas, de ahí su nombre.
Posición de la Luna del Lobo a las 7.54h del 10 de enero de 2020. Cuenca |
Los seguidores
de la Luna aseguran que este plenilunio, al ser el primero del año, su energía
nos impulsa a enfocarnos en los nuevos principios, en los objetivos que
queremos alcanzar durante este año que comienza.
Se decía que a
menudo las manadas de lobos vagaban y aullaban hambrientos fuera de las villas
y pueblos, entre las nieves del invierno y así la Luna llena de enero tomó el
nombre de Luna del Lobo.
Durante estos
días se buscaba en las noches, junto a la Luna, la sabiduría y era compartida
sus enseñanzas con los demás seguidores de lo oculto. La celebración de este Plenilunio
es una manera de alejar de nuevo el frío y las sombras. El astro rey, el Sol,
ya ha nacido y se puede percibir que los días comienzan a ser más largos, esta
Luna se mueve con esa energía que rodea la tierra.
La pureza de
su luz brilla sobre los blancos campo cubiertos de nieve o hielo. El mundo
invernal sabe guardar muy bien sus secretos, pero la Luna Fría los conoce
todos. Esta quietud no tiene nada que ver con la muerte, sino con el sueño, a
través del cual, el mundo se renueva esperando a la primavera. La Luna Fría
sabe dónde reposar todas y cada unas de estas secretas semillas. Ésta es su
sabiduría ancestral.
Secuenciación de la puesta de la Luna llena del Lobo.
Cuenca, 27 de
enero de 2021.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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