La sin razón del terrorismo
Dos cosas tan simples, que está
al alcance de cualquiera, se han convertido en un arma mortal, todos lloramos y
nos lamentamos de los atentados en Cambrils y el de las Ramblas de Barcelona.
¿Quien podía sospechar que un
vehículo que circula junto a nosotros pueda ser un arma mortal por un instante? La rapidez que se da en este tipo de ataque junto con la confusión que se crea
entre la gente resulta un cocktail perfecto para producir una masacre como ha
ocurrido en Cataluña.
Los ataques suicidas, como se
puede llamar a este de Barcelona, al llevar cinturones explosivos los terroristas,
que han resultado ser falsos, pero han cumplido con su función, amedrentar al
público.
Este tipo de ataques no es nuevo,
si repasamos la historia encontraremos organizaciones como las “Assasins” del
siglo X y XI, conocidos históricamente como implacables criminales dedicados al
misticismo. En el siglo XVIII, el sudeste asiático se vio inmerso en una
campaña en contra de la presencia occidental en ese lugar y así hasta nuestra
época. Ya en 1983 fue de la mano del grupo libanés “Hazbollah” quien trajo el
caos. En 1987 esta forma la adopto los tigres tamiles del LTTE. En 1994 fue “Hamas”
la que comenzó a utilizar los “ataques suicidas” contra Israel y el PKK la puso
en práctica en 1996.
Los estudiosos y expertos en el
estudio de esta clase de atentados señalan que los ejecutores no se ven como
suicidas, sino como mártires despertando en ellos sentimientos de conseguir la
gloria individual. Puede ser escalofriante, para los que condenamos de este
tipo de violencia, la opinión del analista y experto en terrorismo, del
israelí, Ely Karmon, al indicar “que el activista dispuesto a autoinmolarse se
presenta hoy en la actualidad como el arman más moderna de esta guerra sin
fronteras, convirtiendo a cada ejecutor es una bomba que puede ser tan
sofisticada como un misil, con la particularidad que no hay antimisiles que
pueden detenerlos”.
Hoy nos ha tocado más cerca y nos
sentimos vulnerables, inseguros en nuestra propia tierra. Mi Profundo dolor y
consternación por esta sin razón bárbara.
José María Rodríguez. Profesor e
investigador histórico.
Cuenca, 18 de agosto de 2017
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