María Reina del Cielo y
la Tierra
Esta tarde que tengo tiempo
quiero hablaros de la festividad de hoy. Una gran fiesta que pasa desapercibida
y no debiera ser así, pues hoy celebramos la festividad de “Santa María Virgen, Reina”.
Es en la cultura bizantina
donde comienza a representarse a la Madre de Dios como Augusta. Es ahora cuando
estoy estudiando la vestimenta en las obras de arte me doy cuenta que su porte
y manera de vestir o representarla es semejante a la de los emperadores
romanos. En occidente se tardaría algo más en hacer este reconocimiento. En el
Concilio Vaticano II propone exaltar la riqueza de la figura de María, como la
Virgen pobre y obediente, la mujer sencilla; la mujer fuerte y de pie ante la
Cruz. María es la grande en su fe, esta fe la llevó a ser Madre de Dios.
Capilla de la Asunción. Catedral de Cuenca |
La devoción de los fieles
han hecho visible el cariño que tienen por Ella, manifestado en la dedicación
de capillas, iglesias, basílicas y catedrales por que los fieles ven en Ella a
la Madre, la Omnipotencia Suplicante a quien Dios no niega nunca nada. La
última parte de las letanías lauretanas se refiere a María como Reina: Reina de
los Ángeles y Reina de todos los Santos. San Pablo II también lo ha proclamado
en estas letanías como Reina de las Familias, para que en su seno conozca más y
se ame mejor a su Hijo.
El día quince de agosto
celebramos la Asunción de María a los Cielos. El fundamento de esta advocación
es bíblicamente confiable y seguro. Por ello la fiesta ya era posible desde los
congresos marianos de Lyon en 1990, Friburgo en 1902 y Einsielden en 1906. Con la
institución de la fiesta de Cristo Rey en 1925, la inquietud y deseo de la
institución de esta fiesta se fue consolidando. En el año de 1955, en el
centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, el Papa
Pio XII instituyó la fiesta de “La
Realeza de María”, inscrita el 31 de mayo. Luego en la reforme litúrgica
del Concilio Vaticano II, la festividad cambió de nombre y de fecha, pasándose
a llamar: “Santa María Virgen, Reina”
y la estableció el 22 de agosto, coincidiendo con la octava de la Asunción,
para subrayar el vínculo de la realeza con su glorificación corpórea.
Esto es todo, espero que os
haya servido.
Cuenca, 22 de agosto de 2017
© José María Rodríguez González. Profesor e investigador
histórico.
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