Cuando un instante se
convierte en algo grandioso. El doble milagro de la luz en la catedral de
Cuenca
La luz que entra en una catedral
gótica nos trasporta a la época caracterizada por la existencia de eruditos que
creían que la geometría era un modo de establecer un vínculo entre el hombre y
Dios, siendo las matemáticas un vehículo para revelar a la humanidad los más
íntimos secretos del cielo. Así crearon una arquitectura donde la geometría era
concebida como teología aplicada y el diseño de una Catedral gótica era como imitar
al Divino Maestro en su creación.
El Sol es la luz, el calor y la
vida. De esta idea nació el poder creador, poder que derrocha infinitos
beneficios a los seres humanos. Tal cosa se convirtió en misterio para las
generaciones que veían en él un poder constante y soberano, siendo considerado
por las antiguas civilizaciones como una manifestación de la divinidad
creadora. Por ello se celebraban fiestas en los Solsticios y los Equinoccios.
Capilla del Transparente el día 27 de julio a las 10.05 horas.
Foto: ©José María Rodríguez González
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El cristianismo trajo nuevas
ideas y reutilizó las existentes para engrandecer sus creencias, así surge la
entrada de los rayos del Sol a lo más profundo de las catedrales construidas
entre los siglos XIII y XIV, como sucediera en el templo Egipcio de Ramsés II,
en el año 1264 a.C.
Como vemos los misterios y los
cultos antiguos estaban fundados en el ciclo solar. En astronomía el término
solsticio significa sol quieto,
palabra que proviene del latín solstitium.
Esto se refiere a los momentos del año en que el sol, en su trayectoria, se
halla sobre uno de los dos trópicos, dando lugar a la máxima desigualdad entre
el día y la noche si se trata del solsticio de verano. Este momento fue
utilizado para alinear los rayos del Sol con un óculo por donde entraran los
rayos solares a los templos, llegando su luz hasta lo más profundo. El
solsticio se da entre los días 21 y 22 de junio.
En la Catedral de Cuenca, el
óculo por donde penetraba el Sol en ese día fue modificado en el siglo XV al
hacer la doble girola, con esta reforma se modificó la entrada del sol. Hechos
los estudios necesarios por José María Rodríguez González, se apreció que la
entrada del Sol seguía dándose, pero con una antelación de 33 días al
Solsticito de Verano y volvía a darse 33 días después del mismo, en su recorrido
descendente del Sol.
Este efecto lumínico se conoce
como El milagro de la luz, y después
de haber disfrutado de ello los días 19 al 22 de mayo, volveremos a disfrutarlo del 26 al 28 de julio, entre las 10.00 h y 10.15 horas. Este efecto consiste en
la llegada de los rayos solares a la capilla del Transparente, centrándose la
luz en el centro del óculo que comunica con el Altar Mayor. Este momento posee
una fuerte carga simbólica y bíblica.
Invito a cuantos quieran observar
el fenómeno a personarse en la Catedral durante esos días y disfrutar del
momento que hace de nuestra Catedral única en su género al darse doblemente el
Milagro de la Luz.
Cuenca, 23 de julio de 2018
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