La venida del
Hijo de Dios, esto significa adviento, es la columna miliaria que divide el
largo curso de la historia. De un lado, los siglos precristianos que preparan
la plenitud de los tiempos, el año de la redención, la revelación del gran
misterio; del otro lado, que es el nuestro, la era cristiana, los tiempos
novísimos o últimos, Belén mirando hacia el norte o valle de Josefat, donde
dirige sus pasos la humanidad y donde tendrá lugar la segunda venida o adviento
de Jesús.
Los antiguos
Misales empezaban el año litúrgico con la fiesta de Navidad, porque hasta el
siglo IV no existían las cuatro semanas o domingos que llamamos de Adviento,
como período preparatorio al magno acontecimiento. En el siglo V, como reacción
a la herejía de Nestorio, que negaba la divinidad de Jesús, surgió con máximo
esplendor la fiesta natalicia del Redentor y se dio una Vigilia de cuatro
semanas.
Felices días
para todos. Que el Niño Dios vuelva a renacer en todos los corazones.
Cuenca, 22 de
diciembre de 2019.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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