miércoles, 30 de junio de 2021

San Simeón el Loco o el Simple. Festividad del 1 de julio.

     Para confundir la vana sabiduría del mundo dispuso la divina Providencia enviar en tiempo en tiempo algún siervo como el santo de celebramos hoy.

Se llamada Simón y tenía por apodo “Salo”, que significa Simple. Nació en Edesa, ciudad de Mesopotamia. No se sabe nada de su niñez, solamente se sabe que fue de familia distinguida. A los 20 años era ejemplo y la admiración de Edesa por su sabiduría y pos su virtud.
Sna Simeón

No hay hombre tan ambicioso de aplausos como nuestro Santo lo fue de abatimiento y desprecios. Hecho la risa del pueblo y el juguete de los muchachos, yodo su gusto eta verse harto de oprobios, y cuando a estos se añadían los palos, que no eran pocas veces, entonces brincaba de contento y se reina. Tenía esta insensibilidad por prueba concluyente de su locura, y lo era de su heroica virtud.

No era su único fin hacerse despreciable a los ojos de los hombres; pretendía también ganas almas a Dios por medio de cien invenciones. Algunas veces quedaban todos admirados oyéndolo entre sus extravagancias muchas verdades importantes que hacían impresión, y algunos se aprovechaban de ellas. De manera, que aquella aparente locura, en suma, era un velo con que cubría las gracias que le hacia Dios, y un artificio variado por una parte para ocultar, y por otra para asegurar el éxito de muchas buenas obras.

Buscaba algunas veces a las mujeres perdidas, les daba dinero que recogía, las divertía con sus graciosos desvaríos, y todo era por hallar ocasión para reprenderlas por su desordenada vida; medios irregulares y extraordinarios, que en otros serían perniciosos, y a Simeón le salieron tan bien, que el imaginado loco hizo cuerdos a muchos, sacando del infeliz estado a la culpa a muchas personas de todas las clases y edades, y retirando del vicio a no pocos jóvenes disolutos, y a no pocas mujeres perdidas; pero de nada se guardaba tanto Simeón como de que llegasen a conocer lo que verdaderamente era.

Pasado dos días sin que el Santo pareciese, quiso saber el diácono si estaba malo; pero lo encontró muerto, y cubierto con los sarmientos que le servían de cama. Ya todos estaban desengañados de lo que verdaderamente era Simeón, manifestaba visiblemente su heroica santidad, por lo que fue su muerte acompañada de la pública veneración, y el Señor acreditó sus merecimientos con muchas maravillas. Fue elevado el santo cuerpo del cementerio donde le habían dado sepultura; y publicando cada uno lo raro y prodigioso que había observado en aquel siervo de Dios encubierto, fácilmente se reconocieron los primeros rasgos de una sabiduría cristiana, escondidos con el velo de una simpleza aparente.

Consagró la Iglesia universal su memoria con el honor del sagrado culto que le decretó, y no parece posible suba a más elevado punto el amor y la ansia de los abatimientos, que el que admira nuestra veneración y nuestra confusión en este singular Santo.

Publicado en Cuenca, 1 de julio de 2020.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.






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