sábado, 6 de diciembre de 2025

El Vítor, la manifestación mariana de un pueblo. Horcajo de Santiago (Cuenca).

A lo largo de la historia el pueblo conquense ha demostrado ser uno de los más recios creyentes y defensores de este misterio de la Concepción de María sin mancha.

Estos días el pueblo de Horcajo de Santiago en Cuenca se sumerge en una manifestación mariana que tiene su origen en el año 1650, como así está documentado en las Actas de la Sesión del Consejo, actas custodiadas en el Archivo Municipal de Cuenca, ahí se encuentra el juramento hecho por la ciudad para defender que la Virgen Santísima, Madre de Dios; fue la Orden de Santiago la que se encargó de defender el misterio de la concepción de María a través del “cuarto voto”.
El Vítor de Horcajo de Santiago (Cuenca)

La fiesta está fundamentada en portar el estandarte con la imagen de María Inmaculada desde la Iglesia parroquial por todas las calles del pueblo. La procesión está considerada la más larga de la cristiandad, pues desde el día siete por la tarde que sale, no regresa hasta el día ocho a su punto de partida.

Desde el interior de la iglesia sale el Vítor hasta la puerta de la iglesia donde es entregado a tres jóvenes jinetes que son los encargados de portar el estandarte. Este año ha tenido el honor de portarlo: Severiano Boga Mota, Juan Carlos Boga Mota y Florencio Almagro Arquero.
Cartel de las fiestas del Vitor 2016

Al término de cada novena se reza la salve y acto seguido se vitorea diciendo: ¡VITOR LA PURÍSNIMA CONCEPCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA CONCEBIDA SIN MANCHA DE PECADO! ¡VÍTOR! ¡VÍTOR! ¡VÍTOR! Esta frase de proclamación fue acuñada en el año 1694 desde entonces se utiliza en la procesión del Vítor.

Ayer día 7 se celebró la ofrenda de flores por la mañana y por la tarde en su última día de novena, a las 20 horas la iglesia se encontraba a rebosar de horcajeños y devotos venidos de diferentes lugares de la geografía española, momento en que se canta la salve y se procede a sacar el estandarte de la Inmaculada hasta la puerta del Sol, que así se llama la puerta principal de la iglesia. Tal es la acumulación de devotos que su traslado suele durar algo más de dos horas la salida del estandarte, momentos en que los horcajeños vitorean incesantemente al lábaro de la Inmaculada Concepción.

A lo largo de la historia el pueblo conquense ha demostrado ser uno de los más recios creyentes y defensores de este misterio, como así lo prueba las muchas publicaciones que se han hecho. En 1537 editó en Alcalá, el Canónigo D. Gonzálo González de Cañamares, un misal con la imagen de la Inmaculada, obra literaria de gran valor. Otro misal editado en pergamino y dedicado al Cardenal Cisneros figura igualmente la misa de la inmaculada.
Estandarte del Vítor


Constantemente estuvo Cuenca al lado de la sentencia inmaculista, así lo prueban los tratados de los eminentes teólogos: el tratado de la Concepción de Nuestra Señora de Fray Ambrosio de Montesinos, de Huete, que compuso también un Breviario de la Inmaculada para los religiosos de su Orden franciscana “Defensa de la Inmaculada Concepción”, del Padre Fernando Chirino de Salazar, Jesuita; el del licenciado D. Baltasar Parreño, cura de Sacedón, titulado “De la limpia concepción de Nuestra Señora”; el escrito de Fray Melchor de Huélamo, de Taranzón, sobre “Discursos predicables sobre la Salve”; “Devoción del Santo nombre de María” de Fray Francisco Rosillo, franciscano, de San Clemente; los escritos del famoso Padre Luis Molina, Gabriel Vázquez, Padre Andrés Marcos Burriel, de Buenache de Alarcón; Fray Francisco Herráez, de Albendea; D. Francisco Antonio Fuero, de Cañizares, cura de Azañón y D. Jacobo Capistrano de Moya, de Hontecillas y cura de Fuente de Pedro Naharro. Algunos de estos eminentes escritores es posterior al Concilio de Trento, pero los he citado en esta incompleta lista de escritores inmaculistas conquenses porque ellos recogieron en sus escritos el pensamiento de muchísimos conquenses, que aún antes del Concilio de Trento apoyaron y preparaban la definición que al correr de los tiempos había de llegar para gloria de la Virgen María y honor de Cuenca y de la Nación Española.

Publicado en Cuenca, 8 de diciembre de 2016 y actualizado el 8 de diciembre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

  

La inmaculada Concepción. El dogma en la tradición. Festividad del 8 de diciembre.

    Ya en la primera generación cristiana de Presbíteros de Acaya, existía viva esta creencia de la Inmaculada Concepción de María, pues leemos en el Martirologio de San Andrés estas palabras: “La tierra inmaculada de la que nació el redentor, como fue formada Adán de una tierra no manchada por ninguna maldición ni culpa”. También Dionisio de Alejandría nos habla del “Tabernáculo de Dios, siempre protegido por El mismo”. Textual es esta expresión de Orígenes hablando de María: “La mujer ni seducida por la persuasión de la serpiente no contaminada por su venenoso hálito”; y el mayor filósofo del Cristianismo, San Agustín, se expresa de este modo al hablar de la Virgen María: “Acerca de la cual no quiero admitir absolutamente cuestión alguna cuando se trata de pecados, por la honra del señor”.
Inmaculada de San Felipe Neri

    El primer ilustre y fervoroso defensor de la Purísima que hallamos en nuestro suelo es el gran humanista Raimundo Lulio, que desde 1286 la defendió públicamente en la Sorbona de París, verbalmente y por escrito. Al terminar su obra teológica: “Libros de los principios de Teología”, añade: “Terminados están las reglas de los principios de la Teología bajo el patrocinio de la Bienaventurada Virgen María CONCEBIDA SIN MANCHA”.

    Al principio del siglo XVII era tal la presión que ejercían en los monarcas las gentes de las regiones españolas que Felipe III envió a la Santa Sede una comisión para que resolviera ya definitivamente y de un modo favorable a Nuestra Señora, el anhelado misterio, con el fin, según decía el rey, de terminar con la enorme oposición que se venía haciendo en Sevilla y en otros puntos de la Península a la devoción del pueblo español. Iba al frente de la citada comisión el Padre General de los Franciscanos.

     Felipe IV, hijo y sucesor al trono de Felipe III, obtuvo de Gregorio XV, el 4 de junio de 1622, el decreto declaratorio del misterio, no del dogma; y Carlos III, de S.S. Clemente XIII, que la festividad de la Purísima fuese fiesta patronal en las Españas.


    Un último esfuerzo hizo nuestra nación en 1659, enviando a Roma al Ilmo. Sr. Obispo de Plasencia, D. Luis Crespi de Borja, en representación del Rey y al P. Jerónimo Salcedo, portadores de cartas de todos los Prelados y Cabildos de España. Por fin al cabo de dos años de incesante súplica se publicó la Bula: Solicitúdo ómnium ecclesiárum, fechada a 8 de diciembre de 1661. No se conoce ninguna otra tan satisfactoria con respecto a la Concepción Inmaculada de María, hasta el llamado “Papa de la Inmaculada”, Pío IX que el 8 de diciembre de 1854, promulgó un documento llamado “Ineffabilis Deus” en el que estableció que el alma de María, en el momento en que fue creada e infundida, estaba adornada con la gracia santificante.

Publicado en Cuenca, 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

San Ambrosio (334-397). Festividad del 7 de diciembre.

     Posiblemente ningún obispo ha gozado en vida de mayor prestigio y autoridad que san Ambrosio. Autoridad moral que le merecían la nobleza de su carácter, la santidad de su vida, la energía y rectitud de su obrar y también su ciencia, su conocimiento en los negocios y su prudencia en el gobierno.

La Iglesia ha hecho de él uno de los grandes doctores de Occidente, con San Agustín, San Jerónimo y San Gregorio el Grande.

San Ambrosio de Milán.

Hijo de un magistrado, bien conocedor del derecho y la administración, gobernador de las provincias del norte, todo le inclinaba a la virtud cardinal de la justicia, a dar sabia y prudentemente a cada cual lo que le correspondía. Pero Milán, es elegido obispo por aclamación y a viva fuerza, y su idea de lo justo se verá corregida por una ley superior.

Como obispo y consejero de emperadores, defiende la fe con una energía inflexible ante paganos y herejes, salvaguarda los derechos de la Iglesia ante intromisiones del poder y se enfrenta al emperador Teodosio exigiéndole penitencia pública por la bárbara matanza de Tesalónica antes de admitirle en el templo.

Es también un enamorado de los pobres hasta vaciar sus arcas una y otra vez, compasivo y tierno hasta el llanto con los pecadores que iban a reconciliarse con Dios.

Cargado de méritos murió en el año 397, con estas palabras que San Agustín no se cansa de admirar: ”No he vivido de tal modo que tenga vergüenza de seguir viviendo; pero no tengo miedo de morir, porque tenemos un Señor bueno”.

Publicado en Cuenca, 7 de diciembre de 2020 y el 7 de diciembre de 2025.

     Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

 

Efemérides conquenses del día 7 de diciembre.

  El siete de diciembre de 1459 nacía en Villaescusa de Haro (Cuenca) Don Diego Ramírez de Fuenleal, Obispo de Cuenca.

Este prelado, hijo de Pedro Martínez y María Fernández, nació en Villaescusa de Haro (Cuenca). Entró en el colegio de San Bartolomé de Salamanca el 22 de noviembre de 1480 y en él siguió su carrera de estudios con mucho aprovechamiento. Tuvo unos actos públicos en presencia de los Reyes Católicos, que quedaron sumamente complacidos del despejo y profundidad del actuante y no quedando menos D. Hernando de Talavera, Obispo de Ávila, otro de los asistentes, agració al joven D. Diego Ramírez en su iglesia con el Arcedianato de Olmedo. También el Obispo de Burgos lo deseó para la suya y le agració con la Tesorería; lo propio hicieron los de Salamanca y Jaén, ofreciéndole canonjías, y él optó por la de este última diócesis, donde celebró la primera misa, y de aquí fue promovido a primer Deán y Provisor de Granada, luego que los Reyes Católicos se apoderaran del último baluarte de los moros en España.

Conociendo D. Fernando y Doña Isabel la ciencia, prudencia y piedad de D. Diego Ramírez, le eligieron para que acompañase a Flandes a la infanta Doña Juana cuando fue a unirse en matrimonio con el Archiduque Felipe el Hermoso, y allí le dieron el título de Capellán Mayor y de Consejero de los regios esposos con el nombramiento de Deán de Sevilla.

Poco después los Reyes Católicos le presentaron para el obispado de Astorga, y en 1490 para el de Málaga. Aquí edificó las casas episcopales y correspondiendo a la confianza de sus protectores, que querían impedir que los moros del norte de África enviasen auxilios a los de Andalucía, construyó una torre para que diese aviso al descubrir embarcaciones. Hizo también estatutos para su iglesia de Antequera erigió una colegiata. Promovido a la mitra de Cuenca, de la que tomó posesión el 23 de julio de 1521, el monarca de España Carlos I que había quedado en gran manera complacido con el acierto que desplegó Don Diego Ramírez en las embajadas de Francia e Inglaterra que le confiara, le elevó a Presidente de la Chancillería de Valencia.

Acompañó a Roma al Pontífice Adriano VI, que se hallaba en España, cuando fue a posesionarse de la tiara y fue uno de los nombrados para reconocer los procesos de la santidad y milagros de San Antonino y de San Benón que fueron canonizados.

Regresando a esta ciudad, su caridad fue tanta que se le dio el renombre de “el Bueno”. Se disfrazaba de noche y visitaba los enfermos pobres y después de prodigarles los consuelos de nuestra santa religión les dejaba recursos para atender a su curación y sustento, imitando así a su glorioso predecesor San Julián.

En este pontificado fue instituida la dignidad de Capellán mayor y tuvieron comienzo el soberbio Arco de Jamete, la sala de Cabildo, la capilla Honda, las de la Asunción y de los Apóstoles en la Catedral y la capilla mayor de la iglesia de Pareja y gran parte de su palacio. También se realizaron las magníficas rejas del Coro, según el escudo de armas que ostentan de este prelado.

Este sabio y virtuoso prelado, querido y reverenciado de sus pueblos, murió el 11 de agosto, sábado, de 1531 a las ocho de la mañana, habiendo tenido la mitra de Cuenca 19 años, un mes y diez días y se le sepultó en la Iglesia Catedral con el epitafio siguiente: D.O.M. Didaco Ramirez, Conchensi Episcopo, viro raro et doctissimo, cui tanta vis animi ingenique fuit, ut ad id natum diceres, quodcumque ágeret. Obiit anno 1536.

Publicado en Cuenca, 7 de diciembre de 2020 y el 7 de diciembre de 2025.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 5 de diciembre de 2025

San Nicolás. Festividad del 6 de diciembre.

En la tradición cristiana San Nicolás es el santo que dá; que da cosas materiales, palpables, comestibles incluso, por que a veces lo del pan nuestro de cada día es una petición literal, y por eso se le invoca en los apuros económicos. Pan para el hombre y dinero para que no caigamos en las tenteciones, como en la historia de la triple dote que, a escondidas, proporcionó a tres doncellas cuyo padre, al no poder casarlas, iba a dedicar a la mala vida.

Eso se atribuye al buen obispo de Mira, ¡y se le atribuyen tantas cosas mas! Porque -quiza por su advocación, tan deseable- ha sido el santo más popular del mundo, y su recuerdo nos llega mezclado con una mulrirud de piadosas leyendas amables, pintorescas, inverosímiles, que hacen las decilcias de los folcloristas.

La devoción de los tres lunes de San Nicolás

    Es tradición en Cuenca el subir los lunes  por devoción a visitar  a San Nicolás. Al poco de enfilar la empinada cuesta de la calle de San Pedro, a su izquierda nos topamos con el arco que da paso a esa maravillosa plaza que recibe el nombre del Santo y que es bueno recordar que en  las casas que dan a la plaza, vivió el escultor, imaginero y entallador: Esteban Jamete. Romántica plaza que la decora en su centro, la fuente de la aguadora, escultura de Leonardo Martínez Bueno.

San Nicolás de Bari. Cuenca

    En el lado Norte de la plaza, la iglesia de San Nicolás de Bari, de estilo renacentista, sólo destaca su torre cuadrada. En su interior, estructura sobria y elemental, está más cerca del románico que del renacimiento, tan sólo destaca el retablo con la figura del Santo, donada por D. Ramón Falcón de Salcedo. La iglesia lleva cerrada algunos años, esperando los devotos su restauración, pues ahora la imagen del San Nicolás está depositada en la iglesia de San Pedro y los lunes obliga a ir a San Pedro para cumplir con el rito devocional a San Nicolás. Cuenta la tradición, generada en Cuenca y que aún perdura la costumbre de solicitar al Santo tres gracias con la visita obligada de tres lunes consecutivos; de las tres gracias se concede una, siempre que el trayecto de subida a la iglesia se haga en silencio.

    ¿De dónde parte la devoción de los tres lunes?

    San Nicolás es uno de los santos más populares que ha existido y en su haber se han ido acumulando maravillosas historias a través de los siglos. Una de esas historias es la de las tres doncellas que dió origen a la devoción de los tres lunes.

    Dice así: Se decía que en la población de Mira, un vecino que tenía tres hijas se vió reducido a la más mísera pobreza y para poder subsistir pensó, que si no cambiaba su suerte, se vería obligado a prostituir a sus tres hijas, que aún teniendo pretendientes, sin dinero no podía pagar la dote para el casamiento de ninguna de ellas. Enterado San Nicolás, sin pensarlo tomó una bolsa repleta de monedas de oro y en la noche la arrojó por la chimenea de la casa. Con el dinero casó a la mayor de las hijas. Viendo el proceder del padre no tardó San Nicolás en volver a repetir la acción echando una segunda bolsa con dinero por el mismo método y el padre casó a la segunda de las hijas. Poco tiempo después volvió a hacer la misma operación de tirar la bolsa con dinero, pero en esta ocasión la tiró por la pared del patio quedando enganchada en la cuerda de la ropa y las monedas sonaron al caer al suelo, asomándose por la ventana el padre, descubrió al bienhechor a quien agradeció su caridad para con ellos, arrepintiéndose de su mal proceder con sus hijas. La tradición dice que los días en que arrojó las bolsas eran lunes dando pié a la devoción de los tres lunes de San Nicolás.

    Los conocimientos que hay sobre su vida son escasos pero se sabe que nació en Parara de Licia, una provincia del Asía Menor. Peregrinó a Palestina y al poco tiempo de volver a su tierra fue nombrado obispo de Mira, capital de Licia. Durante las persecuciones de Diocreciano fue encarcelado por confesar su fe y liberado al subir al trono el emperador romano Constantino.

    La universalidad de su devoción es patente al ser el patrono de Rusia; Nápoles, Sicilia, Italia; Campen en Holanda; Freidurg en Suiza; de algunas ciudades de Alemania, Australia y Bélgica. Es patrón de los marineros deseándose buen viaje con la frase “Que San Nicolás lleve tu timón”.

    De San Nicolás hay mucho que contar, pero creo que lo que nos trae hoy es la devoción conquense al Santo. Sólo me queda el animaros a seguir practicando la tradicional devoción a este Santo universal y a solicitarle sus gracias subiendo tres lunes consecutivos haciéndole una visita para sufragio de las muchas necesidades que padecemos.

   Publicado en  Cuenca, 6 de diciembre de 2020 y el 6 de diciembre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

La Constitución que nos une. 47 años de la Constitución actual.

El día 6 de diciembre celebramos la fiesta más representativa para la ciudadanía española, el día de la Constitución. El origen de esta festividad se remonta al año 1978. La llegada de la democracia fue ratificada por el pueblo Español tras el referéndum de 6 de diciembre de 1978. El ochenta y ocho por ciento del electorado se mostró a favor, dando paso a un periodo de tolerancia, libertad y pluralidad que nos ha llevado a cuarenta y cuatro años de paz y máximo esplendor.


La Constitución de 1978, aprobada por el rey D. Juan Carlos I, el 26 de diciembre, supuso el final de la transición democrática, precipitando una serie de acontecimientos históricos que transformaron a la nación española en un Estado social y Democrático de Derecho.

Este día festejamos los cambios que acompañaron al nuevo sistema que se abría paso donde se hablaba de la división de poderes, el sufragio universal, la organización territorial, la seguridad jurídica y todo ello con un progreso en la cultura y en la economía de una nación que se habría a Europa.

Celebremos y apoyemos todo aquello que nos une como Nación, como un conjunto de pluralidades que nos identifica. En la Constitución están representados todos cuantos integramos el territorio nacional, protegiendo a todos los españoles y a los pueblos que la coronan en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.


Esta festividad nos hace mirar hacia el futuro, dejemos el pasado, mirando con ánimo de progreso, avancemos por una España unida en el consenso y el bien del conjunto y nunca olvidemos nuestra historia, ello nos llevará a valores positivos que nos han hecho más grandes en el conjunto de una Europa unida en el progreso.

Feliz día de la Constitución.

Publicado en Cuenca, 6 de diciembre de 2018, actualizado el 6 de diciembre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

jueves, 4 de diciembre de 2025

San Sabas (439-532). Festividad del 5 de diciembre.

 El Santo de hoy, san Sabas, había nacido en Capadocia por el año 439, y desde muy niño empezó la vida de oración y penitencia bajo la dirección de Flaviano, que vivía cerca de Mutalasca, la ciudad natal de Sabas.

San Sabas, monje y penitente.

Los orientales le dan los nombres de "Teóforo", "El Santificado", "Ciudadano de Jerusalén", "Estrella del desierto", "El Patriarca de los Monjes". Tuvo por biógrafo a su discípulo, el galileo Cirilo de Escitópolis, quien siendo aún muchacho conoció a San Sabas y se decidió con su trato a abrazar la vida de perfección.

Cuenta su biógrafo, que un día trabajando en el huerto se fijó en unas manzanas hermosas que colgaban maduras de un manzano. Tomó una y, cuando iba a probarla, reflexionó bajo la inspiración de su ángel de la guarda. Aquello era una tentación y acto de gula. Se reprendió a sí mismo la inmortificación, tiró la manzana al suelo y la pisó con sus pies, prometiendo no probar nunca más fruta en su vida.

No tenía cumplidos los veinte años y decidió hacer una peregrinación a los Santos Lugares. Oyó hablar de la santidad y prudencia de San Eutimio, que mandaba un monasterio cercano a la ciudad. Se fue allá y se puso bajo la dirección del gran abad. Por consejo suyo se dirigió luego al de  San Teoctisto.  

La historia de su vida es un ejemplo de largos años de penitencia, dirección espiritual y en su vejez de lucha por la ortodoxia amenazada por los herejes. Al dominio de sí mismo y a la renuncia al mundo, en los tiempos finales, la intransigente heroica y batalladora por la fe.

Extrayendo de su prodigiosa vida el episodio de su última estancia en Constantinopla, ya nonagenario, con la pretensión de que le recibiera el gran emperador Justiniano, para urgirle que defendiera al cristianismo en toda su pureza. En la pompa del palacio, ante el Basilaus comparece la sombra macerada y ardiente del eremita.

El emperador le escucha, atiende sus razones y antes de que se vaya quiere darle dinero, que Sabas, como era de esperar, rechaza, porque dice no necesitarlo. Entonces Justiniano pide su bendición, que desciende sobre su cabeza imperial con el añadido de una propina profética que le anuncia conquistas en África, Italia y España. Como quien regala un sueño de poder efímero, mientras él vuelve a su caverna para esperar la muerte.

La paz de nuestro Santo de hoy, se vió perturbada varias veces por las quejas de algunos monjes relajados, que le obligaron a que se retirara por algún tiempo al desierto de Escitópolis y las luchas dogmáticas del exterior. Dos viajes tuvo que hacer a Constantinopla para defender la fe de Nicea y Éfeso. Vuelto a su laura murió  en el año 532. Su culto llegó a Occidente por los monjes que huyeron de Jerusalén en la invasión árabe del siglo VII.

Publicado en Cuenca, 5 de diciembre de 2020 y el 5 de diciembre de 2025.

   Por:  José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.