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| El Vítor de Horcajo de Santiago (Cuenca) |
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| Cartel de las fiestas del Vitor 2016 |
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| Estandarte del Vítor |
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| El Vítor de Horcajo de Santiago (Cuenca) |
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| Cartel de las fiestas del Vitor 2016 |
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| Estandarte del Vítor |
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| Inmaculada de San Felipe Neri |
Posiblemente ningún obispo ha gozado en vida de mayor prestigio y autoridad que san Ambrosio. Autoridad moral que le merecían la nobleza de su carácter, la santidad de su vida, la energía y rectitud de su obrar y también su ciencia, su conocimiento en los negocios y su prudencia en el gobierno.
La Iglesia ha hecho de él uno de los grandes doctores de Occidente, con San Agustín, San Jerónimo y San Gregorio el Grande.
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| San Ambrosio de Milán. |
Hijo de un magistrado, bien conocedor del derecho y la administración, gobernador de las provincias del norte, todo le inclinaba a la virtud cardinal de la justicia, a dar sabia y prudentemente a cada cual lo que le correspondía. Pero Milán, es elegido obispo por aclamación y a viva fuerza, y su idea de lo justo se verá corregida por una ley superior.
Como obispo y consejero de emperadores, defiende la fe con una energía inflexible ante paganos y herejes, salvaguarda los derechos de la Iglesia ante intromisiones del poder y se enfrenta al emperador Teodosio exigiéndole penitencia pública por la bárbara matanza de Tesalónica antes de admitirle en el templo.
Es también un enamorado de los pobres hasta vaciar sus arcas una y otra vez, compasivo y tierno hasta el llanto con los pecadores que iban a reconciliarse con Dios.
Cargado de méritos murió en el año 397, con estas palabras que San Agustín no se cansa de admirar: ”No he vivido de tal modo que tenga vergüenza de seguir viviendo; pero no tengo miedo de morir, porque tenemos un Señor bueno”.
Publicado en Cuenca, 7 de diciembre de 2020 y el 7 de diciembre de 2025.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
En la tradición cristiana San Nicolás es el santo que dá; que da cosas materiales, palpables, comestibles incluso, por que a veces lo del pan nuestro de cada día es una petición literal, y por eso se le invoca en los apuros económicos. Pan para el hombre y dinero para que no caigamos en las tenteciones, como en la historia de la triple dote que, a escondidas, proporcionó a tres doncellas cuyo padre, al no poder casarlas, iba a dedicar a la mala vida.
Eso se atribuye al buen obispo de Mira, ¡y se le atribuyen tantas cosas mas! Porque -quiza por su advocación, tan deseable- ha sido el santo más popular del mundo, y su recuerdo nos llega mezclado con una mulrirud de piadosas leyendas amables, pintorescas, inverosímiles, que hacen las decilcias de los folcloristas.
La devoción de los tres lunes de San
Nicolás
Es tradición en Cuenca el subir los lunes por devoción a visitar a San Nicolás. Al poco de enfilar la empinada cuesta de la calle de San Pedro, a su izquierda nos topamos con el arco que da paso a esa maravillosa plaza que recibe el nombre del Santo y que es bueno recordar que en las casas que dan a la plaza, vivió el escultor, imaginero y entallador: Esteban Jamete. Romántica plaza que la decora en su centro, la fuente de la aguadora, escultura de Leonardo Martínez Bueno.
| San Nicolás de Bari. Cuenca |
En el lado Norte de la plaza, la iglesia de San Nicolás de Bari, de estilo renacentista, sólo destaca su torre cuadrada. En su interior, estructura sobria y elemental, está más cerca del románico que del renacimiento, tan sólo destaca el retablo con la figura del Santo, donada por D. Ramón Falcón de Salcedo. La iglesia lleva cerrada algunos años, esperando los devotos su restauración, pues ahora la imagen del San Nicolás está depositada en la iglesia de San Pedro y los lunes obliga a ir a San Pedro para cumplir con el rito devocional a San Nicolás. Cuenta la tradición, generada en Cuenca y que aún perdura la costumbre de solicitar al Santo tres gracias con la visita obligada de tres lunes consecutivos; de las tres gracias se concede una, siempre que el trayecto de subida a la iglesia se haga en silencio.
¿De dónde parte la devoción de los tres lunes?
San Nicolás es uno de los santos más populares que ha existido y en su haber se han ido acumulando maravillosas historias a través de los siglos. Una de esas historias es la de las tres doncellas que dió origen a la devoción de los tres lunes.
Dice así: Se decía que en la población de Mira, un vecino que tenía tres hijas se vió reducido a la más mísera pobreza y para poder subsistir pensó, que si no cambiaba su suerte, se vería obligado a prostituir a sus tres hijas, que aún teniendo pretendientes, sin dinero no podía pagar la dote para el casamiento de ninguna de ellas. Enterado San Nicolás, sin pensarlo tomó una bolsa repleta de monedas de oro y en la noche la arrojó por la chimenea de la casa. Con el dinero casó a la mayor de las hijas. Viendo el proceder del padre no tardó San Nicolás en volver a repetir la acción echando una segunda bolsa con dinero por el mismo método y el padre casó a la segunda de las hijas. Poco tiempo después volvió a hacer la misma operación de tirar la bolsa con dinero, pero en esta ocasión la tiró por la pared del patio quedando enganchada en la cuerda de la ropa y las monedas sonaron al caer al suelo, asomándose por la ventana el padre, descubrió al bienhechor a quien agradeció su caridad para con ellos, arrepintiéndose de su mal proceder con sus hijas. La tradición dice que los días en que arrojó las bolsas eran lunes dando pié a la devoción de los tres lunes de San Nicolás.
Los conocimientos que hay sobre su vida son escasos pero se sabe que nació en Parara de Licia, una provincia del Asía Menor. Peregrinó a Palestina y al poco tiempo de volver a su tierra fue nombrado obispo de Mira, capital de Licia. Durante las persecuciones de Diocreciano fue encarcelado por confesar su fe y liberado al subir al trono el emperador romano Constantino.
La universalidad de su devoción es patente al ser el patrono de Rusia; Nápoles, Sicilia, Italia; Campen en Holanda; Freidurg en Suiza; de algunas ciudades de Alemania, Australia y Bélgica. Es patrón de los marineros deseándose buen viaje con la frase “Que San Nicolás lleve tu timón”.
De San Nicolás hay mucho que contar, pero creo que lo que nos trae hoy es la devoción conquense al Santo. Sólo me queda el animaros a seguir practicando la tradicional devoción a este Santo universal y a solicitarle sus gracias subiendo tres lunes consecutivos haciéndole una visita para sufragio de las muchas necesidades que padecemos.
Publicado en Cuenca, 6 de diciembre de 2020 y el 6 de diciembre de 2025.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
El Santo de hoy, san Sabas, había nacido en Capadocia por el año 439, y desde muy niño empezó la vida de oración y penitencia bajo la dirección de Flaviano, que vivía cerca de Mutalasca, la ciudad natal de Sabas.
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| San Sabas, monje y penitente. |
Los orientales le dan los nombres de "Teóforo", "El Santificado", "Ciudadano de Jerusalén", "Estrella del desierto", "El Patriarca de los Monjes". Tuvo por biógrafo a su discípulo, el galileo Cirilo de Escitópolis, quien siendo aún muchacho conoció a San Sabas y se decidió con su trato a abrazar la vida de perfección.
Cuenta su biógrafo, que un día trabajando en el huerto se fijó en unas manzanas hermosas que colgaban maduras de un manzano. Tomó una y, cuando iba a probarla, reflexionó bajo la inspiración de su ángel de la guarda. Aquello era una tentación y acto de gula. Se reprendió a sí mismo la inmortificación, tiró la manzana al suelo y la pisó con sus pies, prometiendo no probar nunca más fruta en su vida.
No tenía cumplidos los veinte años y decidió hacer una peregrinación a los Santos Lugares. Oyó hablar de la santidad y prudencia de San Eutimio, que mandaba un monasterio cercano a la ciudad. Se fue allá y se puso bajo la dirección del gran abad. Por consejo suyo se dirigió luego al de San Teoctisto.
La historia de su vida es un ejemplo de largos años de penitencia, dirección espiritual y en su vejez de lucha por la ortodoxia amenazada por los herejes. Al dominio de sí mismo y a la renuncia al mundo, en los tiempos finales, la intransigente heroica y batalladora por la fe.
Extrayendo de su prodigiosa vida el episodio de su última estancia en Constantinopla, ya nonagenario, con la pretensión de que le recibiera el gran emperador Justiniano, para urgirle que defendiera al cristianismo en toda su pureza. En la pompa del palacio, ante el Basilaus comparece la sombra macerada y ardiente del eremita.
El emperador le escucha, atiende sus razones y antes de que se vaya quiere darle dinero, que Sabas, como era de esperar, rechaza, porque dice no necesitarlo. Entonces Justiniano pide su bendición, que desciende sobre su cabeza imperial con el añadido de una propina profética que le anuncia conquistas en África, Italia y España. Como quien regala un sueño de poder efímero, mientras él vuelve a su caverna para esperar la muerte.
La paz de nuestro Santo de hoy, se vió perturbada varias veces por las quejas de algunos monjes relajados, que le obligaron a que se retirara por algún tiempo al desierto de Escitópolis y las luchas dogmáticas del exterior. Dos viajes tuvo que hacer a Constantinopla para defender la fe de Nicea y Éfeso. Vuelto a su laura murió en el año 532. Su culto llegó a Occidente por los monjes que huyeron de Jerusalén en la invasión árabe del siglo VII.
Publicado en Cuenca, 5 de diciembre de 2020 y el 5 de diciembre de 2025.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.