martes, 21 de octubre de 2025

Santa María Salomé. Festividad del 22 de octubre.

      Siempre es grato hablar de una madre y en este caso se trata de la madre de Santiago Apóstol. Hay recelos en añadirle a Salomé el nombre de María, pues en los Evangelios sólo la nombran como Salomé, pero en el Martirologio romano se nombra con el nombre completo de María Salomé.

Los griegos modernos hacen a Salomé hija de San José para dar a sus hijos el honor de ser hermanos de Jesucristo, de cuya opinión prescindimos, pues muchos santos padres forman la genealogía en otros términos para demostrarnos el parentesco del Redentor con aquellos.

Lo cierto es que fue mujer de Zebedeo, y madre de Santiago el Mayor, y de Juan Evangelista, nacida en Betsaida de Galilea; y aunque no tenemos noticias individuales de las acciones de su vida, fuera de las que nos aseguran los Evangelistas, por la historia de estos sabemos que se unió Salomé a la Santísima Virgen, y a otras piadosas mujeres que siguieron al Salvador en su predicación, tanto en Galilea como en Judea, a quien se acercó en una ocasión con sus dos hijos pidiendo al Señor les concediera la singular gracia de sentarles en su reino uno a la diestra y otro a la siniestra: cuyo deseo da a entender muy bien la fe que tenía de la divinidad y de la grandeza de Jesucristo, al que dio las mayores pruebas de su amor, acompañándole no solo en sus predicaciones, sino en su pasión y muerte, sin temor de los judíos, capitales enemigos del Masías verdadero, prometido en la ley y en los profetas; permaneciendo en el Calvario al pie de la Cruz con la Santísima Virgen.

También quiso estar presente en su sepultura con María de Cleofás y María Magdalena, para observar donde y como pusieron el cuerpo de Jesús, no sin designio; pues luego que volvieron a Jerusalén, aunque pasaron todo el sábado sin hacer cosa alguna, por no contravenir a lo ordenado en la ley, prepararon aromas y perfumes para embalsamar el cadáver; a cuyo fin en la siguiente mañana, que era el día primero de la semana, pasaron muy temprano al sepulcro, y aunque se les ofreció la dificultad sobre quién les apartaría la gran losa de la entrada, notaron que estaba separada, luego que llegaron al mismo sepulcro, donde no hallando el cuerpo del Señor, vieron a unos ángeles vestidos de blanco que las manifestaron como había resucitado Jesús; previniéndolas que llevasen esta alegre nueva a los Apóstoles y discípulos del Señor, a quien vieron en el camino y lo adoraron.

El Martirologio romano señala su muerte en Jerusalén; otros la ubican en Provenza: verificándose lo que aseguran los antiguos en la conjunción de la fiesta de esta célebre santa con la de San Marcos, obispo de Jerusalén. Los griegos creen tener en Constantinopla los cuerpos de las santas mujeres que llevaron especies aromáticas para embalsamar el cuerpo de Jesús, en una Iglesia de la Santísima Virgen, construida a expensas del emperador Justino II, o más bien en la de Santiago el Menor, que había edificado aquel príncipe. Y como el Martirologio romano señala otra fiesta en el 25 de mayo en calidad de traslación de Santa María Cleofás, por la que se hizo de esta santa a Veroli, en Italia, por esto se piensa que María de Cleofás y Salomé vinieron a habitar a aquel después de la muerte de la Virgen, cuya opinión vulgar no tiene algún sólido fundamento; del que carece otra que supone conservarse los cuerpos de ambas en una pequeña población de la Provenza, llamada las tres Marías, donde se celebra, así como en la ciudad de Arlés, el pretendido descubrimiento de los dos cuerpos de María Cleofás y Salomé, en el día 3 de diciembre. También opinan algunos españoles que María de Cleofás vino a Espala en compañía de nuestro patrón el Apóstol Santiago el Mayor, y que murió en Ciudad-Rodrigo, los cuales no hablan de Santa Salomé, cuya festividad por lo dicho tiene adoptada nuestro calendario siguiendo el Martirologio romano.

Publicado en Cuenca, 22 de octubre de 2020 y el 22 de octubre de 2025.

©José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

Efemérides conquenses. Muerte del Obispo D. Inocencio Rodríguez Diez.

 El 22 de octubre de 1974 muere en Madrid en su casa de la calle D. Ramón De la Cruz. El Prelado, D. Inocencio Rodríguez Díez, hijo adoptivo de Cuenca. Rigió la diócesis más de treinta años. Está sepultado  en la Catedral.

Obispo D. Inocencio Rodríguez Díez.

     Nació en Santa Olaja de la Varga de la provincia de León, un 19 de junio de 1891. Fue ordenado presbítero el 17 de junio de 1916 y nombrado obispo de Cuenca un 10 de junio de 1943. Su consagración como obispo de esta diócesis se realizó un 19 de septiembre de 1943 al que asistió el arzobispo de Toledo D. Enrique Plá y Deniel, asistido por D. Gregorio Modrego y Casaús obispo de Barcelona y Carmelo Ballester y Nieto que era obispo de Vitoria.

Publicado en Cuenca, 22 de octubre de 2020 y el 22 de octubre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Visita guiada gratuita en la Catedral sobre el Arte Grutesco. 25 de noviembre a las 11:00h.

   Os recuerdo que como no se pudo realizar la visita guiada el primer sábado del més,  por ser festivio, la aplazamos para el día 8 de noviembre a las 11:00 horas, segundo sábado del mes de noviembre, día que tendremos la siguiente visita guiada gratuita en la Catedral, este mes nos toca hablar sobre el arte grutesco en la rejería del siglo XVI. Antes de ello continuaremos con la Iconografía, descifrando algunos arcos para completar la visita anterior que no pudimos terminar.

Recordando que para asistir es imprescindible estar incluido en la lista de admitidos, para ellos es necesario mandar un correo a esta Dirección: chemarogo@gmail.com y se le informará si hay plazas vacantes.

Grutesco de la rejeria del Coro.
Catedral de Cuenca.


    Después de varios años de estudio sobre la iconografía que posee la Catedral conquense, me decido a entrar en un campo parecido, correspondiente a un tema algo distinto y complejo como es el Renacimiento.

Cuando hablamos de iconografía, simbolismo, alegoría y otras formas de lectura de  imágenes, es normal pensar en creaciones artísticas de cierta antigüedad, sobre todo románicas, sin caer en la cuenta que el simbolismo suele estar presente en cualquier obra, sin que dependa del tiempo de su creación. Es el artista quien idea y crea el mensaje en su obra. El mensaje oculto no lo vemos de forma certera, hasta que nos lo hacen ver al ser interpretados los signos que contiene la obra. El arte grutesco en la rejería de las capillas del siglo XVI de la catedral de “Santa María” de Cuenca es palpable y en estas líneas intentaré dar sentido a cada una de ellas.

La obra se desarrolla a lo largo del siglo XVI. La primera reja que se realiza, cronológicamente es la de la capilla del Obispo, fechada en del año 1510 y realizada por el rejero Esteban Lemosín. Lo más sobresaliente de la reja es el medallón central referente al bautismo de Jesús. La más tardía es la referida a la capilla de Santa Elena, que fue realizada en el año 1572, por el rejero Hernando de Arenas. He de exponer que la última realmente es la reja de la capilla de San Bartolomé, realizada en el año 1578, de gran sencillez y con simbología en sus frisos igual a la de las que estudiaremos.

Cuenca, 22 de octubre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes documentales:

-         “SIMBOLOGÍA RENACENTISTA”. El arte grutesco en la rejería de la Catedral de Cuenca. 2020 Cuenca. Autor José María Rodríguez González.

 

 




Visita guiada gratuita en la Catedral sobre el Arte Grutesco. 8 de noviembre a las 11:00h.

 En esta visita  continuaremos con la Iconografía, descifrando algunos arcos para completar la visita anterior y hablaré sobre el arte grutesco en la rejería del siglo XVI que espero terminar. También quiero que apreciamos el efecto lumínico que se da por Adviento en la rejería de la capilla de los Caballeros, al llegar el sol al medallón de la Anunciación, que es el domingo día 1 de diciembre, pero que se prolonga algunos días más por lo que espero, si hace sol, que disfrutemos del llamado popularmente “El milagro de la luz de Adviento”.

Reja de la Capilla de los Caballeros.
Llegada del sol al medallón de la Anunciación.
Catedral de Cuenca.


Recordando que para asistir es imprescindible estar incluido en la lista de admitidos, para ellos es necesario mandar un correo a esta Dirección: chemarogo@gmail.com y se le informará si hay plazas vacantes.

Después de varios años de estudio sobre la iconografía que posee la Catedral conquense, me decido a entrar en un campo parecido, correspondiente a un tema algo distinto y complejo como es el Renacimiento.

La obra se desarrolla a lo largo del siglo XVI. La primera reja que se realiza, cronológicamente es la de la capilla del Obispo, fechada en del año 1510 y realizada por el rejero Esteban Lemosín. Lo más sobresaliente de la reja es el medallón central referente al bautismo de Jesús. La más tardía es la referida a la capilla de Santa Elena, que fue realizada en el año 1572, por el rejero Hernando de Arenas. He de exponer que la última realmente es la reja de la capilla de San Bartolomé, realizada en el año 1578, de gran sencillez y con simbología en sus frisos igual a la de las que estudiaremos.

Cuenca, 21 de noviembre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes documentales:

-            “SIMBOLOGÍA RENACENTISTA”. El arte grutesco en la rejería de la Catedral de Cuenca. 2020 Cuenca. Autor José María Rodríguez González.

lunes, 20 de octubre de 2025

El Obispo don Gaspar de Quiroga y la Claustra de la Catedral de Cuenca.

 Mi contribución al día de la Catedral.

    Los otoños es un tiempo donde la dormición es palpable en la naturaleza y el género humano no es ajena a ella, es en este período donde más defunciones hay, no fue ajeno a ello el obispo Quiroga pues falleció el 20 de octubre de 1594 a los 82 años de edad y su cadáver reposa en el convento de religiosas agustinas de su villa natal, Madrigal.

Fue un hombre muy cercano a la Casa Real de la época, Felipe II le nombró consejero de Castilla y de la Santa Inquisición, visitador del consejo de Cruzada y residente en Italia, y tanto le gustó de su trato y sabiduría que le llevó en su compañía a la jornada de las Alpujarras, para sosegar la rebelión de los moriscos del reino de Granada.

En 1571 le presentó para obispo de Cuenca, y el Papa S. Pío V firmó la gracia en 17 de diciembre de este mismo año. Tomó posesión en 19 de enero de 1572; le consagró en la Iglesia de Santa María de Madrid D. Diego de Espinosa, obispo de Sigüenza e inquisidor general. Entró en esta ciudad el 16 de julio y en el año siguiente de 1573 fue presentado para inquisidor general y recibiendo las bulas tomó posesión en mayo del mismo año.

En esta diócesis dejó un  buen sabor de boca, tomando por modelo a su glorioso predecesor San Julián, reformó completamente este obispado. Era templado en la comida y no bebía vino, siempre que se sentaba a la mesa le leían un capítulo de las Sagradas Escrituras. Con los pobres fue sumamente generoso, hubo día que les distribuyó dos mil ducados a los más necesitados de la diócesis.

Podría estar hablando de la caridad de este hombre durante varias páginas pero me centraré en la construcción de la claustra y el patio de nuestra Catedral, situado al lado norte. “Es de orden dórico, con columnas resaltadas dos tercios de su diámetro y cinco arcos espaciosos en cada uno de sus cuatro lados. Cada uno de estos es de cuarenta varas de longitud, cinco y cuarta de latitud y diez de altura” (Así lo describe Trifón  Muñoz y Soliva, canónigo de la Catedral de Cuenca). Su material es piedra de color pardo oscuro, pero tan frágil que con la humedad se cuartea y pulveriza. La arquitectura es del mayor gusto de la época de la restauración de las artes y es triste que con los bloqueos de cal o yeso se le haya quitado, como también  a la catedral, aquella importancia majestad que  adquiere con los siglos la piedra diestramente cortada. El pavimento está completamente destrozado, desde que en esta claustra se labraron los jaspes para los para la capilla Mayor y el Transparente.

La claustra de la Catedral de Cuenca

En patio, es donde campean las principales bellezas arquitectónicas de la claustra, es un cuadrilongo de veintisiete varas de longitud y de veintiséis de anchura. En su centro hay una fuente compuesta de pilastra, taza y remate y de un pilón polígono irregular, cubierto con un emparrado y jazmines. Cuatro jóvenes y hermosos cipreses están a sus lados con simetría y lo demás del patio lo ocupan varios cuadros con diversidad de flores, principalmente en primavera y otoño. A unas dos varas de los lienzos corre un seto de boj, lilas, rosales e higueras, bajo el emparrado, todo el conunto hace un sitio delicioso (Nada de estas plantas se conservan en nuestros días).

Vista de la claustra de la Catedral de Cuenca

De la identidad del realizador de la claustra no está muy claro, lo más acertado es decir que fue un “Vandelvira” (y me pregunto yo ¿el nombre de Vandelvira es un error de escritura? ya que en el libro de cuentas de fábrica de la catedral de 1564 afirma habérsele pagado a: " “Vandelvira”, doce ducados por el viaje a Cuenca para hacer la traza de la claustra", pero en el libro no especifica el nombre así que pidiera ser: Pedro de Valdelvira, maestro de la catedral de Jaén  o cualquiera de sus hijos: Francisco, Cristóbal o Andrés. por lo que no queda claro. Pero lo que sí está claro es que en el libro de cuentas de fábrica que la traza fue remitida al Escorial para su aprobación y que la ejecución de la obra se subastó en presencia del Ilmo. Sr. obispo Quirog el 23 de abril de 1577 y se remató con varias condiciones de Juan Andrea Rodi con el precio de 13.700 ducados.

No termina aquí la cosa de la obra. Con Juan Andrea Rodi hubo desavenencias en 1583, que le parecía haberse equivocado en la valoración de la obra pidiendo un aumento de presupuesto y la obra se le pasó a Juan Martínez del Barrio. Al final, ni con Rodi ni con Barrio, la claustra la concluyeron los facultativos Pedro de Aguirre y Pedro de Abril.

Así acabó esta historia que luego se retomaría en el siglo XVIII para cerrar los arcos por las bajas temperaturas que se sufrieron en esta ciudad.

Cuenca, 22 de octubre de 2022 y el 21 de octubre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuente documental:

-Episcopologio conquense 1858-1997. Trifon Muñoz y Soliva.

Santa Úrsula. Festividad del 21 de octubre.

     De los tres santorales que utilizo para resumir la historia del santo del día, el que más me gusta, es el más antiguo, que data de 1846, escrito por el Padre Croiset.

La santa que celebramos en el día de hoy, se puede afirmar que su historia es algo disparatada para nuestro tiempo, algo difícil de asimilar como cierta pues tiene algo de fantástica que no deja de recordarnos la vistosidad efectista de las antiguas películas, tal vez por ello me he puesto a resumirla y compartirla con todos ustedes que entran en mi blog.
Santa Úrsula.
   El próximo mes quiero comenzar con efemérides conquenses acaecidas en Cuenca y provincia, espero que sean de su agrado en lo sucesivo.

Centrándome en lo que nos atañe hoy, diré que para evitar varios hechos fabulosos seguirme en mi narración sobre Santa Úrsula, lo descrito en un antiguo manuscrito del Vaticano, que dice lo siguiente:

Úrsula nació en el año 362 en la Inglaterra en que reinaba el fervor y el esplendor de la religión cristiana. Fue hija de Dionet, rey de Cornovaille, y de Daria, de sangre noble y virtuosa mujer. Úrsula de niña tenía un corazón noble y generoso, un espíritu vivo y dócil que a la edad de doce años era ya celebrada como una de las más hermosas princesas de Europa. Ella comprendió que lo más bello ornamento de una doncella cristiana era la modestia, despreciando los halagüeños atractivos de la corte, consagrándose como esposa de Jesucristo.

Máximo era el general de las tropas del emperador Graciano en gran Bretaña y se hizo programar emperador en el año 382. Cruzó la mar, desembarcó con todo su ejército en las costas de la Armórica, provincia de las Gaulas, se apoderó de toda Bretaña.

Canon, era uno de sus oficiales principales, bretón y cristiano. Se distinguió tanto en esta campaña por su valor y conducta que Máximo le hizo gobernador de la Armórica, llamada después la Bretaña menor y confiriéndole el título de duque. Estableció su residencia en la ciudad de Nantes y dejo en el país gran parte de las tropas, compuesta de bretones.

Llagando a los oídos  de Canon la noticia de la hermosura de que era poseedora Úrsula, envió una diputación al rey su padre, pidiéndola como esposa. Como gran parte de los señores, oficiales y soldados eran también solteros, a los enviados se les encargó que trajeran con ellos todas las doncellas que pudiesen para que fueran desposadas con ellos.
Santa Úrsula y las doncellas.
   El rey los recibió con honores y como conocían los méritos del duque, oyó con gusto la proposición, prometiéndoles dar como esposa a su hija. Úrsula recibió la noticia con disgusto pero no dio respuesta a ella. Por fin dio su consentimiento por la gran sumisión que profesaba a su padre. Antes de partir rezó a Jesús con esta fervorosa súplica: “Bien sabéis Vos, divino dueño mío, los más íntimos afectos de mi pobre corazón; jamás le han tentado las grandezas del mundo, ni le han deslumbrado sus aparentes brillanteces. Vos solo sois el dulce objeto de sus amorosas ansias. Dueño sois de todos los sucesos de la vida; fácilmente podéis desbaratar todas las ideas de los hombres por concertadas que estén. No desechéis, Señor, mis humildes súplicas: Dignaos tomar bajo vuestra protección a la menor de vuestras siervas; dirigidlo todo a mi salvación y a vuestra gloria según vuestra divina voluntad”.

Los preparativos para el embarco de la princesa se iban acelerando y ya había un gran número de doncellas nobles para acompañar a Úrsula, que estaban destinadas para desposas a los oficiales bretones. Cuando todo estuvo previsto para el embarco, pasaron a Londres a Úrsula y sus compañeras.

Apenas perdieron de vista las costas de Inglaterra, se levantó una furiosa tormenta que lleno de terror a toda la escuadra, amenazándola con un fuerte naufragio. Entonces Úrsula dijo a todas las compañeras: “Ánimo, hijas mías, nada temáis. Servimos a un Dios y tenemos un Esposo que manda en los vientos y en los mares. Sacrifiquemos nuestras vidas, y dejemos los horrores de la muerte a los que tienen la desgracia de no conocerle. Pero nosotras tengamos confianza en su gran misericordia”. Sosegó a todas sus compañeras a todos el equipo, la intrépida seguridad de la Santa. Toda la escuadra fue arrojada en el puerto de Tiel, en el ducado de Güeldres, y siguiendo después la corriente del Rhin, navegó hasta Colonia, teatro del glorioso triunfo, que el Cielo les tenía preparado.

Enterado el emperador Graciano del levantamiento de Máximo, llamó en su socorro a los hunnos, nación bárbara de la antigua Sarmacia. Eran crueles y paganos que desolaban todos los países por donde ponían el pie. Mandaba a estos bárbaros el general Gauno, por orden del emperador Graciano. Al descubrir los navíos bretones, enemigos del emperador, los atacaron y se apoderaron de ellos sin dificultad. Quedaron sorprendidos al comprobar su carga, pues sólo iban doncellas cristianas.

Quiso el General del ejército ver a la princesa Úrsula y quedó ciegamente prendado de su hermosura. Al contrariarle la Santa el encanto torno en brutal furor que arrojándose con espada en mano fue atravesando con su acero a las doncellas, a otras les lanzaron flechas y a todas ellas las degollaron. Esto sucedió en día 21 de octubre del año 383, desde entonces la Iglesia celebra la fiesta de Santa Úrsula y sus compañeras vírgenes y mártires.
Martirio de Santa Úrsula y las doncellas.
   Fueron sepultados sus cuerpos en el territorio de Colonia, desde donde se difundieron después sus reliquias por toda la cristiandad. En el año de 1537 se fundó en Italia la congregación de Santa Úrsula, por la beata Ángela de Brescia, la que aprobó Paulo III y en el año 1572 la sujetó a la clausura y votos religiosos el Papa Gregorio XIII, a solicitud de San Carlos Borroneo. El año de 1611, fundó las Ursulinas en Francia la señora de Santa Beuva, Magdalena de Huiller, siendo el primer convento de París, de donde se extendieron con gran utilidad, no solamente por Francia, sino también por Suiza.

Publicado en Cuenca, 21 de octubre de 2019 y el 21 de octubre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

domingo, 19 de octubre de 2025

Santa Irene, virgen y mártir. Festividad del 20 de octubre.

    Santa Irene, cuya memoria es y ha sido célebre, especialmente en Portugal, según se acredita por los monumentos eclesiásticos de aquel reino, nacida en un pueblo llamado Navancia.

Según el Breviario antiguo de Evora y Braga, residía con sus padres en Navancia, a orillas del Tajo, perteneciente al señorío de un ilustre magnate, allá por los años del rey Recesvinto, en el siglo VII. El hijo del conde, llamado Britaldo, se había enamorado ciegamente de la bella Irene. Quiso conquistar la fortaleza cristiana de su corazón, pero Irene se había consagrado a Dios en un monasterio que dirigía su tío, el abad Selio.

Britaldo no se doblegaba a perder a quien su corazón amaba, creía que por ser el único heredero del conde Castinaldo, lo podía todo y se le debía dar todo lo que deseara. El amor se convirtió en odio y vino la venganza cruel. Avergonzado de verse despreciado y vencido, concertó con un soldado que matase a la inocente joven y la arrojase al río, mientras él huía de la ciudad, que le resultaba una cárcel después de su derrota.

Realizó un diabólico plan con tan completo resultado, que el pueblo, al notar la falta de Irene y de Britaldo, con general escándalo, pensara en una fuga amorosa. Así se denigraba la honra de una mártir virgen y se sepultaba en las ondas del Tajo.

Pero, al decir de los biógrafos, no permitió Dios por mucho tiempo tal deshonor para la mártir de la pureza, y dio pronto testimonio de su virtud y valentía. El abad Selio tuvo revelación secreta del martirio y ordenó que fuese recogido el cadáver con honores de mártir, en presencia de todo el pueblo. Divulgó el santo abad la noticia, y rodeado de sus monjes, acompañado de inmenso y curioso gentío, se encaminó por la ribera del Tajo al lugar que le había sido revelado. Todos pudieron admirar el celestial prodigio: el caudaloso río había replegado sus aguas hacia la orilla opuesta, dejando un espacio seco, donde, sobre un suntuoso sepulcro, fabricado por manos de ángeles, guardianes de los niños inocentes, yacía el cuerpo virginal de Irene, con la herida del puñal y la sangre fresca.

Desde entonces aquel lugar se hizo célebre y, olvidado el nombre antiguo de Scalvis, comenzaron a llamarle Santa Irene, de donde nació, por usual abreviatura, la palabra que hoy lleva de Santarem.

Nuestro cronista Ambrosio de Morales refiere así el suceso: “Por esto y para mayor gloria de Dios y muy extrema honra de esta Santa, con mucha razón se comenzó a perder el nombre de Scavis y nombrarse Santa Irene, que, un poco abreviado, ahora vulgarmente dicen Santarem. Así el quedó a la bienaventurada virgen una gran ciudad por epitafio y todo el río Tajo por templo de su celestial sepulcro”.

Publicado en Cuenca, 20 de octubre de 2020 y el 20 de octubre de 2025.

©José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.