lunes, 31 de marzo de 2025

San Hugo, obispo de Grenoble. (1053-1152). Festividad del 1 de abril

   Nació en Castel, a las orillas del Isar, diócesis de Valencia en el Delfinado, por el año 1053, en el seno de una familia distinguida pero de singular piedad. Su padre Odilon era un caballero distinguido de gran virtud.

Acabado los estudios Hugo volvió a Valencia donde fue provisto de un canonicato. Su vida ejemplar y retirada le granjeó tanta reputación, que Hugo, entonces obispo de León, legado del Papa Gregorio V, y después arzobispo de León.
San Hugo de Grenoble

Modelo de obispo, uno de los más santos que registra la historia. Se le puso al frente de la diócesis de Grenoble a los 27 años y la rigió durante más de medio siglo, siempre suspirando porque le librasen de aquel honor del que sentía indigno e incapaz.

Dice su historia que la condesa Matilde costeó todos los gastos necesarios para la augusta ceremonia de la consagración, regalándole un báculo, con otros varios ornamentos del pontificado, y con los Comentarios de san Agustín sobre los Salmos.

Cuando regresó de Roma, y fue a tomar posesión de su iglesia, quedó penetrado de dolor al ver el lastimoso estado en que halló toda su diócesis. No solo reinaba la usura, la simonía y toda especie de disolución, sino que la abominación de la desolación se habían apoderado del lugar.

Pasaba los días y las noches en fervorosa oración, llorando los desórdenes de su pueblo; y no perdonaba ayuno, vigilias, exhortaciones, instrucciones y visitas para que el Señor abriese los ojos a aquel ciego rebaño. Ganó los corazones de todos con su paciencia, con su apacibilidad y sus ejemplos, y en poco tiempo cambió de semblante todo el obispado de Grenoble.

Pero fue tanto lo que le afectó todo esa depravación que apenas había sido obispo dos años, cuando tomó la resolución de dejarlo. Partió secretamente a la abadía de la Casa de Dios, diócesis de Clermont, en la provincia de Aubernia; visitó la cogulla de san Benito y en breve tiempo fue modelo cabal de la vida monacal. Pero informado el Papa Gregorio VIII de lo que pasaba, le envió precepto formal y preciso para que cuanto antes se restituyese a su iglesia, viéndose obligado a obedecer.

Casi a los tres años, después de ser restituido a su obispado llegó a su diócesis el famoso san Bruno con sus seis compañeros para iniciar con ellos la Gran Cartuja, en 1084, renovándose sus ansias de vida contemplativa, y muchas veces se iba a vivir por un tiempo con los cartujos como el más humilde de ellos.

Pocos días antes había tenido Hugo un misterioso sueño, en el cual se le representaba siete estrellas, que desprendidas del cielo, iban como a esconderse en un desierto espantoso de su misma diócesis, llamado la Cartuja. Acordándose del sueño recibió a Bruno y a sus compañeros con amor y con respeto. Les edificó a su costa la capilla y las celdas, declarándose desde entonces su protector y su padre, poco tiempo después pasó a ser el menor de sus compañeros.

Mostró singular tesón en el concilio que se celebró en Viene del Delfinado el año 1112, contra los excesos del emperador Enrique IV que había tratado indignamente al Papa Pascasio II, y contra la ambición del antipapa Pedro de León, llamado Anacleto, en defensa del legítimo pontífice Inocencio II. Fue Hugo uno de los obispos que se juntaron en Puy de Velay para excomulgar a Pedro de León y el que más contribuyo a extinguir el cisma en el reino de Francia, sacrificando a la verdad y a la justicia sus propios intereses, y la amistad que siempre le había mostrado el antipapa Anacleto.

Murió en Grenoble a los ochenta años y algunos meses de su edad, el día 1 de abril de 1132. Al ser difundida la noticia de su muerte concurrió innumerable gentío de todas partes y lugares a lograr el consuelo de reverenciar y besar su santo cuerpo. Fue imposible enterrarlo en cinco días por la concurrencia de gente, conservándose durante ese tiempo el cadáver entero y tan fresco y flexible como si estuviera vivo. Fue canonizado en 1134 por el Papa Inocencio II. Su sepulcro se hizo cada día más glorioso por la visible protección que experimentaron los fieles, implorando su poderosa intercesión.

Publicado en Cuenca, 1 de abril de 2020. Actualizado el 1 de abril de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

domingo, 30 de marzo de 2025

Santa Balbina, virgen y mártir (siglo II). Festividad del 31 de marzo

  Santa Balbina, nació en la ciudad de Roma, hija de Quirino que se convirtió y murió martirizado. Balbina enfermo a temprana edad y su curación le llevó a la conversión.

De esta santa con la que concluye el mes de marzo se tiene pocas referencias seguras, pero su nombre va unido a los itinerarios piadosos de Roma, tanto por la necrópolis que hay cerca de la Vía Apia, como por la antiquísima iglesia homónima del Aventino, frente a las termas de Caracalla, que posiblemente datar del siglo IV.
Santa Balbina.

Su conversión es relatada así: “Enfermó Balbina en lo más florido de sus años, de tal gravedad que habiendo probado todo tipo de medicinas y remedios humanos, nada consiguió curarla y habiendo agotado todos los recursos que disponían sus padres, buscaron otros remedios. Habiéndose enterado de los muchos milagros que Dios obraba por medio del santo pontífice Alejandro, preso por su fe en Jesucristo, no repararon en buscar su ayuda. Fue Quirino a la cárcel y postrándose a sus pies, bañado en lágrimas le rogó se dignase curar a Balbina, en grave peligro de muerte. Condolido el Santo Pontífice de aquella doncella, mandó al padre la trajera a su presencia, y consiguió la salud que deseaba con sólo imponerle la bolsa de las reliquias que llevaba al cuello. Admirado Quirino de tan repentino prodigio, no dudaron por lo visto del verdadero Dios era el que adoraba Alejandro, se convirtió con toda su familia. Después instruyó Alejandro a Balbina para que supiese cómo conservar la virginidad perpetua como era su deseo".

Dice la tradición que santa Balbina besaba con mucho amor la argolla que había encadenado al Prelado y que había sido –aceptando simbólicamente el yugo suave de Jesucristo- el medio de curar y de descubrir su fe.

Aureliano, uno de los más fieros perseguidores de los cristianos, martirizo y dio muerte en la cárcel a san Kermes prefecto de la ciudad por mantenerse constante en su fe y negarse a prestar sacrílegas adoraciones a los ídolos y llegando a sus oídos que su hermana Teodora y Balbina dieron sepultura a estos cristianos las mandó prender.

Después de muchos intentos y tormentos y viendo que no se desdecían de sus creencias en Cristo pronunció la siguiente sentencia: "Muera Balbina habladora, no sea que se charlatanismo seduzca al pueblo". Mandándola ejecutar el día 31 de marzo del año 120. Su cuerpo fue sepultado en el cementerio de Prestato, en la Vía Apia, llamado después se Santa Balbina. El Papa San Marcelo mandó construir una iglesia en ese lugar en su honor.

Publicado en Cuenca, 31 de marzo de 2020. Actualizado el 31 de marzo de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

San Juan Clímaco (575-649). Festividad del día 30 de marzo.

   Juan de la Escalera, según su nombre, monje del monasterio del monte Sinaí, de cuya vida poco se sabe, excepto que fue abad y que gozó de una fama inmensa como director de almas en la primera mitad del siglo XVII. Casi nada más, su recuerdo no está vinculado en una biografía, sino en un libro, la Escala santa, que ha tenido tanta influencia entre los monjes de Oriente y Occidente.
San Juan Clímaco.
   Y muy merecida, porque es un libro excepcional que une la elevación a la sencillez, el rigor a la serenidad, los impulsos más espirituales a la agudeza psicológica y al sentido común. En treinta escalones hace recorrer todo el camino que lleva desde el hombre a Dios, empezando por la renuncia a sí mismo y concluyendo en el amoroso Absoluto.

Ascensión en la que cada peldaño es un desprendimiento desde el simple ruido (oponer el silencio de los labios al tumulto del corazón) y las pasiones exteriores hasta la última fortaleza del castillado orgullo; “Los hombres pueden sanar a los voluptuosos, los ángeles a los malvados, pero a los soberbios solamente Dios”.

La iconografía bizantina en el monte Athos y en otros lugares ha difundido la imagen de la mística escalera por la que trepa las almas, tironeadas, empujadas por demonios que recurren a todas sus fuerzas para conseguir que se precipiten en las abiertas fauces de un dragón que se  enrosca en el abismo y que las va engullendo.
Representación del contenido del libro "La Escala Santa".

Así, entre un revuelo de ángeles luminosos y en una atmósfera de intenso colorido sobrecogedor –negruras salpicadas de estrellas, oros del espíritu, blancos radiantes-, el alma ligerísima y trémula, después de subir por la vertiginosa escala fosforescente, llega a las alturas invisibles y cae como una pluma en el regazo de Dios, empujada por el último soplo de la Gracia.

Cuando murió el maestro Juan, en la celda no había sino una gran cruz de madera, una mesa y un banco que servía de silla y de mesa, Su única riqueza eran los libros de la Sagrada Escritura y las obras de los Padres de la Iglesia, entre ellos la Regula Pastorales de san Gregorio Magno, traducida al griego por un patriarca de Antioquía el año 600.

Fue publicado en Cuenca, 30 de marzo de 2020. Actualizado en 30 de marzo de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 28 de marzo de 2025

Santa Teresa de Jesús. Nació el día 28 de marzo de 1515 y su festividad se celebra el 15 de octubre.

  Hoy es noticia por el estudio científico de una universidad de Austria que tras analizar las reliquias de la Santa extraídas de su sepulcro de Alba de Tormes (Salamanca) se puede conocer su semblante cuando tenía la edad de 50 años. Se ha llegado a la conclusión de que Santa Teresa poseía un rostro armónico, sereno y dulce.

Semblante de Santa Teresa a sus 50 años de edad.

¿Qué podemos decir de esta doctora mística, maravilla de su siglo y que tanto se ha escrito?

Nació en Ávila, el día 28 de marzo del año 1515 y fue la menor de tres hijas que tuvieron Alonso Sánchez de Zepeda y Doña Beatriz Dávila y Ahumada, ambos de antigua y calificada nobleza. Dieron a sus hijos una buena educación, poniendo especial cuidado en la educación de Teresa por su despejo, viveza y capacidad que manifestaba, muy superior a su edad.

Alonso Sánchez de Zepeda se dedicaba a leer libros espirituales, y hacia que todos los días se leyera a la familia la vida de algún santo. Teresa hallaba en estas historias un gran gusto por ellas, tanto es así que convenciendo a su hermano Rodrigo para que ambos escaparan en secreto a tierra de moros para ser mártires. Teresa sólo tenía siete años y Rodrigo diez. Suerte que en el camino encontraron a su tío que los condujo de nuevo a su casa.

Fue Teresa de adolescente, soñadora y novelera, con gran afición a los libros de caballería, coqueta, según nos dice, y “enemiguísima de ser monja”; a los veinte años entra en el Carmelo, que le decepciona por sus blanduras, cae muy enferma y después de sanar prosigue un penoso camino de arideces, tentaciones e incomprensiones que van edificando su alma.

Cuando quiere reformar la orden carmelitana es ya una mujer madura, con hondas experiencias místicas que le dan aliento para sus constantes viajes por toda España, afrontando luchas y persecuciones, quebrantada de salud, “son ninguna blanca”, pero inflexible en el propósito, porque “nunca dejará el Señor a sus amadores cuando por sólo Él se aventuran”.

Al convento de San José de Ávila seguirán otras 16 fundaciones (sin contar quince de varones carmelitas descalzos, a las que contribuyó ayudando a san Juan de la Cruz), y tras un despliegue de actividad, dulzura y fortaleza que maravillan, muere extenuada en Alba de Tormes: “Tiempo es ya que nos veamos, Señor mío”.

Mujer excepcional por todos los conceptos, humanísima y alegre, franca, enérgica, tenaz, de un humor incomparable, rebosante de espiritualidad y manejando muy bien, siempre por obediencia la pluma: sus libros, escritos al desgaire, que le han hecho doctora de la Iglesia, son un prodigio de gracia personal, simpatía y elevación.

Entregó su alma dulcemente en las de Dios el día 4 de octubre de 1582 a los 67 años de edad y a los veinte de la reforma. Dando tres suaves gemidos, que apenas se oían, dio su alma al Señor:

"Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo te resta
para ganarte, perderte,
el morir venga ligero.
Que muero porque no muero."

En el punto que espiró se lleno su celda de una exquisita fragancia, que se difundió por todo el convento, se le quitaron todas las arrugas de la vejez, y quedó su cara fresca y encarnada. Al día siguiente fue enterrada con gran solemnidad.

En la primera y segunda traslación, se halló su cuerpo tan entero, fresco y flexible, como el día de su muerte, y del mismo modo está hoy en su convento de Alba. Uno de sus pies fue enviado a Roma al convento de las carmelitas descalzas en el año 1615, y la reina Doña María de Médicis regaló un dedo a las carmelitas de París. En el año 1614 fue beatificada por el papa Paulo V, y solemnemente canonizada en el año 1622 por Gregorio XV, Dios, por intercesión de la Santa, ha obrado muchos milagros.

Feliz día a todos y celebremos ser hijos de la Madre de Dios.

Publicado en Cuenca, 15 de octubre de 2020 y el 15 de octubre de 2024.

Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

San Jonás y Baraquisio (327). Festividad del 29 de marzo

    Consultando en el santoral nos encontramos que el día 29 de marzo celebramos el martirio de dos hermanos llamados Jonás y Baraquisio, procedentes de una aldea llamada Jassa, y que son las víctimas más famosas de la persecución que realizó contra los cristianos el rey persa Sapor II en su intento por restablecer el mazdeísmo y desarraigar el Evangelio.
Jonas y Baraquisio. 

Nueve cristianos, cuyos nombres ha conservado la tradición, fueron condenados a muerte, y Jonás y Baraquisio salieron de su aldea para visitarles en las mazmorras y transmitirles el aliento de sus palabras de fe, con lo cual se vieron también comprometidos y se les encarcelaron, exigiéndoles a su vez que adoraran al soberano y rindiesen culto a los elementos de la naturaleza.

Ante su tenaz negativa, fueron azotados con varas de granado y se les separó utilizando un truco que todavía hoy es práctica habitual entre los sayones (decir a cada uno de ellos que el otro había apostatado, con el fin de debilitar su convencimiento), pero todo fue inútil,

Siguieron largas controversias con los jueces y por fin los dos murieron del modo más cruel: Jonás aplastado en una prensa para la uva mientras a Baraquisio le vertían plomo derretido ardiendo por la garganta. Un devoto varón llamado Abdisotas rescato los santos cuerpos por quinientos mil daries, la moneda del país, y tres vestidos de seda, y les dio honrosa sepultura.

Mientras en Occidente Constantino protegía a los cristianos, en Oriente la persecución hacía mártires, unos tenían que resistir el halago y otros la tortura, en Roma la absorción y en Persia el exterminio, en Europa las tentaciones de la influencia y del poder, en Asia las de las apostasía, doble experiencia complementaria que los católicos del siglo XX conocieron también.

Oración: Concédenos, Señor, que así como reconocemos tu fortaleza soberana en la confesión de tus gloriosos mártires Jonás y Baraquisio, así experimentemos su poderosa intercesión ante el acatamiento de tu divina Majestad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Publicado en Cuenca, 29 de marzo de 2020. Actualizado el 29 de marzo de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Un milagro muy reconocido. Sucedió un 29 de marzo de 1640.


Una pierna para Miguel Juan Pellicer. El milagro de Calanda
La primera vez que me hicieron fijarme en el lienzo derecho de la capilla del Pilar en la Catedral de Cuenca tenía siete años. Mi abuelo me explicaba el sentido de los medallones que alberga la capilla, no podía entender que una pierna apareciera en su sitio si había sido amputada con anterioridad y enterrada en otro lugar, en mi mente infantil imaginaba mil cosas para explicar tal hecho. Con los años he tenido la suerte de estudiar cada rincón de ésta y otras muchas capillas de la Catedral, cada una nos expone las creencias de sus benefactores y nos trasmiten sus creencias como un libro que espera ser abierto para que su lector descubra el misterio que encierran sus páginas, así es  nuestra Catedral.
Lienzo explicativo del Milagro de Calanda
Capilla de la Virgen del Pilar
Catedral de Cuenca
Este hecho llamado “El Milagro de Calanda” sucedió en la persona de Miguel Juan Pellicer, un arriero de 23 años vecino del este pueblo Aragonés. He podido ver por los escritos, como por el acta notarial y otros documentos, como el proceso de verificación que se llevo a cabo por parte de las autoridades eclesiásticas, todo ello da veracidad a lo acontecido. Para más pruebas hace cincuenta años su cuerpo fue exhumado en secreto, realizándose una serie de fotografías que se descubrieron en 1999. En la pierna derecha, a la altura de la zona de amputación, aparecía una extraña osificación que incrementaba la verdad de lo que en su momento sucedió.

En el informe diocesano se recogen los datos de los peritos que participaron en el análisis de los restos. Entre ellos el del Catedrático de Medicina Legal, D. Valentín Pérez Argiles, muestra la certeza sobre la identificación correcta de los restos, lo más llamativo es que la pierna que fue restituida a Miguel Juan Pellicer muestra una serie de anomalías que llamaron la atención: La irregularidad existente en la tibia derecha y el hecho que fuera 5,5mm más corta que la otra, justo donde le cortaron la pierna, se aprecia una osificación, estas son circunstancias que pueden respaldar la identificación de este hombre y dan la prueba de que posteriormente al milagro, recibiera el apodo del “Cojo de Calanda”.

En mi reciente visita al Pilar de Zaragoza puede observar, que en la Basílica del Pilar, se encuentra una capilla haciendo alusión a estos hechos, así como un mural del año 1952 en el que se refleja el momento de ese sueño durante el cual ocurrió todo. En la pintura, la Virgen está cerca del enfermo y le coloca la pierna. Dentro de “El Humilladero” hay otro cuadro pintado por Miguel Ángel Albareda, en el que un ángel de pelo largo rubio y vestido de blanco repone la pierna, reconstruyendo en el lienzo la noche del milagro colocando la pierna, así también se aprecia en el lienzo de la capilla de la Virgen del Pilar de la Catedral de Cuenca.


Explicados los antecedes puedo pasar ahora a describir el milagro:
Sucedió entre las 10 y las 11 de la noche del jueves 29 de marzo de 1640, en la villa aragonesa de Calanda, en la persona del joven Miguel Juan Pellicer, de 23 años, cuando sucedió tendía 19. Trabajando de arriero en Castellón de la Plana, cayó de un carro cargado de trigo que conducía con la mala suerte que una rueda le aplastó la pierna derecha. Pasó 5 días en el hospital de Valencia y pidió ser llevado al hospital de Ntra. Sra. De Gracia de Zaragoza. Fue necesario amputarle la pierna, al comenzar la gangrena en ella, fue cortada cuatro dedos por debajo de la rodilla. El cirujano que se la amputó fue D. Juan Estanga, la pierna fue enterrada por el practicante Juan Lorenzo García.

Dos años estuvo convaleciente y luego fue mendigo en la puerta del templo del Pilar. Cada día se untaba el muñón de su pierna con el aceite de las lámparas que arden ante la Virgen del Pilar mientras pedía limosna.

Volvió a Calanda y como su habitación estaba ocupada por un soldado en régimen de pensión, tuvo que dormir en un jergón en el suelo, al lado de la cama de sus padres. Cual fue la sorpresa que al entrar sus padres lo encontraron durmiendo con dos piernas, comprobándose que era la misma al tener un grano y unas cicatrices que poseía antes de su amputación.

Tras la curación volvió a Zaragoza para dar gracias a la Virgen, incoándose en el arzobispado el milagro el 5 de junio de 1640. El milagro se divulgó rápidamente por la Corte y Vicente fue recibido en Madrid por el Rey Felipe IV un año después.


Cuenca, 29 de marzo de 2019 y el 29 de marzo de 2025.

José María Rodríguez González- Profesor e investigador histórico.

jueves, 27 de marzo de 2025

"La realidad de un sueño". Legado de embrujo y leyenda II. Un nuevo trabajo de José María Rodríguez González

 Luz, misterio y revelación: la trayectoria vital en pos de un sueño

Este nuevo trabajo de José María Rodríguez permite soñar la catedral de Cuenca compartiendo con el autor toda su experiencia vital. 

Puedes encontrarlo ya, en la libreria Evangelio de Cuenca.

Se presentará en la Feria del Libro de este año, el día 30 de abril a las 18.00h en el Salón de Actos de la Diputación de Cuenca.

Portada del Libro: "La realidad de un sueño".

PRESENTACIÓN

 La vida es, en sí, un sueño que hacemos realidad al despertar. Buscando la serenidad topé con un lugar que en su interior cobijaba el mundo de los sueños. Entre otros lugares, hallé la Catedral, lugar sagrado de reflexión y encanto. En ella se acumulan los deseos de miles de personas que dejaron su huella para que generaciones posteriores pudieran seguir soñando.

“La vida es sueño” nos dice Calderón de la Barca (1635). En ella se busca la libertad del ser humano para configurar su existencia sin dejarse llevar por un supuesto destino. Inicié la búsqueda de los sueños y hallé basiliscos, centauros, sátiros, unicornios, delfines, sirenas y un sinfín de elementos de conexión con el mundo imaginario. Un mundo donde habita la poesía. El poema es el canto de sirena que aflora del alma, es la fusión de lo irreal con lo real. Es un sueño lúcido que hace que poco a poco se apodere de tu corazón. Sentimientos convertidos en palabras, palabras convertidas en piedra que transmite emociones a quien la observa. Al igual que la poesía no está escrita en papel, sino en el corazón de quien la escribe y de quien la lee, dejando huella en el espíritu, la iconografía describe historias y deja recuerdos, escribe promesas y deja estela, describe caminos y crea surcos en el comportamiento humano.

El poema surge del interior del ser. La Catedral, morada de Dios, se fundamenta en la “Fe” en la promesa de la “Eternidad”. No hay palabras para describir el Misterio. Solo el corazón podría fusionar tal magna obra humana. Soñar es como abrir la puerta al mundo de la mente. Todo es posible: la esperanza, el deseo, y ¿por qué no?, También los miedos y fantasmas. En esa dimensión se guarda toda la sabiduría y la cultura del ser humano, llegando más allá de la lógica. El sueño es misterio y el misterio es curiosidad y vida. La Catedral es el sueño vivido en el tiempo de quienes quisieron dejar sus pensamientos, sus vivencias, a las generaciones venideras y de quienes busquen descubrir en sus paredes el más profundo sentir del corazón humano en fusión con su Creador.

 José María Rodríguez González.

Contraportada




Cuenca, 28 de marzo de 2025