Patrono de los conductores.
¿Quién era
Cristóbal? Con la historia en la mano poco se puede decir de él, como mucho que
quizá fuera un mártir de Asia Menor a quien ya se rendía culto en el siglo V.
Su nombre es griego y significa: “El portador de Cristo”, es enigmático, y se
empareja con una de las leyendas más bellas y significativas de toda la
tradición cristiana.
Nos lo pintan
como un hombre muy apuesto de estatura colosal, con gran fuerza física, y tan orgulloso
que no se conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él; primero un
rey, aparente señor de la tierra, y luego el Diablo, verdadero príncipe de este
mundo, ambos le defraudan, uno y otro se vanaglorian de no temer a nadie, pero
el rey tiene miedo al Diablo, y el
Diablo tiembla a la sola mención de una cruz donde murió un tal Jesucristo.
Verdaderamente
¿Quién podría ser ese personaje tan poderoso aún después de muerto? Cristóbal
se lanza a los caminos en su busca y termina por apostarse junto al vado de un
río por donde pasan incontables viajeros a los que él lleva hasta la otra
orilla a cambio de unas monedas. Nadir le da razón del hombre muerto en la cruz
que aterroriza al Diablo.
Cuenta la
leyenda que un día un niño le pide que le cruce el río para que no se lo lleve
la corriente y cargado con el niño de insignificante peso, aparentemente, comienza
su trayecto. Le pregunta también aquel niño por el que murió en la Cruz y que nadie
sabía darle razón de él, ¿Qué podría saber ese niño de esto que los mayores no
sabían? A mitad del río el peso del niño que llevaba sobre su hombro se hace
insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla. Cristóbal
llevaba a hombros más que le universo entero, al mismo Dios que lo creo y
redimió. Por fin había encontrado a Aquél a quien buscaba.
Popularmente podía
verse con su barca y su cayado en todas las puertas de las ciudades. Era
creencia y sigue siéndola, que con mirar su imagen bastaba para que el viajero
se viese libre de todo peligro durante aquel viaje durante el día. Hoy que se
suele viajar en coche, los automovilistas, que creen en lo milagroso que es san
Cristóbal, ponen una medalla del santo en el salpicadero junto al volante, para
que sea el santo quien los proteja en los viajes que puedan realizar con el
vehículo.
Publicado en Cuenca, 10 de
julio de 2020 y el 10 de julio de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J.
Madrid. 1961.
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