Cuando creemos estar
solos, no lo estamos; nuestro ángel nos escolta.
En teología se enseña que cada
hombre tiene un ángel de su guarda. El hombre en esta vida ha de aprender el
camino del Cielo, la senda es estrecha y peligrosa. Si para remontar los Alpes
o escalar una montaña es preciso hacerse guiar por una persona experta en el
trayecto, del mismo modo Dios, que nos ha impuesto la marcha a través de la
vida, nos ha procurado un instructor que suavice la jornada.
Desde mucho antes del
cristianismo se había imaginado que dioses de segundo orden guardaban a los
recién nacidos. En la antigüedad se pensaba que Júpiter, rey de los dioses,
daba a cada hombre, desde el instante de su nacimiento, un genio para iniciarle
en los misterios de la vida. Tertuliano (1) escribió: “nosotros creemos que los
ángeles son los custodios de los hombres y Orígenes (1) añade, siempre está a
nuestro lado un ángel que nos gobierna y corrige, él es el que presenta al
Señor nuestras oraciones y buenas obras”.
La institución de la fiesta es
tan antigua como la Iglesia misma. Se celebraba desde hace siglos, con gran
devoción en Toledo y después se extendió
a los reinos de Francia, Alemania y Países Bajos.
Decía San Jerónimo (2), que
ninguna cosa contribuye tanto a formar el concepto elevado de la dignidad de
nuestra alma, como el haber destinado Dios a cada uno un Ángel Custodio desde
el día de nuestro nacimiento. Como ninguna cosa costó a Dios como el hombre no
es de admirar que destinase un Ángel para nuestra custodia, a fin de que nos
guarde y nos acompañe en todos nuestros caminos y decisiones. San Bernardo dice
que habiendo sendas escabrosas y peligrosas el Ángel Custodio nos preserva de
varios funestos accidentes y peligros, conjura los maleficios, conserva a los
niños de mil peligros y los sostiene en sus caídas.
San Francisco de Sales se
encomendaba a los ángeles custodios de las ciudades y pueblos que recorría.
Cuando este apóstol infatigable hablaba con los herejes, saludaba a su ángel de
la guarda. Cuando predicaba, hacía una larga pausa, después del Avemaría,
pasando la vista por todo el auditorio, y habiéndole preguntado una vez la
causa uno de sus canónigos, respondió: “Saludo al ángel de cada uno de mis
oyentes y le ruego que prepara su corazón: Por esta práctica he recibido
favores señalados”.
Con el fin de fomentar la
devoción y culto a los ángeles custodios los papas han señalado indulgencias
extraordinarias a la oración siguiente: “Ángel del Señor, que sois mi custodio
por un especial favor de la divina Caridad para conmigo, dignaos iluminarme,
ampararme, guiarme y gobernarme. Así sea”. Se ganan así las indulgencias
siguientes: 1ª Cien días de indulgencia cada vez que se reza esta oración con
el corazón arrepentido. 2ª Indulgencia plenaria, con las condiciones ordinarias
(confesión, comunión y visita a una iglesia, rogando a las intenciones del
soberano Pontífice) por los que la rezan
cada día del año, mañana y tarde. 3ª Indulgencia plenaria en el artículo
de la muerte a los que la hayan rezado frecuentemente durante su vida. (Pío VI,
2 de octubre de 1795 y 20 de septiembre de 1796) Pío VII, el 15 de mayo de 1821
confirmó todas estas gracias y agregó una indulgencia plenaria, según las
condiciones ordinarias, una vez al mes, a los que recen esta misma oración una
vez al día durante todo un mes.
Cuenca, 2 de octubre de 2018.
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
(1)
Tertuliano
fue un padre de la Iglesia y un prolífero escritor en el siglo II y III. Debido
a su trayectoria por haberse unido al movimiento montanista es, junto con
Orígenes, el único padre de la Iglesia que no fue canonizado. Nació, vivió y
murió en Cartago, en el actual Túnez, y ejerció una gran influencia en el Cristianismos
Occidental de la época.
(2)
San
Jerónimo de Estridón,(374-420) Padre y Doctor de la Iglesia, especialmente recordado
como autor de la “Vulgata”. Una célebre traducción al latín de la Sagrada
Escritura a tener una amplia difusión más allá de la Edad Media.
FUENTES DOCUMENTALES:
-Festividades del año litúrgico. Ediciones Luis Vives, S.A.
Zaragoza. 1945
- Año Cristiano y fastos del cristianismo. Según el P.
Croiset. Madrid. 1846
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