La Misa del Jueves
Santo
Hoy día lluvioso en Cuenca bien
podemos emplear la tarde en asistir a la Misa de la última Cena del Señor.
Con extraordinaria solemnidad se
renueve cada año el misterio de la última Cena en la Misa del día de Jueves
Santo. No obstante es un día especial donde la Iglesia aparta por unos
instantes su pensamiento de los padecimientos de Cristo. Los cantos en el
desarrollo de la Misa son jubilosos, el altar está adornado como en las grandes
solemnidades, el alegre y ruidoso voltear de las campanas acompaña al himno
angélico en el momento de la Consagración.
Es la fiesta de la Eucaristía, la
fiesta del altar, la fiesta de los sacerdotes celebrando el aniversario de la
institución del sacerdocio. También los fieles se llenan de santo gozo y muchos
de ellos se acercan devotamente a la sagrada Mesa, dejando por unos momentos
los desfiles procesionales del día.
Donde hay varios sacerdotes, se
conmemora el primer Jueves Santo de la manera más conmovedora.
Es importante recordar que al
llegar el momento comunión en la misa, se adelanta al comulgatorio el
celebrante llevando sólo la estola, insignia del sacerdocio, y los demás
fieles, reciben la sagrada Hostia de mano del único celebrante, como los
Apóstoles, en la Cena, fueron servidos de mano de Jesucristo. La Iglesia quiere
afirmar en este aniversario, que la Eucaristía se instituyó para todos, y que
si bien los apóstoles recibieron poder especial de consagrar, no habían de
participar sólo ellos del divino banquete.
En los primeros tiempo del
cristianismo se celebraban hasta tres misas solemnes. La primera iba precedida
de la absolución de los penitentes públicos. En estos tiempos la Iglesia
establecía penitencia pública contra los apóstatas, los herejes y otros grandes
pecadores cuyas transgresiones escandalizaban al pueblo fiel.
Como la Semana Santa es período
de indulgencia y perdón, determinó la Iglesia coincidir con el Jueves Santo el
fin de los ejercicios de penitencia para los pecadores que a juicio suyo habían
suficientemente expiado sus culpas y merecían la reconciliación. Este perdón
los disponía a recibir la Eucaristía con ocasión de las fiestas de la Pascua.
Que el día de hoy sirva para
reconocernos pecadores y pensemos en a debilidad de la carne para que arrepentidos
volvamos al sendero de la Verdad y de la rectitud Cristiana.
Feliz día del perdón y de la
Santa Cena del Señor.
Cuenca, 18 de marzo de 2019.
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario