viernes, 15 de noviembre de 2019

Santoral del día. Gertrudis la Grande (1256-1302)

    Debió de nacer en Eisleben, que es un pueblecito en Sajonia-Anhalt de Alemania. Es la cuna de Martín Lutero. Gertrudis a los cinco años ingresó para su educación en el monasterio cisterciense de Helfa, muy cerca del lugar de su nacimiento, y al parecer nunca salió de allí.

Profesó en esta orden, pero no tuvo ningún cargo en ella (aunque a menudo se la confundía con Gertrudis de HacKeborn, que fue abadesa de Helfa por estos mismos años) y su vida transcurrió sin ningún accidente externo digno de noticia.

Hasta los veinticinco años estuvo ávida por adquirir una gran cultura, pero después de tener una visión de Jesucristo, se dedicó exclusivamente a la Biblia, a los Padres de la Iglesia y a la liturgia. Renunció a los saberes humanos por sabiduría superior, haciéndose una vida  contemplativa.

Sus Revelaciones, el Heraldo del amor divino y otros escritos tuvieron una enorme influencia en la espiritualidad medieval, sobre todo en la mística alemana, y se le atribuyen también los primeros atisbos de lo que luego será una devoción tan difundida entre los católicos como la del Sagrado Corazón de Jesús.
Estampa de Santa Gertrudis la Grande

In corde Gertrudis invienietis me”, en el corazón de Gertrudis me encontraréis, Cristo como habitante del corazón humano que le es fiel. El atributo por el cual se la representa es un corazón en llamas habitado por el Niño Jesús. De ahí los versos finales del soneto que compuso en su honor Lope de Vega:

Custodia sois mientras gozáis el suelo,

Y pues que todo Dios en él se esconde,

Mayor tenéis el corazón que le cielo,



Cuenca, 16 de noviembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario