Baños de Valdeganga, Alcantud
y otros
Además de los balnearios tratados
como los de la Isabela y el Solán de Cabras, que alcanzaron una
popularidad real son muchos otros baños y fuentes curativas las que existieron en la provincia de Cuenca como “La
fuente de la Aurora”, a media legua de Córcoles y poco más allá de los
baños de la Isabela, que nacía
también a orillas del Guadilea, y se decía que sus aguas eran semejantes y de
temperatura más elevada. Escribieron sobre ellas el Dr. D. Pedro Gómez de
Bedoya y D. Juan Gayan de Santoyo. D. Leoncio González, escribano que fue de
Priego, construyó una casa para comodidad de los bañistas en 1850.
Junto al molino de Buendía
existieron otro baño termal casi iguales a los de La Isabela y Córcoles, no siendo
tan populares, pero de ellos escribió D. Martin Martínez; D. Francisco Suárez
de Rivera; el traductor de la Medicina práctica del Dr. Heister; D. Miguel
Ballesteros el referido Gayán y Santoya de lo saludable de sus aguas.
De los baños de Alcantud, en la ribera del Guadiela, se
cree que eran aguas aplicables a las escrófulas (hinchazones) y reumas, dan
buenos resultados; pero sus instalaciones de alojamiento eran escasas, sólo
poseían unas casitas como albergue.
Mucho ha cambiado estos baños en
la actualidad. Los Baños de Alcantud se extienden sobre una finca de 50
hectáreas de monte alto, en un entorno natural absolutamente privilegiado, destacando
entre sus principales características naturales la existencia de un manantial
declarado de utilidad pública desde el año 1.845. Dispone de una magnífica zona
ajardinada que rodea todo el establecimiento y en medio, se encuentra la piscina de
agua minero-medicinal, perfecto complemento de los tratamientos.
En Vado Cañas, término de
Requena, a orillas del Cabriel, había baños que eran muy concurridos por la
gente del lugar. Escribió de ellos el Dr. D. José Jiménez, médico de
Villamalea, un tratado que se imprimió en Orihuela en 1758.
Al frente de Albaladejito estaba
la famosa fuente Licona (Helicona) de
aguas templadas y medicinales, en tiempos pasados se usaron sus baños. Entre
Moya y Landete, a orillas del río Moya, estaba la famosa Fuente Podrida, que sin duda pasaba por mineral de azufre, según se
deduce de su sabor, olor y del color que deja en su corriente. Obra maravilla
con los problemas de dolores de estómago. En Mira, cerca del Cabriel, la Fuente Caliente se usaba en bebida y
baños con buenos efectos.
Los Baños de Valdeganga, a la
margen izquierda del Júcar y a unas ocho varas de distancia, había tres
manantiales de una antigua terma romana. El 25 de agosto de 1859 el Consejo de
Sanidad aprobó estos baños que pertenecían a la sección de aguas minerales
salino-ferruginoso-carbónicas, y según el análisis practicado por D. Mariano
López, médico de la Parrilla, contenían gas carbónico libre, sulfato, cloruro y
carbonatos de cal y de magnesio, sosa y potasa y el óxido de hierro. Las pozas
estaban al descubierto y los bañistas se albergaban en un molino harinero,
distante unos trescientos pasos, movido con el riachuelo de Valdeganga y
raudales que surgen de la posesión de Juan Patiño, vecino de esta ciudad. En el
año 1920 fue construido un edificio de tres plantas aunque se registró
actividad desde el año 1876 e incuso antes.
Se ha intentado su rehabilitación
como balneario, en varias ocasiones, pero no han llegado a colmo. En el año 1967,
un año antes de su cierre, del director de cine Carlos Saura, ambientó su
película “Peppermini Frappé” en sus instalaciones.
En Cañete, en el sitio Olmillo de la Peña, Pimpollar y Marín,
hay en cada uno una fuente: la primera a orillas del río y a una distancia
de una legua del pueblo; la segunda a una cuarta de legua, río arriba a orillas
del río Grande en un ribazo y la tercera a un tiro de fusil de la Huérguina,
dentro de una huerta. Bedoya las asemeja a la Fuente Podrida de Landete, pero no tienen igual olor y sabor. Quizás
ignoran los del país estas buenas aguas por estar acostumbrados a las del
Sargal de la Huérguina y de la Fuente de
Grumiel, que está al pie de la sierra en el sitio del Tovar.
En Enguídanos hay una fuente
igual que la de Mira, en el sitio llamado Las
Cayatas.
En Valdecabras estaba la Fuente de Herro de Concejo, cuya agua se
tiene por la más delicada de toda la sierra. La reina de Francia, Doña Ana de
Austria, no bebía de otra y según Porreño, se la conducían a París en
ciertas épocas en gran cantidad.
En Cañizares hay una fuente
periódica o intermitente llamada la Burlaca o Burladora, porque en verano es cuando se minora el manantial, en tiempos dados se agota de repente. En
Fuentescusa, en la cumbre de la sierra hay una fuente y otra nace en el cerro Alcon, que es el
recurso del pueblo.
En Priego, en el desierto y sobre
el convento nace la Fuente Loca, así llamada porque cayendo de pasmosa
elevación sus aguas, según el impulso del viento, cae sus aguas a derecha e
izquierda a gran distancia en un minuto.
Finalmente en el término de
Poveda de la Sierra, camino de Peralejos, se ve a temporadas la fuente de Boca negra, así llamada por el agujero
de donde sale.
Publicado en Cuenca, 13 de marzo de 2019.
Por: José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
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