sábado, 3 de febrero de 2024

San Andrés de Corsini, Obispo y Confesor (1301-1373). Festividad del 4 de febrero.

    San Andrés, de la noble y antigua casa de Corsini en la ciudad de Florencia. Sus padres se llamaban, Nicolás y su madre Peregrina, eran ilustres por su piedad, que por la distinguida clase que los hacía respetar en la república; y así recibieron al niño Andrés como fruto de las fervientes oraciones que habían ofrecido al cielo durante años para que les concediera algún hijo por intercesión de la Virgen María. Le pusieron este nombre porque nació el día de San Andrés, el 30 de noviembre del año 1302.
San Andrés de Corsini
   El día antes que de su nacimiento su madre tuvo un sueño, le pareció que había parido un pequeño lobo, el cual entrando en la iglesia de los Padres Carmelitas, se convirtió de repente en un manso corderillo.

Esta visión le hizo tener una especial crianza de su hijo, sin descuidarse en inspirarle desde su más tierna infancia el santo temor a Dios, y el horror al pecado. Pero aún así el muchacho se descarrió. Después de una discusión familiar se decidió a entrar en el convento, y aquel trueno pasó a ser el fraile más humilde y manso de la ciudad, que iba a pedir limosna por las calles en medio de las burlas de sus antiguos compañeros.

Con el tiempo fue prior, y por fin su reputación de santidad llegó a ser tan grande que le eligieron obispo de Fiésole, ante lo cual, creyéndose indigno, huyó horrorizado de Florencia y fue a refugiarse en una cartuja de la que  tuvieron que sacarle casi a la fuerza.

Andrés Corsini fue un buen obispo, curiosamente con muy buena mano, él que había sido el rey de los pendencieros, supo solucionar de modo pacífico, con caridad y persuasión, las diferencias más graves y llevar la concordia donde había enemigos. Hasta el punto de que fue legado papal en Bolonia como hombre de paz.

Aunque, después de su muerte, su antigua fama de violento debía ser tal que aseguraban haberlo visto durante la batalla de Anghiari (la que pintaron Leonardo y Miguel Ángel) cabalgando por el cielo como Santiago en la batalla de Clavijo, para dar la vitoria a sus compatriotas.

A los 70 años de edad, se cuenta que, celebrando la Misa de Navidad se le apareció la Santísima Virgen y le comunicó que su muerte estaba próxima. El día de la Epifanía, desde por la mañana temprano, mandó que le trajeran el Salterio, rezó los Salmos penitenciales, el Credo de los Apóstoles, el de Nicea y el que se llama de San Atanasio. Aquel mismo día, a los setenta y dos  años de edad, entregaba su alma a Dios.

Su nombre fue introducido en el Misal Romano por Alejandro VII con rito semidoble. Más adelante, Clemente XII, que pertenecía a la familia Corsini, lo elevó a rito doble y le erigió una magnífica y espléndida capilla en la basílica lateranense.

Publicado en Cuenca, 4 de febrero de 2021 y actualizado el 4 de febrero de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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