viernes, 23 de febrero de 2024

San Matías Apóstol. Festividad del 24 de febrero.

     San Matías fue el elegido en lugar del traidor de Judas, era de la tribu de Judá, nació en Belén de familia ilustre, no menos distinguida por su caridad y por su riqueza, que por el celo que profesaba a la religión de Moisés.

El significado del nombre de este gran Apóstol significa “don de Yavé”, puede ser llamado el hombre de la suerte, la mayor que le podía tocar en este mundo, llegar a ser Apóstol y embajador suyo. Pertenecía al número de los 72 discípulos de Cristo enviados por delante de EL a predicar la buena nueva del Evangelio, con poderes extraordinarios para sanar enfermos.

San Matías no respiraba más que la gloria de Jesucristo y la salvación de su nación, corriendo por toda ella predicando con valor y con asombroso celo, confundiendo a los judíos, y demostrándolos con testimonio irrefragable de la sagrada  Escritura, que Jesucristo, a quien ellos habían crucificado y había resucitado al tercer día, era el Mesías prometido, Hijo de Dios, y en todo igual a su Padre.

Hartos los dirigentes del pueblo judaico de verse tantas veces confundido e irritados por otra parte, de la multitud de conversiones que hacía, y de los milagros que obraba, resolvieron acabar con Matías.
Martirio de San Matías.

Refiere el “libro de los condenados”, esto es, el libro donde se tomaba la razón de todos los que habían sido ajusticiados en Judea desde la resurrección del Señor, por haber violado la ley de Moisés, como S. Esteban, los dos Santiagos y S. Matías; refiere dicho libro, que habiendo confesado a Jesucristo en concilio pleno, demostrando su divinidad, y convenciendo que había sido Redentor del género humano con lugares claros de la Escritura, y con hechos innegables, a que no tuvieron que responder, fue declarado enemigo de la ley y como tal sentenciado a ser apedreado. Llegado el Santo al lugar del suplicio, se hincó de rodillas, y levantando los ojos y las manos al cielo, dió gracias al Señor por la merced que le hacía en morir por defender su santa religión: hizo oración por todos los presentes y por su nación, la que concluida, fue cubierto de una espesa lluvia de piedras. Añade el mismo libro, que no pudiendo sufrir este género de suplicio los romanos que gobernaban la provincia, contuvieron el furor de los que le apedreaban, y hallando al Santo medio muerto, por despenarle, acabándole de matar, le cortaron la cabeza. Sucedió el martirio de S. Matías el día 24 de febrero, aunque no se sabe precisamente en qué año.

Su cuerpo, según la tradición, fue traído a Roma por santa Elena, madre de Constantino, y hasta hoy se venera en la iglesia de santa María la mayor la mas considerable parte de sus reliquias. Otra parte de estas reliquias se ladi ó la misma Emperatriz a S. Agricio, arzobispo de Tréveris, quien las colocó en la iglesia que hasta hoy tiene la  advocación de S. Matías.

Publicado en Cuenca. 24 de febrero de 2020 y el 24 de febrero de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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