viernes, 9 de febrero de 2024

Santa Escolástica (480-543). 10 de febrero. Fundadora de las Madres Benedictinas.

   Santa Escolástica nació en Nurcia (Italia), hija de nobles padres y hermana de San Benito. Según una antigua tradición, ambos eras gemelos, sin que tengamos muchas noticias acerca de su vida y de su santidad al florecer su culto a la sombra del gran fundador San Benito. Los crió a ambos su padre Eutropio en el santo temor de Dios, y ambos se decidieron por la vida monástica y religiosa: San Benito fundó su primer monasterio en el monte Casino, y junto a él levantó Escolástica su primera casa de religiosas, santificada por los consejos y visitas de San Benito.

Sabemos pocas cosas de su infancia. Tendría unos veinte años cuando Benito, después de empaparse bien de la vida y doctrina de los famosos eremitas de Oriente, San Atanasio, San Jerónimo, etc., trató de imitarles en Roma, para ello se retiró del mundanal ruido. No fue fácil la fundación y los primeros pasos, se vieron cuajados de abrojos y espinas que muchas veces procedían de sus mismos discípulos.
Santa Escolástica.

Escolástica le gustaba meditar sobe las palabras que su madre le había dejado escritas en el Testamento. En él ponía: “Debes saber hija mía, que los adornos postizos, los ricos vestidos y los collares de perlas, no valen nada delante de Dios. El mayor elogio que puede hacerse de una doncella es su modestia y piedad”. Nunca olvidó Escolástica tales consejos. Trató de llevarlos a la práctica desde su más tierna infancia. Renunció a cuantas lisonjas le ofrecía el mundo, su belleza y su alta alcurnia, y se entregó de lleno a su amado Jesucristo, a quien consagró toda su vida.

Inspirado por Dios, y ayudado por su hermana San Benito, fundó el primer convento de religiosas Benedictinas, pero un poco distante de los religiosos. A pesar de estar tan cercanos había puesto un muro voluntario de separación y tan sólo una vez al año se veían, y aun separados de ambos Monasterios, en una casita que había entre ambos. Cuenta San Gregorio esta admirable entrevista:

Por el año 543, Escolástica prevé que va a ser la última entrevista que va a tener con su hermano, con el que compartió su vida desde la niñez. Pasan todo el día hablando de cosas espirituales. Al atardecer, se levanta su hermano y le dice: “Adiós, hermana. Hasta el año que viene”. Escolástica, volvió a pedir a su hermano que pasaran juntos aquella noche, pero no aceptando San Benito ella hizo una breve oración a Dios pidiéndole esta gracia y al instante sobrevino una gran tempestad de truenos, relámpagos y agua que impidió al abad dejar la compañía de su hermana. Tres días después Santa Escolástica entregó su alma a Dios, estando presente su hermano que puesto en oración la vió subir al Cielo en forma y figura de blanca paloma. Su dichoso tránsito fue el día 10 de febrero de año 543.

Publicado en Cuenca 10 de febrero de 2020. Actualizado 10 de febrero de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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