viernes, 12 de mayo de 2017

El plástico a escena. La educación la base de la sociedad



Plásticos ¿Amigos o enemigos?

Con este título arrancaba uno de los murales que mis alumnos de 3º ESO del IES “Fernando Zóbel” de Cuenca, bajo su punto de vista, daban sentido al uso indiscriminado de bolsas de plástico. Con ello y sumergidos en el Proyecto de Innovación Educativa del Centro queremos que nuestros alumnos sean responsables en su uso.

Esta cuestión no está exenta de discusión social. He dividido la clase en seis grupos para tratar el tema y seis son las respuestas que han buscado. Los títulos son interesantes: “Plásticos ¿Amigos o enemigos?”; “Plásticos, por el plástico los valoro”; “El Plástico, la base de la nueva vida”; “No hay mal plástico que por bien no venga”; “El plástico tiene tantas cosas buenas como malas” y por último, “Plásticos, reciclaRT…” De alguna manera todos han encontrado lo bueno y lo malo de este material que se ha vuelto imprescindible en nuestras vidas.

La producción de plásticos en la industria ha aumentado en los últimos años hasta alcanzar 288 millones de toneladas en el 2012, (esta cifra la hemos obtenido dela Asociación Industrial Plastics Europe). Hubo un tiempo que las iniciativas por reducir su consumo se vió favorecida y se promovió su reciclado. A ello se unieron supermercados que dejaron de dar gratuitamente las bolsas de plástico, inclinándose por las bolsas reutilizables y biodegradables.

El plástico está presente en muchos de los productos que utilizamos diariamente que a veces no llegamos a percibirlo, pero que están ahí presentes. Este material está formado por moléculas de cadenas de átomos de carbono e hidrógeno (polímeros), teniendo en cuenta que el 99% de la totalidad de ellos se produce a partir de combustibles fósiles.

El plástico es tal la cantidad de aplicaciones  que posee que inunda el espacio comercial. La actividad industrial supera a muchos otros tipos de empresas,  el plástico llega a casi todas las actividades ya sea por su fácil uso en embalajes o como componente o integrante en el producto elaborado, en la actualidad es difícil prescindir de ellos.

La sustitución por el papel no creamos que sea mejor. Según estudios, la manufacturación del papel, emite un ochenta por ciento más de gases invernadero con el hándicap que producir papel requiere árboles. La pérdida de masa arbórea nos privaría de la absorción del dióxido de carbono.
Para producir bolsas de papel el proceso de fabricación resulta más contaminante en aguas que el producir bolsas de plástico y precisa de más gasto en combustible que la fabricación de bolsas de plástico.

Como podemos apreciar tanto unas como otras crean unos problemas grandes a la hora de su control. Bolsas de plástico desechadas se ven por todas partes, volando en días de viento por las calles, atrapadas en arbustos, no hay lugar ni espacio libre de ellas. El plástico en engañoso para las aves que lo confunden con comida, al igual que los peces, tal vez para prevenir esto fuera mejor las bolsas de papel. El plástico con la luz del sol se descomponen pero en realidad no se biodegradan.
Se han preguntado ¿cuál de las dos opciones sería la mejor? Creo que ninguna de las dos opciones es aceptable, habrá que luchar por las bolsas de tela de toda la vida y de uso continuo.

El factor más importante es la educación, el comportamiento humano hacía el uso adecuado. La estrategia sería el difundir el mensaje educativo y explicar que estos problemas no serían tales y si el comportamiento social fuese el correcto. Hacer un uso racional de las bolsas y terminado su uso depositarlas en un contenedor de reciclaje.

Nuestro Centro consciente del problema queremos que nuestros alumnos se conscientes de los inconvenientes que acarrea el mal uso de los plásticos en su vida cotidiana, es por ello que cada grupo ha elaborado un mural donde han plasmado sus ideas sobre esto y espero que en su vida sean sensatos y hayan aprendido el manejo correcto de estos residuos para hacer de nuestro entorno social un lugar más agradable para vivir.

Cuenca, 12 de mayo de 2017


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

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