Mi particular homenaje a todas las madres
En cada hogar hay un tesoro que luce
y brilla, que no pasa desapercibido para los suyos. Desde el principio de
nuestra existencia el rol de la madre ha sido siempre el mismo. La sociedad
moderna ha intentado transformar el modelo tradicional de la familia, en parte
lo ha conseguido. Es en estos últimos años cuando ha comenzado a darse cuenta y
a tomar conciencia del gran papel de la mujer en el seno familiar. El
privilegio que le otorgó la naturaleza no puede ser sustituido. Ella es el primer
artífice de la historia del hombre, posee la condición de procreadora, educadora
y como tal es la columna vertebral de la propia familia y que implica un aporte
básico sobre el plano cultural, económico, social y civil de la comunidad que no
puede ser sustituido.
No ha habido época histórica que
no haya buscado momento en el año para bendecir y agradecer la gran labor que
realiza una madre. Una de las más arcaicas se remonta a la antigua Grecia, que
entre sus fiestas existía una dedicada a la Rea,
madre de los grandes dioses como fueron Zeus, Poseidón y Hades. En la época
romana era la dedicada a Hilaria que
se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles. Cuando llegó la época cristiana
esta celebración se transformó en honrar a la Virgen María y en el santoral
católico el 8 de diciembre se celebraba el Día de la Madre. ¿Por qué ese día?
La importancia de la maternidad en el pensamiento cristiano y como principio
fundamental de la iglesia católica hizo que fuera elegido el día dedicado a la
Inmaculada Concepción, como el más idóneo para homenajear a las madres. Haciéndose
suyo este pensamiento, el Reino de España en el año 1644 la proclamó fiesta nacional.
En la actualidad, sea cual sea la
religión, el Día de la Madre se ha convertido en una celebración universal. En España
se celebra el primer domingo de mayo desde 1965, también lo celebran este día
en Lituania, Hungría, Portugal y Sudáfrica.
Hoy es un homenaje a todas las
mujeres que han decidido ser madres y si preguntáramos a cualquiera de ellas por
su experiencia como madre dirían, sin error a equivocarme, que fue la
experiencia que más orgullo les ha hecho sentir en su vida y es que las noches
en vela, todos los sacrificios que han soportado fueron más satisfactorios que
cualquier meta alcanzada, trofeo ganado o fortuna acumulada. No hay duda de que
ser madre es el trabajo más difícil y al mismo tiempo el mejor de este mundo.
Mi más sincero agradecimiento y
felicitación a todas y cada una de las madres porque en ellas se vislumbra: “la luz, la gracia, la dulzura y el encanto”.
Felicidades.
Cuenca, 7 de mayo de 2017. Primer
domingo de mayo, Día de la Madre.
José María Rodríguez González.
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