En la reforma
del Breviario y Misal Romano, bajo el Pontificado de Pío X, se fijó para esta
fiesta del Dulcísimo Nombre de María, que había instituido el Papa Inocencio XI
en memoria de la gran victoria que el 13 de septiembre de 1683 alcanzaron las armas cristianas
contra los turcos cerca de los muros de Viene. San Bernardo de Siena decía a
propósito del nombre de la Virgen: “Ya que no podemos alabar a María como Ella
se merece, debemos ensalzar su nombre cuanto nos fuera posible”. Y esto es lo que han hecho los autores que lo
han estudiado hasta en sus últimas raíces. Vamos nosotros a resumirlos para
exponer la historia y significado de nombre.
En la época
del Nuevo Testamento los judíos imponían el nombre a los niños el octavo día de
su nacimiento. Es probable que a las niñas se les pusiera el día quince de su
nacimiento, porque hasta esa fecha la madre tenía que estar recluida y evitar
el contacto con la gente. El Proto-Evangelio, escrito en el siglo II, nos dice
que el n0ombre de María se lo impuso su madre Ana cuando pasaron los días de su
purificación. En el siglo V y VI el Pseudo Mateo confirma lo mismo y, poco
después, el Apócrifo de la Natividad de María dice que el nombre se lo
impusieron los padres “por orden de un ángel”. En el siglo XIV Raimundo Jordán
atribuye la imposición del nombre a toda la Santísima Trinidad, y en el siglo
XVI San Pedro Canisio habla igualmente de una revelación angelical. San Lorenzo
de Brindis lo atribuye a la inspiración divina, lo cual e conforme a la misión
especialísima de la Virgen.
Según San
Jerónimo, en lengua siria María significa Señora.
Por el mismo tiempo San Epifanio la llama: Señora
y Esperanza. El significado de Señora lo han recogido muchos autores
posteriormente. La intención de los padres pudo ser llamar a la Virgen: Reina,
Princesa.
Cuenca, 12 de
septiembre de 2019.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador hintórico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario