domingo, 17 de marzo de 2024

San Cirilo de Jerusalén, obispo y doctor y san Salvador da Horta (1520-1567). Festividad del 18 de marzo.

   Como ayer, hoy el santoral cristiano nos recuerda a dos figuras de Santos. San Salvador me gusta porque siendo lego en un convento los ángeles cocinaron por él la mejor cena que se había comido en el convento, a lo largo del artículo os lo cuento.

Comienzo por San Cirilo de Jerusalén, la fiesta de este gran pontífice y Doctor de la Iglesia fue instituida por León XIII en el año 1882 y está en relación con la magna empresa de atraer las  iglesias de Oriente a la unidad Católica.
San Cirilo de Jerusalén.

Pasaré de contaros su vida y centrarme en la obra providencial de san Cirilo, que se le ha dado nombre en la historia de la literatura cristiana antigua, son sus veinticuatro catequesis, verdaderos discursos que pronunció al principio de su pontificado, por los años 348 a 350, en la basílica del Santo Sepulcro.

Las catequesis más importantes son las cinco últimas donde se explican los sacramentos. Se llaman catequesis mistagógicas porque son una iniciación a los misterios cristianos.

Tiene especial interés la doctrina de san Cirilo sobre la Sagrada Eucaristía y la manera como se describe la comunión en su tiempo. “En la figura del pan se te da el Cuerpo y en la del vino la Sangre para que tú, recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo, te hagas un cuerpo y una sangre con él; a fin de que seamos cristíferos, al comunicársenos a nuestros miembros su Cuerpo y su Sangre”. “El pan y el vino no es pan, aunque como tal nos sabe, sino Cuerpo de Cristo; ni el vino es vino, por más que así lo juzgue el gusto, sino, la Sangre de Cristo”.

Como curiosidad diré que por San Cirilo sabemos cómo comulgaban los fieles en Jerusalén en el siglo IV. “Haced de vuestra mano izquierda como un trono en que se apoye la mano derecha, que ha de recibir al Rey. Santificad vuestros ojos con el contacto del Cuerpo divino y comulgad. No perdáis la menor partícula.

Su muerte acaeció, el 18 de marzo del año 386.

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La historia de San Salvador de Horta (1520-1567) es como una estampa de las Florecillas franciscanas, sencilla, tierna y prodigiosa, empieza en un pueblo catalán donde nace de padres de muy modesta condición, probablemente sardos, y al quedar huérfano se trasladó a los alrededores de Barcelona; allí fue payés hasta que ingresó como lego en el convento franciscano de Jesús, extramuros de la ciudad.

Hortelano, cocinero, portero, limosnero, sacristán, hiciera lo que hiciese fray Salvador era siempre un vivo ejemplo de piedad y humildad, de alegría y santa despreocupación que a veces perturbaba a sus superiores, como en el famoso milagro de los ángeles que guisaron por él  la mejor de las cenas mientras estaba abstraído rezando.
San Salvador da Horta. 

No tardó en ir de convento en convento, entre ellos el de Horta de san Juan, en Tarragona, de donde tomó el nombre, porque era engorroso en todas las comunidades haciendo enormes y estupendos milagros como: curaciones múltiples con sólo la señal de la cruz, profecías, prodigios de toda índole, y donde él estaba no había orden ni paz por la afluencia de multitudes.

Se le prohibió que hiciese milagros, pero en vano, no por desobediencia, sino porque aquel chorro portentoso era involuntario e incontenible, se amotinaron los fieles cuando no se le dejaba aparecer en público fue procesado por la Inquisición, que declaró purísimos sus actos y su doctrina, y el propio Felipe II quiso conocerle y le llamó a Madrid. “¿qué ganaréis con ver a un pobre cocinero del padre san Francisco?”, le dijo al gran rey en catalán, la única lengua que hablaba.

En uno de sus traslados murió en la tierra de sus padres, en Cágliari, y el recuerdo de aquel frailecito de los milagros alegres e irrestañables, ha llegado hasta nosotros como un conmovedor testimonio de la unión con Dios que juega con las leyes de la naturaleza.

Por último contaré un milagro suyo a distancia que me impresionó en la lectura de su vida:

En los días que siguieron a la salida de san Salvador un pobre paralítico se hacía llevar con gran dificultad desde Castilla, cuando llegó a Fuentes, villa de Aragón le llegaron las noticias de que el fraile de los milagros había salido de Horta. Desconsolado, mandó que lo llevasen a la iglesia del pueblo e hizo la siguiente oración: “¡=h santo hombre, fray Salvador!, donde quiera que os halléis en este momento, tened piedad de mí y rogad a la Santísima Virgen que me cure. Tras la oración le entró un gran sueño y tras despertar comprobó que había sido curado. Los milagros continuaron en su sepulcro y cuando abrieron su sepultura por motivo del proceso de beatificación hallaron su cuerpo incorrupto. Fue beatificado por el Papa Clemente XI el 29 de enero de 1711 y Benedicto XIII, el 15 de julio del año 1724, concedió que se celebrase su oficio con rito de doble el día 18 de marzo.

Valió la pena saber de él en el día que celebramos la festividad de san Salvador da Horta.

Publicado en Cuenca, 18 de marzo de 2020. Actualizado 18 de marzo de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes:

1* -Graal, etimológicamente grial se pronuncia graal en francés antiguo, galaico-portugués y en inglés medio “grazal” en los textos provencales y “greasal” en catalán. Parece ser una adaptación latina gradalis que implica la idea de un plato, escudilla o bandeja con viandas que es llevado a la mesa en diferentes momentos (gradus) de una comida.

-Año Cristiano y fasto del cristianismo según el P. Croisset. Madrid. 1846.

-Año Cristiano o ejercicios devotos. P. Juan Croisset traducido por el P.José Francisco de Isla. Logroño. 1851.

-Año Cristiano. Juan Leal. S.J. Madrid 1961.

-La Casa de los Santos. Ediciones Rialp. Madrid. Carlos Pujol. 1989

-San Salvador de Horta, en El Santo de cada día, tomo II. Zaragoza, Editorial Luis Vives, 1964.






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