sábado, 8 de julio de 2023

Santa Verónica de Giuliani (1660-1727). Festividad del día 9 de julio.

    La santa a la que festejamos hoy nació en la región de Urbino (Italia), y fue bautizada con el nombre de Úrsula.

La pequeña Úrsula, la menor de siete hermanas, huérfana de madre desde los cuatro años, llamaba a atención por su vehemencia caprichosa, su terquedad y sus travesuras. Nada parecía anunciar en ella a una futura mística, y su padre, instalado en Plasencia como intendente general de Hacienda, hacía planes para casarla adecuadamente, contando con sus atractivos.

A los 17 años se hizo capuchina en un convento de Città di Castello, en la Umbría, y adopto el nombre de Verónica, el espejo de Cristo. Fue maestra de novicios y de nuevo volvió a llamar la atención, ahora por fenómenos inexplicables que alarmaron a las autoridades eclesiásticas.

Al parecer tenía visiones y éxtasis, pero además llevaba impresos en las manos y en los pies los estigmas de la Pasión, como siendo extrañamente fiel a la imagen a que aludía su nombre. Esto ocurrió el Viernes Santo de 1697 cuando estaba en oración. Su cuerpo empezó a marcar se con os estigmas y heridas de Jesús crucificado.

El obispo de la diócesis de acuerdo con la abadesa y con la ayuda de un doctor jesuita y de tres médicos, estudió el caso con la desconfianza que es de rigor.

Las heridas se renovaban después de curarlas, y al no poder aclarar los hechos se le impuso  a la monja una especie de severísimo castigo a manera de prueba. El castigo consistió en la reclusión en su celda, sin oír misa ni comulgar y tratada como una impostora; pero los fenómenos persistieron y, sobre todo, mantenía su actitud serena, confiada y alegre, de absoluta obediencia y humildad.

Años más tarde fue abadesa hasta su muerte, y se la vio gobernar el convento con un espíritu práctico, una solicitud por los detalles de la vida cotidiana, una sensatez y un  buen humor que desconcertaban a los que creían que la unión íntima de con Dios incapacita para vivir en este mundo.  

El diario que esta Santa legó a su muerte abarca más de veinte mil páginas. Se habla de que los forenses cuando le practicaron la autopsia encontraron que su corazón estaba marcado con una la Cruz. Fue canonizada en el Papa Gregorio XVI en el año 1839.

Publicado en Cuenca, 9 de julio de 2020

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

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