El despliegue de
fuerzas de Diego Hurtado de Mendoza y la defensa del Obispo.
En la primera parte nos quedamos
cuando Diego Hurtado deja el castillo. Dice el P. Escudero en la vida de San
Julián que cuando dejaron los Hurtados de Mendoza el castillo, éste fue
demolido.
Para mayor claridad de todo lo
sucedido transcribiré parte del capítulo 3º del año 1449 el cronista de Juan II
dice lo siguiente:
“En este año llegaron al castillo de la ciudad de Cuenca, que tenía
Diego Hurtado de Mendoza, Juan Hurtado de Mendoza é Lope de Mendoza, hijos de
dicho Diego Hurtado, é Gómez Manrique, que era casado con su hija, con cierta
gente de á pie é de á caballo, é poco después de ellos llegó ende D. Alonso, hijo del Rey de Navarra,
el cual traía mucha gente y peones, entre los cuales venían por capitanes Mosén
Rebolledo, é D. Pedro de Urrea, é Martín Danza, é Mosén Juan de Bardaxi, é
Mosén García y el Justicia de Aragón, y D. Fernando de Roxas, é D. Diego de
Sandoval, hijos del Conde de Castro. Estos capitanes se aposentaron con los que
primero habían llegado, é habían llegado, é repartiéronse en esta manera: D.
Alonso, é Gómez Manrique é los hijos de
Diego Hurtado, é Mosén Rebolledo con la más gente de armas de ballesteros y
lanceros, se aposentaron cerca del castillo; é los otros capitales con toda la
otra parte de la ciudad, en la iglesia de Santiago, é tomaron la torre de San
Antón, que es un la puerta de dicha ciudad; que sería toda esta gente hasta
seis mil hombres de pelca, entre los cuales venían muchos moros del reino de
Valencia. E luego, los que estaban aposentados en la parte baja de la ciudad,
vinieron á combatir la puerta de Valencia, que tenía un regidor de aquella
ciudad que se llamaba Fernán Alonso Cherino, el cual era ido por la ciudad á
hacer saber al Maestre que estaba en Uclés, como eran certificado que D.
Alonso, hijo del Rey de Navarra, venia con gran gente á tomar aquella ciudad, é
á le suplicar que si esto así fuese quisiese venir á les socorrer, y en tanto
que Fernán Alonso allá estaba quedó el cargo de la guarda de la puerta á un
hijo suyo llamado Alonso Cherino, el cual hizo un palenque, cuanto diez ó doce
pasos de la puerta, é allí esperó el combate con trece hombres que tenía, é
como quiera que él é los suyos fueron feridos, siempre defendió el palenque. E
con toda la resistencia que él é los suyos hacían, un hombre de armas de los
aragoneses saltó dentro del palenque, el cual fue allí muerto por la mano de
dicho Alonso Cherino, é dende adelante ninguno asó pasar el palenque. E como el
Obispo fue dicho que se combatía en la puerta de Valencia, vino á muy gran
prisa con gente á la socorrer, é como halló las puertas abiertas de la ciudad,
y Alonso Chirino á los que con él estaban peleando en el palenque, ovo muy
grande enojo de Alonso Cherino, é hízole dejar el palenque é retraer á la
ciudad, é cerrar las puertas porque la defensa muy más segura que desde el
palenque donde Alonso peleaba; é como todo el enojo que le Obispo ovo de Alonso
Cherino, por sé haber habido así valientemente como se ovo, le renunció diez mil
maravedís de merced, é gelos hizo asentar en los libros del Rey. Y en tanto que
esto se hacía D. Alonso é los otros capitanes que con él venían, que á la parte
del castillo se habían aposentado, combatieron así valientemente el atajo que
estaba hecho entre el castillo y la ciudad, que llearon a la iglesia de San
Pedro, que es junto con dicho atajo, en la cual pusieron fuego por cinco
partes, é pusieron cerca de la iglesia el estandarte de D. Alonso, é pusieron
fuego al palenque, é con una lombarda que habían traído de Cañete, tiraban á la
iglesia, é la gente que en la iglesia de San Pedro estaba defendíanla
valientemente y eran los principales que en ella se hallaron Lope de Salazar é
Juan de Salazar, su hermano, é duró este combate cuatro horas ó más.
Diego Hurtado de Mendoza |
E como el Obispo supo se combatía la iglesia de San Pedro, fue allá á
muy gran priesa, con toda la gente que pudo, é de tal manera pelearon, que por
al gracia de Dios la ciudad se defendió é D. Alonso é los otros capitanes que
con él venían, así por la gran resistencia que en la ciudad hallaron como por
la mueva que supieron de la venida del Maestre de Santiago, volviéronse en
Aragón mas de prisa que á la venida, é perdieron asaz gente de la que traían é
muchos caballos é acémilas é muchas otras cosas; é como quiera que de la ciudad
fueron muchos los heridos, no murieron que dos”.
Luego que el Obispo Lope
Barrientos, echó de la ciudad a Diego Hurtado, alcaide de su fortaleza, con
orden y favor del Rey de Castilla y por consejo del Condestable D. Álvaro de
Luna, el 24 de enero de 1448 el alcaide de Albarracín, con gente de a pie y de a caballo entró en el
Obispado de Cuenca y tomaron el castillo de Los Hurtados, de quien era alcaide
Pedro Ruiz de Priego, que quedó prisionero, y a quien después dio libertad,
recobrando el castillo y haciendo prisionero al alcaide de Albarracín con gente
de Cuenca y de Moya, Juan Hurtad de Mendoza, hijo de Diego Hurtado.
Fray Lope Barrientos |
Los motivos de estos disturbios
los revela Zurita en los anales en la página 54, donde dice: “Siendo Diego Hurtado de Mendoza y su hijo
Juan enemigos declarados del Obispo Lope Barrientos, ofreció aquel dar al Rey
de Aragón la ciudad de Cuenca, prometiendo a su vez a Diego Hurtado, los reyes
de Aragón y de Navarra, darle tantos vasallos en Aragón como tenía en Castilla,
en el caso que fracasara la empresa y por su parcialidad perdiese su estado y ayudarle,
si salía bien, a recobrar la villa de Valdeolivas y la mitad de Salmerón, para
sí y sus descendientes”.
Al efecto, mandaron dichos reyes
cuatrocientos hombres de guerra, a quienes siguió D. Alonso de Aragón, hijo del
Rey de Navarra, y Gómez Manrique en 5 de febrero de 1449 con la gente de Teruel
y de Daroca, y a pesar de sus muy recios combates tuvieron que retirarse sin
lograr su intento, por el valor con que defendió a Cuenca el Obispo D. Lope
Barrientos.
Así sucedió y así lo cuento según
Fernán Pérez de Guzmán, cronista del Rey Juan II.
Cuenca, 12 de setiembre de 2018.
José María Rodríguez González. Profesor
e investigador histórico.
FUENTES DOCUMENTALES:
-Historia de Espala.
Mariana. Lib. 22, cap.9;
-El legajo 23, núm 14,
año 1449, del archivo de esta ciudad.
-Zurita. Anales de
Aragón. Lib. 15. Cap. 53 y 54
-Crónica de Juan II
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