miércoles, 12 de septiembre de 2018

Defensa de la ciudad de Cuenca, siglo XV. 2ª parte.


El despliegue de fuerzas de Diego Hurtado de Mendoza y la defensa del Obispo.

En la primera parte nos quedamos cuando Diego Hurtado deja el castillo. Dice el P. Escudero en la vida de San Julián que cuando dejaron los Hurtados de Mendoza el castillo, éste fue demolido.

Para mayor claridad de todo lo sucedido transcribiré parte del capítulo 3º del año 1449 el cronista de Juan II dice lo siguiente:

En este año llegaron al castillo de la ciudad de Cuenca, que tenía Diego Hurtado de Mendoza, Juan Hurtado de Mendoza é Lope de Mendoza, hijos de dicho Diego Hurtado, é Gómez Manrique, que era casado con su hija, con cierta gente de á pie é de á caballo, é poco después de ellos  llegó ende D. Alonso, hijo del Rey de Navarra, el cual traía mucha gente y peones, entre los cuales venían por capitanes Mosén Rebolledo, é D. Pedro de Urrea, é Martín Danza, é Mosén Juan de Bardaxi, é Mosén García y el Justicia de Aragón, y D. Fernando de Roxas, é D. Diego de Sandoval, hijos del Conde de Castro. Estos capitanes se aposentaron con los que primero habían llegado, é habían llegado, é repartiéronse en esta manera: D. Alonso, é Gómez Manrique é  los hijos de Diego Hurtado, é Mosén Rebolledo con la más gente de armas de ballesteros y lanceros, se aposentaron cerca del castillo; é los otros capitales con toda la otra parte de la ciudad, en la iglesia de Santiago, é tomaron la torre de San Antón, que es un la puerta de dicha ciudad; que sería toda esta gente hasta seis mil hombres de pelca, entre los cuales venían muchos moros del reino de Valencia. E luego, los que estaban aposentados en la parte baja de la ciudad, vinieron á combatir la puerta de Valencia, que tenía un regidor de aquella ciudad que se llamaba Fernán Alonso Cherino, el cual era ido por la ciudad á hacer saber al Maestre que estaba en Uclés, como eran certificado que D. Alonso, hijo del Rey de Navarra, venia con gran gente á tomar aquella ciudad, é á le suplicar que si esto así fuese quisiese venir á les socorrer, y en tanto que Fernán Alonso allá estaba quedó el cargo de la guarda de la puerta á un hijo suyo llamado Alonso Cherino, el cual hizo un palenque, cuanto diez ó doce pasos de la puerta, é allí esperó el combate con trece hombres que tenía, é como quiera que él é los suyos fueron feridos, siempre defendió el palenque. E con toda la resistencia que él é los suyos hacían, un hombre de armas de los aragoneses saltó dentro del palenque, el cual fue allí muerto por la mano de dicho Alonso Cherino, é dende adelante ninguno asó pasar el palenque. E como el Obispo fue dicho que se combatía en la puerta de Valencia, vino á muy gran prisa con gente á la socorrer, é como halló las puertas abiertas de la ciudad, y Alonso Chirino á los que con él estaban peleando en el palenque, ovo muy grande enojo de Alonso Cherino, é hízole dejar el palenque é retraer á la ciudad, é cerrar las puertas porque la defensa muy más segura que desde el palenque donde Alonso peleaba; é como todo el enojo que le Obispo ovo de Alonso Cherino, por sé haber habido así valientemente como se ovo, le renunció diez mil maravedís de merced, é gelos hizo asentar en los libros del Rey. Y en tanto que esto se hacía D. Alonso é los otros capitanes que con él venían, que á la parte del castillo se habían aposentado, combatieron así valientemente el atajo que estaba hecho entre el castillo y la ciudad, que llearon a la iglesia de San Pedro, que es junto con dicho atajo, en la cual pusieron fuego por cinco partes, é pusieron cerca de la iglesia el estandarte de D. Alonso, é pusieron fuego al palenque, é con una lombarda que habían traído de Cañete, tiraban á la iglesia, é la gente que en la iglesia de San Pedro estaba defendíanla valientemente y eran los principales que en ella se hallaron Lope de Salazar é Juan de Salazar, su hermano, é duró este combate cuatro horas ó más.

Diego Hurtado de Mendoza
E como el Obispo supo se combatía la iglesia de San Pedro, fue allá á muy gran priesa, con toda la gente que pudo, é de tal manera pelearon, que por al gracia de Dios la ciudad se defendió é D. Alonso é los otros capitanes que con él venían, así por la gran resistencia que en la ciudad hallaron como por la mueva que supieron de la venida del Maestre de Santiago, volviéronse en Aragón mas de prisa que á la venida, é perdieron asaz gente de la que traían é muchos caballos é acémilas é muchas otras cosas; é como quiera que de la ciudad fueron muchos los heridos, no murieron que dos”.

Luego que el Obispo Lope Barrientos, echó de la ciudad a Diego Hurtado, alcaide de su fortaleza, con orden y favor del Rey de Castilla y por consejo del Condestable D. Álvaro de Luna, el 24 de enero de 1448 el alcaide de Albarracín, con  gente de a pie y de a caballo entró en el Obispado de Cuenca y tomaron el castillo de Los Hurtados, de quien era alcaide Pedro Ruiz de Priego, que quedó prisionero, y a quien después dio libertad, recobrando el castillo y haciendo prisionero al alcaide de Albarracín con gente de Cuenca y de Moya, Juan Hurtad de Mendoza, hijo de Diego Hurtado.
Fray Lope Barrientos

Los motivos de estos disturbios los revela Zurita en los anales en la página 54, donde dice: “Siendo Diego Hurtado de Mendoza y su hijo Juan enemigos declarados del Obispo Lope Barrientos, ofreció aquel dar al Rey de Aragón la ciudad de Cuenca, prometiendo a su vez a Diego Hurtado, los reyes de Aragón y de Navarra, darle tantos vasallos en Aragón como tenía en Castilla, en el caso que fracasara la empresa y por su parcialidad perdiese su estado y ayudarle, si salía bien, a recobrar la villa de Valdeolivas y la mitad de Salmerón, para sí y sus descendientes”.

Al efecto, mandaron dichos reyes cuatrocientos hombres de guerra, a quienes siguió D. Alonso de Aragón, hijo del Rey de Navarra, y Gómez Manrique en 5 de febrero de 1449 con la gente de Teruel y de Daroca, y a pesar de sus muy recios combates tuvieron que retirarse sin lograr su intento, por el valor con que defendió a Cuenca el Obispo D. Lope Barrientos.

Así sucedió y así lo cuento según Fernán Pérez de Guzmán, cronista del Rey Juan II.

Cuenca, 12 de setiembre de 2018.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.





FUENTES DOCUMENTALES:

-Historia de Espala. Mariana. Lib. 22, cap.9;

-El legajo 23, núm 14, año 1449, del archivo de esta ciudad.

-Zurita. Anales de Aragón. Lib. 15. Cap. 53 y 54

-Crónica de Juan II

No hay comentarios:

Publicar un comentario