miércoles, 5 de septiembre de 2018

El perdón de D. Pedro I de Castilla (El Cruel) a la Ciudad de Cuenca


Hoy 5 de septiembre hacer 664 años de este hecho.

Ahora que se aproxima la celebración de la conquista de Cuenca por el Rey Alfonso VIII,  hablaré de un hecho que ocurrió en esta ciudad en el mes de septiembre de 1354 con D. Pedro I, rey de Castilla y León. Hijo de Alfonso X y María de Portugal. Lo sucedió en el trono en el año de 1350.
Retrato de D. Pedro I el Cruel

El comienzo de su reinado estuvo marcado por la debilidad del poder real frente a las fracciones que se disputaban el poder que no eran otros que los hijos bastardos de Alfonso XI tuvo con Leonor de Guzmán, también tuvo problemas con los infantes aragoneses que eran primo del rey y la Reina Madre, María de Portugal. Al principio controló el poder de la Reina Madre y del favorito Juan Alfonso de Alburquerque quien  organizó la política exterior con alianzas con Francia, concertando el matrimonio del D. Pedro I de Castilla con Blanca de Borbón en el año de 1353. Pero D. Pedro en ese tiempo tenía por amante a María de Padilla y después de haber celebrado la boda con Blanca de Borbón (3 de junio de 1353), la abandonó al tercer día de casados y la hizo encerrar en el Alcázar de Toledo provocando la ruptura con Francia y la caía de Alburquerque. Todo ello provocó una rebelión en Toledo, extendiéndose a otras ciudades como Córdoba, Jaén, Talavera y otras que se declararon a favor del partido de los grandes que estaban contra el rey D. Pedro.

Por todo ello vino el rey  contra Cuenca en el año 1354, pero sus ciudadanos le cerraron las puertas y no se atrevió a usar la violencia por la fortaleza de la ciudad. Se criaba en ella, en casa de Alvar García de Albornoz, hermano del Cardenal D. Gil Álvarez de Albornoz, D. Sancho, hermano del rey, e hijo de Doña Leonor de Guzmán, que se libró del riesgo que le amenazaba si hubiera entrado el Rey en Cuenca y pocos días después D. Álvaro, que lo tenía en custodia, lo llevó a Aragón para mayor seguridad.

Permaneció el rey D. Pedro I, quince días en la aldea de Jábaga, a dos leguas de Cuenca y conviniendo con sus vecinos en que no moviera las armas se retiró a Toledo, y poco después la ciudad volvió a su obediencia.

El rey perdonó a los ciudadanos, con particularidad a Álvaro García, García Álvarez, Fernando Gómez y Gómez García, todos de la casa de los Albornoz; lo que consta del perdón que Rizo dice vio en el archivo de la Santa Iglesia Catedral, sellado con ello de plomo y firma del rey, en 4 de septiembre de mil trescientos noventa y tres y en efecto se halla en el legajo 3º, al número 111 aunque con fecha de 5 de septiembre.  

Cuenca, 5 de septiembre de 2018

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