Hoy 5 de septiembre hacer 664 años de
este hecho.
Ahora que se aproxima la
celebración de la conquista de Cuenca por el Rey Alfonso VIII, hablaré de un hecho que ocurrió en esta ciudad
en el mes de septiembre de 1354 con D. Pedro I, rey de Castilla y León. Hijo de
Alfonso X y María de Portugal. Lo sucedió en el trono en el año de 1350.
Retrato de D. Pedro I el Cruel |
El comienzo de su reinado estuvo
marcado por la debilidad del poder real frente a las fracciones que se
disputaban el poder que no eran otros que los hijos bastardos de Alfonso XI
tuvo con Leonor de Guzmán, también tuvo problemas con los infantes aragoneses
que eran primo del rey y la Reina Madre, María de Portugal. Al principio
controló el poder de la Reina Madre y del favorito Juan Alfonso de Alburquerque
quien organizó la política exterior con
alianzas con Francia, concertando el matrimonio del D. Pedro I de Castilla con
Blanca de Borbón en el año de 1353. Pero D. Pedro en ese tiempo tenía por
amante a María de Padilla y después de haber celebrado la boda con Blanca de
Borbón (3 de junio de 1353), la abandonó al tercer día de casados y la hizo
encerrar en el Alcázar de Toledo provocando la ruptura con Francia y la caía de
Alburquerque. Todo ello provocó una rebelión en Toledo, extendiéndose a otras
ciudades como Córdoba, Jaén, Talavera y otras que se declararon a favor del
partido de los grandes que estaban contra el rey D. Pedro.
Por todo ello vino el rey contra Cuenca en el año 1354, pero sus ciudadanos
le cerraron las puertas y no se atrevió a usar la violencia por la fortaleza de
la ciudad. Se criaba en ella, en casa de Alvar García de Albornoz, hermano del
Cardenal D. Gil Álvarez de Albornoz, D. Sancho, hermano del rey, e hijo de Doña
Leonor de Guzmán, que se libró del riesgo que le amenazaba si hubiera entrado
el Rey en Cuenca y pocos días después D. Álvaro, que lo tenía en custodia, lo
llevó a Aragón para mayor seguridad.
Permaneció el rey D. Pedro I,
quince días en la aldea de Jábaga, a dos leguas de Cuenca y conviniendo con sus
vecinos en que no moviera las armas se retiró a Toledo, y poco después la
ciudad volvió a su obediencia.
El rey perdonó a los ciudadanos,
con particularidad a Álvaro García, García Álvarez, Fernando Gómez y Gómez
García, todos de la casa de los Albornoz; lo que consta del perdón que Rizo
dice vio en el archivo de la Santa Iglesia Catedral, sellado con ello de plomo
y firma del rey, en 4 de septiembre de mil trescientos noventa y tres y en
efecto se halla en el legajo 3º, al número 111 aunque con fecha de 5 de
septiembre.
Cuenca, 5 de septiembre de 2018
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