La Tau es un signo concreto de una devoción
cristiana y sobre todo un compromiso de vida en el seguimiento de Cristo pobre y
crucificado.
El ser docente
a veces reporta algunos beneficios como sucedió en esta ocasión con la Tau, mi preciación
sobre ella se remonta al último viaje con alumnos que hice, en esta ocasión fui
a Italia y visité Asís (el año pasado volví, en esta nueva ocasión con la
asociación San Idelfonso de Cuenca). Asís es una ciudad situada en la provincia
de Perugia en la región de Umbría. Un lugar donde nació, vivió y murió San
Francisco. Todo lo que se ve en ella es referente al santo.
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Tau adquirida en Asís (Italia) |
Íbamos el
sacerdote del Instituto, otra profesora y un servidor. El ir con un sacerdote a
lugares como Asís tiene sus ventajas. Se le ocurrió que deberíamos regalar a
cada alumno una pequeña cruz Tau de madera, como eran bastante baratas no nos importó
poner un poco de dinero y tener ese detalle con los alumnos. Las bendijo y las
repartimos, nosotros como es natural, también nos quedamos con una, la cual
conservo con mucho cariño y devoción.
¿Qué es la Tau?
Es la última letra del alfabeto hebreo y la decimonovena letra del alfabeto
griego, correspondiendo con la letra “T” de nuestro alfabeto castellano. La Tau
es la única letra que comparten los dos alfabetos, tanto el hebrero como el
griego y éstas son las dos lenguas oficiales de la Biblia.
No podemos
olvidar su forma gráfica, que nos recuerda claramente a la cruz donde murió
Cristo. En la Biblia aparece en varias ocasiones, entre las que destacaré
algunas citas.
En el A.T. en
el libro de Ezequiel dice: “La gloria del
Dios de Israel se levantó de sobre los querubines sobre los cuales estaba, hacia el umbral de la
Casa. Llamó entonces al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escriba
a la cintura; y Yahveh le dijo: Pasa
por la ciudad, por Jerusalén, y marca una cruz en la frente de los hombres que
gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella. Y a
los otros oí que les decía: Recorrer la ciudad detrás de él y herir. No tengáis
una mirada de piedad” (Az. 9, 3-6). Es por este texto por lo que es
conocida la Tau como la cruz de la profecía, o cruz del A.T. al haber sido
elegida, como el símbolo para marcar los dinteles de las puertas de los
israelitas en Egipto, con la sangre de los corderos para que el ángel pasara de
largo sin hacer daño a los primogénitos del pueblo de Israel, celebrándose
desde entonces la noche de Pascua.
En el libro
del Apocalipsis, San Juan nos recuerda el signo como sello de bendición y
gracia al paso de los cuatro ángeles, diciendo: “Luego vi a otro ángel que subí del Oriente y tenía el sello de Dios
vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quien se había encomendado
causar daño a la tierra y al mar: No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a
los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de
nuestro Dios. Y oí el número de los siervos marcados con el sello” (Ap. 7,
2-4).
Este símbolo
ha sido usado por dos grandes santos universales como son: san Antonio Abad,
fundador del movimiento eremítico, en los siglos III y IV y por san Francisco
de Asís en el siglo XII.
En 1300 fue
fundada la Orden de los caballeros del hospital de san Antonio, conocida como
los “Hospitalarios” o la “Orden de los antoninos”. Los monjes de esta Orden
vestían con un hábito negro con una cruz Tau en medio de sus hábitos. En Cuenca
se instalaron en lo que es actualmente la iglesia de la Virgen de la Luz. Se
dedicaban a tratar a peregrinos con enfermedades contagiosas como la lepra, la
peste, la sarna, etc. Su vinculación con la Tau está inmersa en la Leyenda
Aurea, el bastón que siempre llevaba san Antón, tenía la forma de una Tau.
¿Resultaría un amuleto protector para la pandemia que estamos padeciendo en
estos momentos, el coronavirus? Todo depende de la fe de cada uno, como dije en
anteriores artículos sobre los amuletos.
Con san
Francisco de Asís, en el siglo XII, se pensaba que la Tau era un signo que te
protegía de la peste y la gente solía llevarlo como amuleto, pero san Francisco
lo adoptó como su firma, con este símbolo firmaba y sellaba las cartas y
pintaba las paredes de las pequeñas celdas.
En la
actualidad la cruz Tau, tiene varios significados, se considera: un símbolo
profiláctico, un amuleto, una protección, pero principalmente es un signo
cristiano, una cruz, la cruz de san Francisco y san Antón; la cruz del
peregrino, apareciendo a lo largo del camino de Santiago.
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Capilla del Obispo.
Catedral de Cuenca
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En nuestra
catedral el símbolo de la tau aparece en el calvario existente en el tímpano de
la capilla del Obispo. A la izquierda del calvario aparece la Jerusalén
destruida y a la derecha la nueva y eterna Jerusalén, con el sol y la luna en
un paisaje de color ocre rojizo, uno a cada lado del Cristo crucificado sobre
la Tau. Encima de san Juan el sol y sobre la cabeza de la Virgen la luna y detrás
de ella la Nueva Jerusalén.
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Santa Elena portando la Tau. Frontal de la capilla del mismo nombre.
Catedral de Cuenca. Obra de Jamete. S. XVI
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También está
presente en la capilla de Santa Elena, a la que la vemos a la Santa abrazada a
la Tau. Esta capilla está situada entre las puertas que dan acceso a la Sala
Capitular y la entrada a la Capilla Honda. Fue fundada por el Deán y Canónigo
D. Constantino del Castillo, esta capilla goza del privilegio, concedido por
el Papa Clemente VII, de poder celebrar de pontifical (1*). Toda la Obra es de
Esteban Jamete, a excepción de la reja que su autor es Hernando de Arenas. En
el retablo de nogal vuelve a aparecer, en el segundo cuerpo, en el centro, aparece
la figura de Santa Elena con una cruz muy parecida a la Tau, (la parte superior
está muy acortada) apoyada en el hombro derecho y por detrás de ella tiende la
mano derecha hacia el emperador Constantino, su hijo, que se encuentra
arrodillado ante la cruz como señal de adoración.
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Santa Elena y su hijo Constantino. Siglo XVI
Capilla de Santa Elena. Obra de Jamete. Catedral de Cuenca.
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Para terminar
este primer símbolo diré que la Tau es un signo concreto de una devoción
cristiana y sobretodo un compromiso de vida en el seguimiento de Cristo pobre y
crucificado. Es el signo de reconocimiento del cristiano, sobre todo es un
signo de poderosa protección contra el mal (Ez. 9, 6), un signo de privilegio
divino (Ap. 7, 1-4; 9, 4 – 14,1).
Es un signo
que recuerda que todo cristiano debe de ser fuerte en las pruebas, dispuesto a
la obediencia del Padre y dócil en la sumisión, como lo fue Jesús a la voluntad
del Padre. Por último decir que es un símbolo de la dignidad de los hijos de
Dios, porque es la Cruz que ha sostenido a Cristo.
Cuenca, 24 de marzo de 2020.
José María Rodríguez González. Profesor e
investigador histórico.
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Obra consultada:
1*
Misa de pontifical, es aquella misa solemne celebrada por el obispo y en las
que el obispo ejerce su ministerio como el sacramento de la Confirmación, el
sacramento del Orden Sagrado, etc.
-Alabav
Perles, Miguel, en
http//:perlegrino.martianistas.org/la-tau-historia-y-significado (14 junio
2011)
-Cherterton,
Gilbert Keith. San Francisco de asís. Buenos Aires. Lohlé Lumen. 1995.
-Azevedo.
David. San Francisco de Asís, Fe y Vida. Madrid. 1987.
-Jesús
Bermejo. La Catedral de Cuenca. Barcelona. 1977.