El ancla se
considera un símbolo universal de firmeza, solidez, tranquilidad y fidelidad.
El uso del ancla en el cristianismo hemos de relacionarlo con la “Epístola a los Hebreos” donde se nos
recuerda las promesas de Dios en Jesucristo como esperanza de los cristianos,
dice así: “…nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que
penetra hasta más allá el velo, a donde entró por nosotros como precursor
Jesús…” (Hch. 7, 19). Es muy probable que a partir de este texto se diera uso
de éste símbolo ya que la representación del ancla en las catacumbas de san
Calixto y de Priscila fue muy numerosa como símbolo de la fe y la esperanza en
la resurrección. El pez (anteriormente explicado) indicaba la esperanza en
Cristo.
El Ancla. |
La forma que
tiene, en cuanto a los símbolos cristianos es como las anclas marinas de los
primeros tiempos, las cuales tenían su cuerpo con dos brocos que eran cruzados
y además un anillo ubicado en la parte de arriba con el fin de que pasara la
cuerda.
En estos
momentos de incertidumbre y de fragilidad corporal por el coronavirus, el Papa
Francisco ha dedicado sus últimas intervenciones para hablar de la esperanza.
Reconoció que la esperanza “quizás sea la virtud que menos se entiende, pero es
la más fuerte: vivir en esperanza, siempre mirando adelante con valentía”.
El ancla es un
símbolo de esperanza por el hecho de mantener una embarcación fija en el mar.
AL ser una masa de peso que retiene al navío, el ancla se considera un símbolo
universal de firmeza, solidez, tranquilidad y fidelidad porque es un elemento
que fija, ata, inmoviliza y asegura.
Cuenca, 24 de
marzo de 2020
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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