¿Quién no ha
llevado una estampa de la Virgen o algún objeto a un examen que suponía mucho en
su vida? Pero ¿Cuál podría ser el origen de tales supersticiones que nos
acompañan en nuestra vida?
Se puede decir
que el hombre siempre ha utilizado algún objeto con el propósito de brindarle
ventaja contra otro de su especie. El origen de los amuletos puede remontarse
al Neolítico, pero se puede decir que los primeros considerados como tales
surgieron en Egipto en forma de una joya y eran apreciados, por los que lo
portaban, como objetos de buena suerte y protectores. Los amuletos servían de
identificadores tras la muerte, sirviéndoles para que los dioses les guiaran
hacia el lugar que les correspondía en el más allá.
Los griegos y
romanos también tenían mucha fe en ellos, cada dios del panteón romano estaba
asociado a una piedra preciosa, de la que se fabricaban colgantes o figuritas
que transmitían los poderes del dios correspondiente a su portador.
En los
principios del cristianismo los creyentes portaban bajo la ropa un amuleto en
forma de pez, llamado Ichthys, con
ello buscaban la protección divina y los judíos solían portar un colgante de
oro que contenía fragmentos de la Torá.
El pez. |
Volviendo otra
vez al pez, diré que este amuleto les servía para identificarse entre ellos y
para tener acceso a las ceremonias religiosas, que por aquel entonces se
celebraban en la clandestinidad. El Ichthys tiene esa forma porque la palabra
pez en griego coincide con el acrónimo: Jesús-Cristo, Hijo de Dios y Salvador.
Uno de los
amuletos más expandidos en nuestra sociedad ha sido la herradura. Siempre me ha gustado la herradura, no sé el porqué,
cuando me encontraba una en algún camino campero la conservaba hasta que mi
madre la tiraba porque ensuciaba los muebles el óxido que desprendía. Os
cantare su historia:
Herradura |
Surge de la
leyenda de san Dunstan, quien era herrero antes de convertirse en arzobispo de Canterbury.
Se dice en su historia que un día entró en su herrería el diablo pidiéndole que
revisara el herraje de su caballo y si era necesario cambiase las que pudieran
estar en mal estado, pues el trayecto que había traía estaba lleno de piedras.
Dunstan fingió no reconocerlo. ¿Qué hizo?, pero mientras trabajaba el diablo se
quedó dormido y aprovechando que el diablo también tenía patas de animal le
clavó también a él las herraduras. Al despertar el diablo y verse con las
herraduras en sus patas pidió a Dunstan que se las quitara, pues no podía
moverse con agilidad. Él accedió a retirárselas siempre que prometiera que
nunca entraría en un hogar con una herradura clavada en la puerta, cosa de
accedió y desde entonces se clava una herradura en la puerta de las casas para
impedir el paso del maligno en ellas.
No soy
supersticioso pero si me dices que me vacíe los bolsillos encontrarás en ello
dos bellotas. Dicen los
historiadores que durante la conquista normanda en el siglo XI, los ingleses
llevaban bellotas secas para protegerse de las brutalidades del día saciando
así su hambre. A partir de aquí, el fruto comenzó a ser considerado como un
emblema de suerte, prosperidad, juventud y poder, sin olvidar que es un símbolo
de crecimiento espiritual. Curiosamente no sólo se han empleado las bellotas
como amuleto de la suerte, en el Medievo se creía que quien llevara consigo un
par de ellas, la juventud le acompañaría por muchos años de su vida.
Bellota |
Entre mis estudios
sobre los Templarios hallé una leyenda que decía que ellos siempre consideraban
a las bellotas como amuleto de la suerte y eran valoradas como un objeto que
les daba fuerza y generaba una coraza que les protegía dentro de los campos de
batalla.
En mi estudio
iconográfico de la Catedral de Cuenca hallé entre sus muchos objetos e iconos
que ilustran los veintitrés arcos góticos del siglo XV, la bellota y en
ramillete de dos y tres, y es que la bellota siempre asegura la firmeza en el
trabajo, se obtiene una vida plena, logrando coronar los logros que se desean
alcanzar. Es la bellota un signo de salud, de mucha fuerza y de indudable
prosperidad. Si la llevas consigo aseguras que tu hogar se hará cada vez más
próspero, grande y fuerte. ¡Es un amuleto excelente que no se debe
desaprovechar!
Bellotas en la iconografía de la Catedral de Cuenca. |
Por hoy lo
dejamos, haremos una tercera entrega de amuletos pues hay muchísimos y viene
bien conocer su historia como entretenimiento en estos días de cuarentena por
el coronavirus.
Cuenca, 19 de
marzo de 2020.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
Me encantan los amuletos, creo mucho en ellos. Aquí les comparto un artículo excelente sobre ellos. Saludos. https://www.joya.life/blog/el-significado-de-los-amuletos-de-animales/
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