viernes, 30 de abril de 2021

San José Obrero. Festividad del 1 de mayo.

   Esta fiesta fue proclamada solemnemente por Pío XII en primer día de mayo de 1955, ante una muchedumbre de más de ciento cincuenta mil trabajadores congregados en la plaza de san Pedro.

Pío XII hizo algo que tiene una larga tradición en la Iglesia, superponer su sentido cristiano a la popularidad de fiestas paganas: la jornada internacional del proletariado (en recuerdo de los llamados “mártires de Chicago” de 1886) pasaba a ser también el día de san José Obrero, artesano o trabajador, como se quiera llamar actualmente.
San José Obrero.

Históricamente hablando, la iniciativa no tuvo éxito y desde entonces no es más, por decirlo así, que una celebración en familia que no ha cristianizado la fecha, provocando más bien reacciones hostiles e injuriosas. El carpintero de Nazaret, sin comerlo ni beberlo, se ha visto acusado de esquirol. Hay una excepción y es en nuestra querida Cuenca al recibir las casas sociales del poblado Obispo la Plana, también llamado “Las Quinientas” al celebrar este día como patrón del barrio a san José Obrero que con tanta veneración cada año sacan en procesión y festejan.

Centrándonos de nuevo en la figura de san José y los hechos acaecidos con arreglo a los cambios y mejoras de los trabajadores, ya san Pablo decía a los gálatas que “si buscase agradar a los hombres no sería siervo de Cristo”, la visión sobrenatural no suele ser del gusto de casi nadie, se prefieren cosas más tangibles, como la explotación del hombre por el hombre o la lucha de clases, cuando no ambas a la vez, y el modelo de José, como se dice en términos de publicidad, vende muy mal.

Claro que desde 1889 empezó a celebrarse esta fiesta proletaria reivindicando los tres ochos (ocho horas de trabajo, ocho de descanso y ocho de educación, estas últimas sustituibles en la actualidad por ocho de televisión), en estos ideales la justicia y la quimera, a menudo tan degradada, se han mezclado desconcertantemente.

El primero de mayo unos se lanzan a la calle agitando banderas, otros se acuerdan de san José; hay quien aspira a transformar socialmente le mundo, la Iglesia también, pero sin olvidar que tiene una exigencia mayor en cuento a la felicidad y que aspira a transformar las almas.

Publicado en Cuenca, 1 de mayo de 2020.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

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